— Lo estoy, gracias a ti – mis ojos se encontraron con los de él, sus ojos que me transmitían tanto, que me podían decir tantas cosas y a la vez confundirme. Sin darme cuenta Julian se acercó temeroso a mis labios y depositó un pequeño beso en ellos, al sentir sus labios contra los míos millones de emociones se apoderaron de mi ser, pero tenía que hacer caso omiso de ellas – Vamos a mi casa, tengo que curarte esas heridas.
Tome su mano y camine en silenció las pocas cuadras que faltaban para llegar al edificio, entramos en silencio al departamento. Senté a Julian en el sillón mientras yo iba por el botiquín de primeros auxilios. Empecé a curarlo con cuidado, mientras el gruñía por el ardor que le provocaba el alcohol, y las otras cosas que le eche en las heridas para evitar que se le infectarán.
—¡Arde! – exclamó cuando estaba terminando de curar la herida de la ceja.
— Aguanta, no te gusta andar a los golpes – murmure, estaba a medio sentar casi arriba de él.
Cuando termine de curar esa herida deje las cosas a un lado y cuando me volví a girar para mirar como había quedado me tope con la mirada de Julian fija en mí, una de sus manos subió a mi cintura dejando delicadas caricias, y nuestros ojos no se separaban, estaban fijos el uno en el otro, Julian se estaba acercando con cuidado a mí, estaba casi rozando mis labios, cuando sentimos que la puerta principal del departamento se estaba abriendo. Rápidamente me separe de él, parándome a su lado y viendo como todos entraban apresurados en el departamento.
—¿Qué paso? – preguntó mi hermano preocupado
— Nada grave Maxi – trate de tranquilizarlo
— ¿Entonces por que Julian esta todo golpeado? – pregunto Pablo que miraba asustado a Julian, que se mantenía en silencio hasta ese momento.
— Un tipo se sobrepaso con Oriana a la salida de su trabajo, y una cosa llevo a la otra y terminamos agarrándonos a golpes – habló Julian
— ¿Qué? – gritaron Agus y Peter la vez.
—¿Son sordos o que? – dijo entre dientes Julian – me agarre con un tipo para defender a Oriana.
—¿Están los dos bien, no les paso nada? – preguntó Pablo. Tanta pregunta me estaba mareando.
— Julian salió un poco golpeado pero ya esta curado – suspiré yo – a mí no me ocurrió nada más.
—No quiero que vuelvas a ese trabajo – habló mi hermano totalmente serio
—¿Qué? – grité yo, el estaba loco.
—No te vas arriesgar nuevamente, no siempre va estar Julian o uno de nosotros para protegerte si vuelve a pasar algo así nuevamente – el tono de voz con el que habló Maxi, denotaba que no había vuelta atrás iba a tener que dejar mi trabajo.
— Buenas Noches – me levanté enojada para ir a mi habitación y encerrarme, no quería hablar con nadie, muchas cosas en tan poco tiempo. Pero una pequeña sonrisa se apoderó de mis labios al pensar en como Julian me había defendido, pero la borre instantáneamente. Eso lo hubiera hecho cualquiera de los chicos, nada más pasaba.
*
Narra Julian:
— Gracias Julian– dijo Maxi, luego de escuchar el portazo de su hermana
— No hay de que Maxi– suspire, mientras me ponía hielo nuevamente en la ceja – Es lo que cualquiera de nosotros hubiera hecho
— Eso es verdad – me apoyó Peter.
— No puede estar en ninguna parte sin meterse en problemas – suspiró Maxi mientras se dejaba caer en el sillón del frente.
— No fue su culpa lo que paso Maxi– dijo Pablo defendiendola – ella no puede controlar eso
— En eso tiene razón Pablo – apoyo Agus – el que tuvo la culpa fue el idiota que se sobrepaso con ella.
— Pero tenemos que estar tranquilos – dijo Peter– por suerte a ninguno le paso algo grave
—Lástima que el idiota no puede decir lo mismo, lo hice papilla – dije yo, haciendo que todos riéramos.
Lo que ellos no sabían es que al ver a Oriana en esa situación hizo que mis celos hirvieran a mil, pero eso nadie lo sabría. Ella era alguien prohibido para mí, aunque no podía borrar la sensación de sus labios contra los míos...
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Unbroken.
FanfictionLa muerte de un ser querido puede provocar dos cambios en una persona. Opción uno, ser fuerte y salir adelante. Opción dos, ser un estúpido y dejarte vencer. En mi caso es la opción dos, me deje vencer y que las sustancias y malas amistades se apode...