-Te invito un trago.- El joven me miraba con un iris retador y seductor, acepte sin rechistar, la sonrisa en mi cara era juguetona, aquel me paso el vaso con un líquido azul en el, no lo había probado antes, me lo tome de una sola sentada, el sabor era amargo con un toque de dulce, quemando mi garganta al bajar por ella, gemí internamente, la sensación era estupenda.
-Es bueno ¿no?.- Pregunto observando mi notable reacción, yo solamente le dedique una afirmación con mi cabeza.- ¿Bailas conmigo?.- Volví a asentir, para luego tomar de su muñeca y conducirlo a la pista, nuestras respiraciones llevaban un ritmo que aumentaba constantemente, sentía la adrenalina correr en mi, lo bese sin pensar, el chico moreno me correspondió el beso llevándolo más intenso, en un segundo estaba besando mi cuello y en el otro estaba tocando mis nalgas, yo no lo detenía, simplemente me dejaba llevar, de repente, siento la ausencia de su presencia, al abrir los ojos no estaba allí, fruncí el ceño ante su repentina desaparición, me encogí de hombros para luego buscar a mi prima, se encontraba besándose con un tipo atractivo y bronceado, no deseaba interrumpirla por lo que opté por pedir otro shot azul, al tenerlo en mis manos, lo ingerí tan rápido como la primera vez, sentí el corazón acelerarse y mis pupilas dilatarse.
-Mierda.- Susurre, aquel elixir era mágico, podía percibir diferentes tipos de sensaciones en mi cuerpo, tener el efecto de la ilusión de hasta poder conquistar el mundo.
-¿Te invito otro trago?.- Me ofrece un catire alto, con ojos claros opacados por la dilatación de sus pupilas, acepté sin más para luego tener el líquido pasando por mi garganta nuevamente, cada vez el impacto era más placentero.- ¿Bailas?.- Preguntó aquel, con una sonrisa tonta en mi cara me dirigí a la pista incitándolo a este también con la mirada, al estar pegado por detrás de mí, sentía como sus manos viajaban por mi cuerpo, en otra ocasión simplemente le hubiera abofeteado, pero esta noche no ocurriría aquello, poco a poco, el chico de cabellos claros tocaría las zonas prohibidas de mi vientre, podía morder mis labios esperando el momento, sin embargo, su ausencia estuvo ausente igual que el primer hombre que me sacó a bailar, volví a fruncir el ceño; me dediqué a buscarlo con la mirada hasta que pude ver la figura de Carlos, Jordán y su grupito burlándose del chico desorientado que lo alejaban a patadas del área, la rabia renació del más allá, con pasos decididos me acerqué a aquellos.
-¿Cual es tu maldito problema?.- Grité por encima de la música, Carlos abrió los ojos como platos al notar mi presencia.
-Ah Carla... Yo, eh pues, hola, no sabia que andabas por acá.- Fingió nervioso
-Eres un maldito imbécil, y tu.- Esta vez mis ojos caían sobre el rostro de Jordán.- Eres otro maldito imbécil, púdranse en el infierno cabrones.- Escupí furiosa para luego alejarme de allí, segundos consecutivos sentí una mano en mi hombro haciéndome dar vuelta, lamentablemente mi equilibrio por el alcohol era nulo, era de esperarse que terminara sentada en el piso.
-Mierda, Carla, lo lamento, no pensé que te fueras a caer, ven y te ayudo.- Solté su mano de golpe
-No me toques, yo puedo sola.- Trate de levantarme, no obstante la gravedad no dejaba el levantamiento de mi cuerpo, medité unos segundos dirigiendo mi mirada a Carlos, donde su expresión era de burla.- ¿De que te ríes imbécil?.- Chillé mal humorada
-Nada, simplemente que eres tan orgullosa que ni puedes permitirte el favor de que te ayude a levantar.- Ahogó una risa mientras pronunciaba las palabras, exhale el aire contenido en mis pulmones.- ¿Será que me puedes ayudar a levantar?.- Exigí molesta, aquel muchacho estiró su mano para luego retirarla rápidamente.- ¿Te estas burlando de mí?, ¿Me ayudaras o no?.- Los ojos me pesaban y los latidos de mi corazón cada instante eran más rápidos.
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Let the party begin mother fuckers (Editando)
Fiksi RemajaMy life is a Mess and I need some descontrol