La luz entró como faro en mi cuarto haciéndome entre abrir mis ojos, todo daba vueltas y mi cabeza no estaba mucho mejor, girándome a un costado vi la hora, 12:45 anunciaba el reloj, ¡¿Doce y cuarenta y cinco?!, me levanté de un tirón sintiendo como el dolor empeoraba, mis piernas quemaban al tratar de moverlas, pero tenía que ir al colegio, así llegara al segundo periodo quería ir, encontrar a mi tía, aún deseaba poder preguntarle más cosas.
Estuve lista de inmediato, al revisarme en el espejo noté como algunos de los golpes se notaban en mi rostro, mi mejilla se sentía adolorida y el color morado verdoso en mi piel blanca sólo lo hacía resaltar más, decir que caí quizás ayudaría a evitar constantes preguntas.
Tomé mi mochila y baje al lobby de la casa el silencio hacía notar que estaba sola, o eso pensaba.
—¿Vas a ir al colegio? —dijo Nathan recostado en la puerta.
—Si, ¿Por qué?
—Llegarás tarde —volteé los ojos ante la afirmación.
—No me digas, ahora muévete, tengo que salir.
—¿En ese estado?
—Estoy bien, ahora si me permites... —me acerqué a su lado para intentar moverlo, pero se rehusaba a siquiera mover un dedo.Idiota.
—¡Tengo que ir al colegio! —Grité tan duro que hizo que mi cabeza doliera de nuevo.
—No vas a ir, ¿No te has visto?, estás enferma, y mira tu rostro —puso su mano en mi mejilla adolorida, di un paso atrás dejando caer su mano.
—Tengo que ir —repetí en un susurro.
—¿Para besuquearte con tu novio? —anunció con desprecio.
—Eso es lo que menos te importa, ahora déjame salir, ¡Quiero hablar con mi tía!, me dijo todo tan rápido, que apenas si puedo procesarlo, quiero saber más.
—Isa, quédate.
—Lo siento Nathan, pero tengo que salir.Finalmente dio un paso a la izquierda y me dio permiso, en la puerta el auto de servicio estaba allí, en cuanto el conductor me vio se enderezó y dio asentimiento, le pedí que me llevara al colegio y así fue.
Escuché el timbre para que los estudiantes salieran a almorzar, llegué a la cafetería rápidamente, Edward y Bianca dialogaban vigorosamente en la esquina de la cafetería, en un momento él me vio y se levantó en mi encuentro.
—¿Qué son estás horas de llegar? —dijo Edward con una sonrisa torcida y un beso más —creí que tendría que ir a tu casa a secuestrarte, moría por verte.
—Yo igual —me incliné para otro beso más. Edward sonrió pero frunció el ceño enseguida.
—¿Qué te pasó?
—Ya sabes, me caí, Dios me castigo con dos pies izquierdos y muy poca atención.
—¿Estás segura?
—Segurísima, vamos, tengo que saludar a Bianca.Lo tomé de la mano, y con la otra saludé a Bianca mientras me sentaba.
—Ya te extrañaba cariño, decidir con Edward qué color de labial es el más lindo, sin duda no es algo emocionante.
Sonreí
—Me imagino, así que... ¿Cuál fue el ganador?.
—Salmón, definitivamente.
—Si, obvio ese —respondió Edward envolviéndome en su brazo, asegurándome más a su lado.
—Oh por favor, voy a vomitar arcoíris si siguen así, el aura rosa del lugar es suficiente, por favor alguien que me lance un novio.Reímos, era reconfortante hacerlo
—Ya sé, Isa, deberíamos hacer una cita doble.
—¿A qué loco amigo tuyo vas a sacar? —dijo Edward
—A ninguno, Isa lo traerá, ¿Le dirías a Nathan?Casi me atraganto con el Sándwich, casi.
—¿Nathan?, ¿Por qué él?, seguro no diría nada, por no nombrar su mala cara, y...
—Por favor, ¿Si?, ¿Si?, sería cómo la única oportunidad de ligar con un chico lindo, ¡Vamos!, hazlo, por mi —su cara de cachorro por poco me convence.
—No sé, es que no sé si acepte.
—¡Vamos a convencerlo!, ¿Verdad Edward?
—pues... —se veía igual o peor de motivado que yo.
—Dame tu celular Isa
—¿Para qué?—instintivamente llevé mi mano al bolsillo en dónde lo tenía.
—Para marcarle.
—No, debe estar ocupado, y con sus problemas de bipolaridad creo que es mejor...
—Pasalo
—No creo que sea buena idea. —Intervino Edward.
—¡Por el amor a Dios! —dicho esto se levantó y se tomo pasos hacia mi, en cuanto llegó empezó a hacerme cosquillas, haciéndome retorcer de risa.
—Dame tu teléfono Isa,
—N...o, n...o —respondí riendo.
—El teléfono, no pararé hasta que me lo des.
—N...o, —se dirigió a mis axilas —To...ma...lo —reí más duro, y enseguida quito sus manos de encima, tomando mi celular.
—Siempre es un placer.
—Eso es cruel —respondí
—Por lo menos ya sé como convencerte de algo cariño —Edward me guiñó el ojo.
—Ni lo intentes.
—Lo encontré —gritó Bianca — oh, oh ¡Está sonando!, shh shh, Hola...No no soy Isa, soy Bianca... Ella está bien, justo ahora está abrazada con Edward...oh claro, es que queríamos tener una cita doble... Pues Edward, Isa, tú y yo, ... ¿Enserio?,... ¡Genial!, espéranos a la salida del colegio, adiós. —colgó y en uno, dos, dos, tres... —¡AHHHHHHHHHHH!, ¡VOY A IR CON NATHAN!, Dios mío, Dios mío, ¿Me veo linda?
—Cómo siempre, hermosa —respondí con sinceridad.
—No, me tengo que arreglar, nos vemos chicos.Vimos como Bianca corría por toda la cafetería.
—Eso va a ser...
—Raro, —terminé por Edward —tenlo por seguro.
—¿Por qué no nos escapamos?
—Porque somos amigos de Bianca, y mírala como esta.
—Si es lo que quieres.
—Sin duda, en fin de cuentas, siempre podremos desviarnos.
—Me haces pensar muchas cosas Tucker.
El timbre sonó
—Síguelas pensando —le sonreí —vamos, literatura inglesa nos aguarda.
—¡Yupi!En mi puesto de siempre esperé a que mi tía pasara por la puerta, pero simplemente nunca lo hizo, en vez de eso, un profesor sustituto entró por el umbral con su cuerpo definido bajo un traje de paño, cabello rubio y ojos ámbar hizo suspirar a todas las del lugar, ¿No pudieron enviar un profesor más joven y guapo?.
—Buenas tardes clase —dijo, y claro tenía esa voz perfecta que combinaba con su perfecto físico —Debido a problemas familiares la señorita Freeman no va poder asistir, así que se le asignó la cátedra de esta materia, espero podamos...El señor Perfecto seguía hablando, mientras que lo único que se pasaba por mi mente era si ella podía estar bien, ¿Me habrá abandonado?, ¿La he puesto en peligro?, quería verla y saber que estaba bien, me bastaba eso.
—...Señorita Tucker su turno. —dijo el profesor
—Perdón, ¿Qué?.
—Edad y libro favorito.
—Emm tengo 18 años y Alicia en el país de las maravillas.
—Excelente elección, el libro en sí es un deleite, bizarro y fabuloso.
—Seguro —respondí sin interés.
—Muy bien, continuemos, señor Baker...
En cuanto el timbre de salida sonó Bianca se unió a nosotros para dirigirnos a la puerta principal, desde lejos ya veía a Nathan recostado sobre un elegante Volkswagen. Quizás salir en una cita sería una buena distraerme, o quizás no...
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Ya sé, Ya sé, me demore en subir el capítulo (va estar mucho más largo que este, se los prometo), pero la Universidad me tiene ocupadísima, pero como recompensa mañana subiré el siguiente capítulo.
Espero disfruten el capítulo y comenten, siempre me gusta leer lo que escriben, jajajaa hasta he visto un #TeamNathan por ahí.
Besos, nos leemos pronto.
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Hija de la traición. (En edición)
Fantasy¿Recuerdas todos los relatos de la Biblia?, seguro te han contado la historia de Caín y Abel. Aunque, ¿Qué puede importante?. Esta es mi historia, hija de la traición y la muerte, descendiente de Caín. (Cover hecho por AlejandraSilvaR, ¡Gracias!)