Hija de la traición. (En edición)

Capítulo 22.

El odio despierta rencillas; pero el amor cubrirá todas las faltas. Proverbios 10-12

EDWARD

—¿Qué es lo que planeas Nathan?—pregunté sin entender la salida que el me brindaba

—Tú tienes varios conocimientos en la alquimia, ¿No es así?

—Si he visto algo, pero aún soy algo así como aprendiz, es dificil llegar a controlar el fuego y...

Me detuve a pensar lo mucho que los mayores se esforzaban en toda la alquimia, además de sus conocimientos filosóficos, sin duda alguien como yo nunca lograría algo.

—Nathan, cualquier cosa en la que estés pensando es simplemente imposible, mejor olvida eso— Nathan empezó a reír como si en vez de anunciar de haber terminado con su plan, le hubiera contado un chiste.

—No sé si no me conoces muy bien Edward, pero a mí nunca se me dice que no.

—Pero Nathan...

—Hay algo llamado Panacea...—se detuvo a pensar, luego una sonrisa triunfante crubrió su rostro, cualquier cosa, no sería nada fácil —Adam en algún momento habló de ello, su objetivo es curar todas las enfermedades, heridas, todo...

—No Nathan, es difícil —camine de un lado al otro pensando — se requiere el control total del reino vegetal, además de separar su materias primas, purificar, y volverlo a unir, pero el fuego es el factor principal, además de lo mucho que me ha costado controlarlo...

—¡Edward!— gritó Nathan, lo miré curiosamente —se te han olvidado mis habilidades —su mano se convirtió en una pequeña bola de fuego y su cara mostraba su autosuficiencia.

—Bueno, eso es algo que no tuve en cuenta, ahora Isa...

—¡Maldición deja de hablar!, ¿Estás nervioso?

¿Lo estaba?

—Bueno, si, creo, no sé—agaché mi cabeza

—Vamos a salir de esto, aún no confío en ti Edward, pero sé que quieres escapar de esta vida que nos ha tocado, y si quieres no lo hagas por mí, olvidate jodidamente que es un favor para mí, esto lo hacemos por Isabella, ¿Entendiste?

Asentí lentamente.

—Buen chico —su mano sacudió mi cabello.

—¡No soy un niño de cinco años! —quité su mano, y su rostro se contrajo en una carcajada.

—Pues lo pareces amigo, ahora trabajemos en eso, sólo tenemos hasta mañana para lograrlo.

¿Siquiera sería posible?

"Éste es el principio que mueve todas las cosas. En Alquimia se le denomina el Alma del Mundo. Cuando deseas algo con todo tu corazón, estás más próximo al Alma del Mundo. Es una fuerza siempre positiva."

El Alquimista, Paulo Coelho

No sabía si todo lo que habíamos hecho con Nathan daba el resultado que esperábamos, aunque todo insinuaba que el era correcto, y ahora lo guardaba en mi bolsillo izquierdo como si fuera la mayor fortuna, pero de esto, de este pequeño tarro dependía la vida de alguien más y en cierto modo la mía. Ahora veo como Nathan lucha contra Isa, sé más que nadie que todo lo que él está haciendo le duele más que mil heridas, aunque siento cierto cariño hacia Isa sé que el amor de Nathan es más puro que lo que yo alguna vez sentí, y ahora está arriesgando su vida, sin saber a ciencia cierta si podrá volver a ver la luz del día.