Capítulo 6

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En cuanto pasé por el umbral de la puerta el mayordomo se apresuró a tomar mi mochila y pasarla a una mujer del servicio. Agradecí por lo bajo y me dispuse a subir a mi habitación, al ser el primer día ningún profesor había asignado trabajos, por lo cual tendría una tarde libre para mí.
—¿A dónde crees que vas?. —la voz de Nathan surgió detrás mío.

Adiós a mis planes de relajarme.

—Emmm, a mi cuarto. —pero al pronunciarlo sonó más en modo de pregunta
—No, acompáñame.
—¿Vestida así?, tengo que ir a cambiar mi uniforme, poner algo más cómodo para mí, mi pelo no esta del todo bien, si sigue así van a llegar unos pájaros y formar un nido en el, además esperaba obtener un masaje, fue un día agotador, y... — Antes de que siguiera hablando Nathan cerró la distancia entre nosotros, tomó mi mano bruscamente llevándome a rastres por toda la casa —¿Qué crees que haces?, ¡Suéltame!
—Esta mañana te dije que entrenaríamos, no pude recogerte, pero es necesario que iniciemos ya.
—¿Qué es tan urgente?
—Desarrollar tus hasta el momento nada fantásticos poderes.

Y ahí estaba, de repente como un baldado de agua recordé toda la conversación que tuvieron mi padre y él. Nuevamente el temor sacudió mis sentidos.

—¿No podrías esperar a que me cambie?. —Intenté, pensaría en algo para escapar, ¿Pero qué?, no iba trepar por mi ventana y mucho menos correr, porque siendo sinceros no podría llegar muy lejos, y ni hablar de utilizar mis poderes, supongo que rendirme era una buena respuesta.
—No, simplemente limítate a seguirme, ¿Está bien?.—su tono de voz me hizo estremecer.
—No soy tu mula para que me hables así, si mi papá te esta pagando por esto dime cuánto te ofreció y te daré el doble. —Dije no muy segura.
—Mira no quiero hacer esto más difícil de lo habitual, son ordenes, no busco dinero, tenemos casi los mismo fondos bancarios. Segundo, prometo no ser tan duro el día de hoy, ¿Si?

Asentí.

Mientras balbuceaba para mi misma varios reproches lo seguí, no tenía ningún sentido seguir peleando con él conseguiría de algún modo que yo bajara, así que no tenía escapatoria. En cuanto llegamos al salón de baile de nuestra casa, indicó que me hiciera en frente de él. El lugar estaba vacío, por lo que daba la impresión que era más grande, el piso era un tipo de madera fina reluciente del cual se podía ver el reflejo de luz de los grandes ventanales que se ubicaban en todo un costado del lugar.

—Antes de iniciar, quiero hacer unas preguntas diagnósticas, ¿Bien?.

Asentí nuevamente, mis palabras estaban trabadas en algún lugar de mi garganta.
—¿No has tenido mareos, dolores de cabeza, opresión en el pecho ó algún síntoma similar?
—Ya he respondido a esa pregunta, mi respuesta es no, ¿Debería enfermarme?
—Sí, deberías, a estas alturas tu cuerpo debió haber tenido varios cambios, es difícil de explicar, pero es más difícil de entender si ya estás en la edad no has sufrido nada.
—¿Entonces soy una clase de retrasada?
—Sí, quiero decir no, agh! ¿Por qué dices tantas cosas que hacen enojarme?
—¿Por qué te enojas con lo que te digo?. —Dije alzando una ceja.
—Yo soy el de las preguntas, no más jueguitos idiotas para distraerme. Bien continuemos. —miro un papel que tenía en las manos —¿Desde cuándo tienes tus poderes?
—Según mis padres al momento de nacer yo ya hacía algunas cosas, no grandes, quiero decir era una bebé, pero toda mi vida he tenido que acostumbrarme a ello, mientras varios niños aprendían a caminar y hablar, yo simultáneamente debía hacerme la idea de que tenía un "don especial". —y así era, o así creía hace unos años, después me di cuenta que no era realmente la gran cosa, toda mi vida viví apartada, las excusas eran que no podía arriesgarme a que alguien descubriera lo que soy, pero que es eso ¿Una descendiente del primer asesino de la historia?, seguro se burlarían de mí y un centro de asistencias mentales sería mi destino.
—Interesante.
—¿Lo es?
—Si, pocos nacen con los poderes en sí, la primera vez que hicieron aparición en mi fue a los cinco años, iba quemando todo a mi alrededor, incluso aquella nana... —soltó una risita por el recuerdo.
—Pero eso no importó, mírate ¿Dos al tiempo?, eso es grande.
—Si, se puede decir que es así.

Nuestra sesión de preguntas continuó, me sentí jugando a las veinte preguntas, aunque no sabía exactamente que debía averiguar, o que querían ellos averiguar.

—Ahora ponte de pie, estoy entumecido. —al pararse empezó a moverse de un lado al otro para que sus músculos despertaron al cabo de un minuto yo estaba haciendo lo mismo. —Bien, ahora si vamos con lo Hogwarts.
—¿Utilizaremos varitas, espera, volaremos en escobas?
—Ya te lo dije, los magos no existen.
—Si tu lo dices.
—El caso, vamos a hacer un poco de entrenamiento. Pon atención.

Sus ojos se cerraron y vi como todo su cuerpo se tensaba, lentamente el ambiente de la habitación cambió a un calor insoportable, afuera el sol se volvía más resplandeciente, su tono se volvió más anaranjado y hubiera apostado a que creció de tamaño. Lo más impresionante fue cuando volví mi vista a Nathan, su luz era cegadora, toda salía de él, todo su cuerpo era un destello, casi podía ser comparado con el sol, pero en un instante todo volvió a ser igual.

—¿Có...cómo hicis...ciste eso?. —yo tartamudeé aún aturdida por lo que acababa de presenciar.
—Sólo debes practicar, saber tus posibilidades e utilizar todo lo que tengas al rededor, un papel importante es la concentración, es muy sencillo una vez que lo haces. Inténtalo tú, cierra tus ojos, concéntrate, piensa en el agua que hay en el ambiente, las nubes, los mares, incluso tu propio cuerpo.

Cerré mis ojos, intenté pensar en todo lo que él me dijo, los sonidos a mi alrededor cesaron, el sonido de mi respiración era lo único que me acompañaba, sentí la cantidad de agua en el aire, quise verme como Nathan, quería ser impresionante, un fuerte tirón surgió de mo estómago y se propagó por todo mi cuerpo, como si me desvaneciera, quería algo grande, quería hacer algo grande. En cuanto abrí mis ojos un remolino de agua giraba a mi alrededor con furia, con necesidad, no sabía como detenerlo, la duda y el miedo se apoderaron de mi, todo el agua calló al piso, convirtiendo el lugar en un caos.

—Eso fue impresionante, para ser la primera vez que haces algo así.
—Me dio miedo. —dirigí una mirada a Nathan, estaba completamente mojado, por lo cuál sonreí. —Y ahora estamos mojados.
—Eso lo manejaremos más adelante, podrías intentar hacer algo de hielo.
—¿Quieres también que me ponga a cantar "Let it go"?

"Dos amantes en secreto, un amor imposible, la luz y la oscuridad, la Luna y el Sol, tan diferentes, y a la vez tan cercanos, unidos por la tragedia de no amarse. El Sol amó tanto a la luna que se escondió para que otros al igual que él amaran su belleza, y aunque es imposible volverla a ver sabe que el hecho de este allí lejos, apareciendo todas las noche lo hace sentir feliz"

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HOLA, ¿CÓMO ESTÁN?, AQUÍ ESTÁ UN NUEVO CAPÍTULO Y QUISIERA SABER COMO LES HA PARECIDO LA HISTORIA HASTA EL MOMENTO.

GRACIAS POR LEERME, SON MIS HÉROES POR EL HECHO DE HACERLO.

Hija de la traición. (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora