Capítulo 3

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—Menos mal todos estáis aquí reunidos, así no tendré que buscarlos a todos— una voz gruesa proveniente de mi padre me sorprendió, los tres nos volteamos para ver una rara sonrisa en mi papá, nada de lo que iba a suceder saldría bien— y tú Isa, ve y cámbiate, por Dios estás en ropas menores, y frente a nuestro invitado, ¡Apresúrate niña!

Sentí como todo mi cuerpo se tornaba rojo no sólo de vergüenza si no que también de furia, se suponía que él no debía estar aquí.

—Por cierto me encantan los gatitos, y más en ti— susurró Nathan de tal forma que sólo yo lo escuchara y no fue hasta ese instante que caí en cuenta lo que vestía, unos shorts decorados de gatos junto a una delicada camiseta que no hacía juego, y lo más importante, no llevaba sostén y no hablemos de mi cabello.

Sin decir nada me apresuré hacia mi cuarto, de inmediato entre en el baño privado mientras inspeccionaba mi horrible aspecto, el cabello parecía un afro mal logrado, mientras que de mi cara eran evidentes mis ojeras, y ¡Qué rayos!, tenia baba seca a una esquina de mis labios, en estos instantes el "Trágame tierra" sería muy adecuado para mí.

"Agua fuera", pensé y de inmediato me empecé a desnudar hasta estar al pie de la ducha "Caliéntate".

Aveces utilizaba mis inútiles poderes en esto, en inútiles cosas, no es como si mi autoestima fuera bajo, simplemente sabía que hacer unos cuantos trucos con el agua no hacía de mí alguien grandioso, cuanto deseaba tener los poderes de mis papás, al parecer eran más necesarios y el idiota de mi primo Nathan había obtenido los dos, claro que nada era justo en esta vida.

Cuando baje todos estaban en la sala de estar principal de la casa, mi padre y mi madre cada uno en un sillón individual, Nathan en el más grande y suponía que debía estar al lado de él.

—Has vuelto— Dijo mi padre a lo obvio— Ahora que estamos reunidos, voy a iniciar.

Una vez más estaba completamente pérdida.

  —Isa, sabes que a la edad de los dieciocho años es el culme del desarrollo de tus poderes, tu cuerpo tendrá que llevar consigo gran cantidad de poder, es necesario que te prepares día tras día para no caer enferma a gravedad, casos que sucedieron en la antigüedad cuando sus mortales cuerpos no soportaron y murieron. También debes entender lo que puedes lograr y hasta que punto te puedes controlar, es por eso que Nathan esta aquí, el se quedara en nuestra casa para poder ayudarte en todo el proceso, él es uno de los más poderosos de vuestra generación, seguro te ayudara mucho tenerlo cerca.

Un nudo en la garganta se formo, ni siquiera sabía el porqué.

—Papá, sólo es agua, no creo que mi poder necesite mayor capacitación, eso es seguro. No es necesario que él,— agité mi mano señalando a Nathan— Esté aquí.

—Créeme tampoco me gusta estar al lado de una torpe como tú, pero son ordenes de los mayores no puedo desobedecer.

—Pues hazle un acto de magia, yo que sé, pon cara de cachorrito, seguro que a ti te hacen más caso que a cualquier idiota. 

—¡Suficiente!—volvió a tener control mi papá— Lo que he dicho se cumplirá, a partir de mañana iniciaran tus sesiones con Nathan, y nada de quejidos y berrinches.

Suspiré.

Mis dos padres se pusieron de pie, antes de que salieran de la sala mi papá volvió hacia mí nuevamente.

—Antes de que se me olvide, tus tutorías han acabado, este es tu último año, vas a asistir a un instituto, el mejor de Inglaterra, el Cardiff no dudo en aceptarte. Disfrútalo.

¿Qué?, esperen eso es imposible, NUNCA en toda mi vida he asistido el colegio siempre estaba en manos de los mejores tutores, mi educación era distinta desde casa , pero me gustaba no tener que lidiar con el grupo de populares que veía en las películas, los marginados y el idiota por el que todas botaban baba y milagrosamente se convertía en el héroe de la chica idiota, definitivamente no quería eso, esto es un sueño.

Unos, dos, tres.

Pellizco, no me dolió. Si, esto es un sueño.

Cuatro y Cinco, ¡Despierta!

—¿Estás bien?, empezaste a hacer ruidos raros, parecías un cerdo agonizando— encontré los ojos verdes/miel de Nathan, genial, no era un sueño.—y luego empezaste a contar, ¿Segura que no necesitas un psiquiatra?

—Estoy segura que no— "Vamos a la cara del niño lindo" y enseguida una cantidad de agua cayó en la cara de Nathan,— Ahora si me disculpas me iré a leer, ¿Necesitas una toalla querido?

—Esto se pondrá interesante.

—Que pena que no pueda apreciarlo contigo, me largo de aquí— en cuanto tome el pomo de la puerta un calor hizo alejarme bruscamente.—¡Oye!, eso me pudo haber dejado ampollas.

—Tú lo buscaste primita


Sin duda esto sería la guerra.


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Tercer capítulo, si no entienden mucho lo que pasa todo se irá aclarando, 

Comenten si les ha gustado, me gusta leer lo que opinan.

(C.E)


Hija de la traición. (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora