Cap 65

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  No podía creer lo que había escuchado, Julian...Julian había dicho eso de ¿mi? No podía creerlo simplemente no lo creía, había sabido abarcar el tema de una forma excelente, pero eso no me importaba si no que todo lo que dijo, que se sentía orgulloso de mí, que estaba enamorado de mí. Una tonta lágrima corrió por mi mejilla, es que definitivamente yo me había ganado a la mejor persona para tener a mi lado, siempre sabía que decirme, como contenerme, como tratarme, lo amaba simplemente lo amaba.

Pero en ese momento nuestra discusión de hace unos minutos vino a mi mente, y no pude más que auto-odiarme, yo lo había tratado pésimo, había hecho que discutiéramos, y luego el dice todo esto, simplemente era la idiota más idiota del mundo, lo trate como basura y el ¿Qué hizo? Defenderme y amarme a pesar de todo.

—Y ustedes chicos ¿Nos pueden decir algo? – se dirigió Kim a los demás

—Apoyo lo que dijo Julian, Oriana es persona como cualquiera de nosotros y tiene derecho a cometer errores, y nadie tiene derecho a juzgarla o tacharla de algo que no es, por que nadie es perfecto – habló Pablo.

—Además lo que nos toco a vivir a nosotros no fue fácil – habló mi hermano, era primera vez que escuchaba que se refería implícitamente a la muerte de nuestros padres – Tengo el presentimiento que actuó como cualquier niña de quince años que le toca vivir algo así, se refugio en cosas que no le hacían bien pero por suerte eso ya es agua pasada y ahora es una chica feliz, y estoy orgulloso de ser su hermano.

Y ahí fue cuando me solté como una idiota a llorar, es que definitivamente tenía a las mejores personas a mi lado, los mejores amigos, las mejores amigas, el mejor hermano y por supuesto el mejor novio. Mariel me abrazó fuerte y yo solo llore mientras ella me consolaba, desde ya andaba más sensible de lo normal y ahora esto simplemente había potenciado todos mis sentimientos, haciéndome llorar.

—¿Más tranquila? – me pregunto Mariel luego de un rato, mientras me pasaba un vaso de jugo

—Si gracias – le sonreí

—No hay de que amiga – me devolvió la sonrisa – pero ahora es hora de empezar arreglarse, los chicos nos esperan

—Pelee con Julian, no creo que me quiera ver ahí – admití con una mueca en mi rostro

—¿Eres tonta? Claro que te quiere ver ahí, así que ahora te vas a bañar mientras yo elijo tu ropa, por que hoy día tienes doas grandes misiones, Una pedirle perdón a Julian por lo de hace un rato y la otra, bueno tu ya sabes lo otro – mientras me decía todo esto me iba empujando por el pasillo hasta que me metió al baño.

Tome una gran bocanada de aire y me dispuse hacer lo que Mariel me había dicho, me desvestí y me metí rápidamente bajo el chorro de agua caliente que salía de la regadera, me mantuve por varios minutos bajo esta para que todos mis músculos se relajaran para luego empezar a enjabonarme y lavar mi pelo con tranquilidad.

—Si que te demoraste babe – me comentó una Mariel que ya estaba totalmente arreglado – llevas más de una hora dentro de ese baño, ya me estaba asustando.

—Lo siento, me relaje – le sonreí

—Eso esta muy bien, pero ahora ¡vamos! Vístete, nos queda poco tiempo – me apresuró mi amiga

En pocos minutos me vestí, llevaba unos pantalones ajustados de color negro que hacían ver mis piernas más largas de lo normal, arriba me puse una blusa holgada que iba por dentro de los pantalones y tenía un escote normal, ni muy exagerado ni tampoco que pareciera mona. Me puse unos botines con un poco de taco, y Mariel me sugirió que llevara mi larga melena rubia suelta, para que así se notaran más mis ondas. Me puse unos aros llamativos y como siempre la cadenita de Julian colgada a mi cuello.

Unbroken.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora