Cap 55

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 {Sigue Narrando Julian}:

— Nada – respondí automáticamente, pero ya el nudo estaba presente en mi garganta y mis ojos se habían llenado nuevamente de lágrimas.

-—Julian, no me mientras ¡Que demonios paso entre ustedes! – me gritó desesperado, hartando mi paciencia haciendo que en un segundo me parara del sillón para mirarlo a la cara.

—¡Terminamos Peter, eso sucedió! Oriana y yo, ya no somos nada ¿eso querías saber? – le escupí en el rostro con furia, mientras las lágrimas nuevamente corrían por mis mejillas.

—Julian, yo lo siento.... – dijo arrepentido

—Me engaño Peter– solloce – la vi besándose con otro.

—Tranquilo amigo – dijo él mientras me abrazaba fuerte, y era justo lo que necesitaba, un abrazo de un amigo. Me aferre fuerte a él y deje que todo lo que tenía dentro saliera, ya no quería tener ese dolor adentro mío, era insoportable.

—La amo Peter, ella se había transformado en todo para mí – murmure - ¿Qué hice mal? Porque se beso con otro

—Tranquilo hermano, todo debe tener una razón, pero ahora tranquilízate – me contestó Peter.

Pase toda esa noche hablando con Peter desahogándome, soltando todo lo que tenía dentro y llorando lo que hace meses no lloraba, definitivamente Oriana había afectado todo mi ser, se había hecho fundamental en mi vida, y al no tenerla, me sentía vacío.

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Una semana ah pasado exactamente desde todo lo ocurrido y es el segundo día que salgo de mi departamento. Todos ya se habían enterado de que Oriana y yo habíamos terminado, pero solamente los chicos, Oriana y yo sabíamos las verdaderas razones de todo. No había tenido ningún contacto con ella, solo por los chicos, aunque mucho tampoco había querido escuchar solo sé, que se paso dos días encerrada en su pieza sin que nadie la sacara de ahí.

Tenía ganas de despejarme, de salir de mi departamento así que había decidido darle una visita a Lou y aprovechar un rato para estar con Yol, hace tiempo que no pasaba tiempo con ella, debido a todo lo que teníamos que hacer y bueno ahora todo lo que había pasado con Oriana.

—¡Julian, Julian! – llegaron unos reporteros a mi lado, yo solo les sonreí. Hace días ya que estaban fuera de mi edificio y también de cualquiera de los chicos - ¿Es verdad el rumor de que Oriana y tu terminaron porque le fuiste infiel?

—Chicos enserio, no voy hablar del tema – le dije amablamente

—¿Entonces es verdad que le fuiste infiel? – preguntó otro reportero

—Por favor – volví a pedir, mientras intentaba avanzar hasta mi auto que tenía aparcado a unos metros.

—Entonces, esta confirmado Julian Serrano y Oriana Sabatini terminaron su relación de casi seis meses, por una infidelidad de parte de la estrella pop – escuche que decía un reportero hacia una grabadora, de seguro para luego editar lo que yo había dicho y dejar bien parado él, eso me molesto y mucho.

—¡Hey! – Le dije al reportero mientras lo tomaba por el brazo para que se girara – Yo no afirme nada, así que no digas cosas que no son.

—Es mi trabajo lo siento – dijo él con una sonrisa burlona en la boca

- Está bien es tu trabajo, pero te estás metiendo en mi vida personal y en la de mi ex novia, afirmando cosas que no son para dejarme mal a mi o ella – estaba furioso, todos los demás reporteros miraban en silencio – Me gustaría que alguna vez alguien se metiera en tu vida personal y cambiara todo para que veas los problemas que te puede traer y lo mal que lo pasas, ten un mínimo de respeto, soy persona igual que tu.

Tome su grabadora y saque la cinta, y la guarde en mi bolsillo. El no hizo nada y los otros reporteros tampoco, ni se movieron. Solo me observaron alejarme de ellos para subirme a mi auto, estaba harto de que se metieran en mi vida personal, todo tiene un limite y lo que el había hecho lo sobrepaso con creces.

—Hola Lou – le sonreí cuando me abrió la puerta

—¡Julian! – dijo algo sorprendida – Que lindo verte

—Gracias – le sonreí - ¿Crees que podrías regalonearme un rato?

—Claro que si Julian, pasa – dijo con una sonrisa algo nerviosa. Lou era como una mamá para todos nosotros, estaba con nosotros casi todo el tiempo y bueno Yol era como nuestra hermana pequeña, la mimábamos en todo.

— ¿Cómo ah estado todo? – preguntó ella, mientras yo estaba sentado en el suelo jugando con unos cubitos junto con Yol.

— Esta, es lo que vale – le respondí sinceramente

—¡Tío Julian! – gritó feliz Yol, llamando mi atención, había logrado construir una pequeña torre ella solita.

—Muy bien Yol– le sonreí mientras le desordenaba un poco el pelo, mientras ella me pasaba nuevamente los cubos, para que yo se los fuera pasando uno por uno y construir nuevamente alguna figura.

—Te había extrañado – comentó Lou hablando de Yol– estuvo preguntando hoy por ti, incluso.

—Yo también la eh extrañado – dije con una sonrisa mirando a Yol que estaba concentrada construyendo algo – Pero necesitaba tiempo después de todo lo que paso

—Lo entiendo – me sonrío Lou mientras me despeinaba a mí

—No ah sido fácil Lou – admití – La extraño y mucho.

— ¿Haz intentado hablar con ella? – me preguntó

—No tenemos nada que hablar Lou, las cosas ya están no hay que cavar más en la herida – dije con tristeza, en eso me fije que había un bolso en una silla que me parecía conocido - ¿Estás con alguien?

—Ah, claro que no – dijo bastante nerviosa

—Ah, es que me parecía conocido ese bolso – dije indicando el morral café que estaba en la silla.
En eso un sonido resonó por todo el departamento, algo se había caído en la cocina, había sonado como un plato o un sartén.

—¡Oh, oh! – dijo Yol mientras se llevaba sus manitos a la boca, como sorprendida.

Extrañado me levante del suelo y camine hacia la cocina, que estaba del otro lado del departamento.

—Julian.... – sentí la voz de Lou atrás mío pero no hice caso.

Entre a la cocina, y me encontré con un sartén en el suelo, pero lo que no esperaba era ver a Oriana parada al lado de él. Al verla mi corazón se congelo, después de una semana de no saber nada de ella, topármela así de frente era duro. Sus ojos avellana estaban enmarcados por unas pequeñas ojeras, y su pelo estaba atado en una coleta, haciendo resaltar más aún sus rasgos. No se si era idea mía pero estaba más delgada, y en sus ojos faltaba un brillo, ese brillo que yo tanto amaba.

—Ho...Hola Julian– murmuró ella bajito, mientras tomaba sus manos nerviosamente

—Hola – fue mi única respuesta, mi corazón latía rápidamente.

—Creo que es mejor que yo me vaya – dijo, mientras empezaba a caminar, pero al momento que paso por mi lado inconscientemente estire mi brazo y la atrape por la cintura, y nos quedamos mirando a los ojos.

Pero mi mirada bajo hasta su cuello y ahí se quedo fijamente, en su cuello seguía colgando la cadenita que yo le había regalado, la "J" resaltaba contra su piel. Con cuidado lleve mi mano hasta la cadenita y tome el dije entre mis manos, con cuidado pase mis dedos por el dije, pero luego lo apreté fuertemente, y una especie de rabia me inundó, haciendo que no pensara bien las cosas.

—¿Y eres capaz de seguir usándola? – Pregunte con rabia, y no deje que contestara – Eres muy hipócrita.

Su cuerpo inmediatamente reacciono antes mis palabras, se tenso completamente y sus ojos se llenaron de una especie de capa brillosa que yo sabía perfectamente que eran, lágrimas que estaban luchando por salir pero que ella no dejaría escapar.

Unbroken.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora