Cap 66

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  Capitulo Final {Parte 1}:

{NARRA JULIAN}:
Una nueva gira ha llegado a su fin nuevamente, como todos decimos, siempre todo tiene su fin, y lamentablemente esta gira había terminado. Había sido completamente genial, habíamos ido por casi todo el mundo conociendo a nuestras fans y viéndolas disfrutar junto con nosotros las canciones, en verdad esta gira quedaría en mi mente para siempre había sido una de las mejores por lejos, además no hay nada mejor que viajar con tus cuatro mejores amigos. Pero no todo era tan malo, algo bueno de que terminaba la gira es que venían nuestras merecidas vacaciones, por fin un tiempo tranquilo en casa para estar con mi familia, disfrutar de mi novia, de los chicos, etc.

-Adiós chicos, nos vemos – me despedí de cada uno de ellos, después de estar más de seis largos meses viajando juntos, me tendría que separar de ellos, pero todos sabían que eso no duraría mucho, en uno o dos días ya estaríamos nuevamente todos reunidos.

Me baje de la van junto con todas mis maletas y me despedí nuevamente de los chicos agitando mi mano. Agarre mi bolso junto con mi gran maleta y empecé a caminar hacia el edificio dónde se encontraba mi hogar, subí al ascensor y marque el número de mi piso, me apoye en una de las paredes y cerré mis ojos, estaba bastante cansando habíamos viajado durante casi toda la noche y la mañana, y aunque no lo crean cansaba y bastante. En cuanto las puertas se abrieron salí del ascensor y fui directo a mi departamento el cual ya tenía las llaves en mis manos, abrí la gran puerta de madera y el silencio me invadió. Tire mis maletas a un lado y me dedique observar mi departamento, lo había extrañado hace más de seis meses que no estaba aquí, nuestra gira había sido mundial, por lo tanto teníamos que estar viajando constantemente a los distintos países y no habíamos podido venir a casa, es más nuestras familias por parte tuvieron que ir a visitarnos a los distintos países para así poder estar juntos, o sino hubieran sido seis largos meses sin ellos.

Me sentía tan pleno en este lugar, aquí se encontraba todo lo que necesitaba, además ver ese departamento que había casi implementado a mi modo, con mi propio dinero, con mi propio esfuerzo, además en este departamento había compartido grandes momentos con la gente que amaba. En eso mi mirada se quedo fija en la foto que estaba colgada en la pared, en ella salíamos Oriana y yo, hace un año si no me equivoco, en nuestras vacaciones en Paris, habían sido simplemente geniales. No podía creer que llevábamos ya cuatro años y medio juntos, de tan solo pensarlo mi corazón se aceleraba, esa pequeña que había llegado alborotar mi vida, a darla vuelta como nadie la había hecho, esa pequeña de ojos grises que se había robado completamente mi corazón. Juntos habíamos logrado afrontar todo lo que nos depusiera el destino, y en estos momentos no sé que sería de mi vida sin ella, ella lo era todo para mí, mi fuerza, mi amor, mi todo.

Deje mis pensamientos de lado y camine hacia mi habitación, perdón, hacia nuestra habitación – si de Oriana y mía – camine lentamente nada me apuraba, y al momento que abría la puerta me encontré con una hermosa imagen que me sacó una sonrisa instantánea, era inevitable, ella me hacía sonreír. En medio de nuestra cama se encontraba profundamente dormida mi novia, mi pequeña y acurrucado en su pecho se encontraba mi hijo también profundamente dormido con su chupete con el cual no podía dormir si es que no lo tenía a su boca al igual que su tuto que tenía entre sus brazos. Mi hijo, mi Edward, ese pequeño demonio que había llegado alborotar la vida de todos y alegrar la mía de la de Oriana.

Recuerdo el día en que Oriana me dijo que estaba embarazada y simplemente no lo podía creer, es que no cabía en mi cabeza que yo, Julian Serrano, iba a tener un hijo, un pequeño junto a la mujer que me había robado el corazón.

Me apoye en la puerta y me dedique a contemplarlos y de alguna forma a recordar como mi hijo había llegado a dar luz a mi vida, hace ya casi tres años que todo había cambiado para mí, si porque ese pequeño idéntico a mí había llegado a mi vida, yo ya no estaba luchando por mi solo, ahora tenía que luchar por él, por sacarlo adelante, por amarlo, por alimentarlo, por cuidarlo, yo ya tenía una razón por la que vivir lo más posible junto a la mujer que amo, si tenía que vivir por Edward. Recuerdo que durante todo el embarazo de Oriana no pude dejar de sonreír, a pesar de que teníamos un montón de trabajo, del agotamiento, de ir al médico a acompañar a mi novia, había dado lo mismo por que alguien estaba creciendo en el vientre de Oriana, y del momento en que supe que estaba embarazada, yo ya amaba a esa pequeña personita que estaba creciendo.


[RECUERDO.]

—Maxi, tengo que hablar contigo — le dije.
—¿Qué sucede hermano? — preguntó el curioso, nos encontrábamos en mi departamento, pero solos en la sala, Oriana estaba durmiendo.
—Sabes que amo a tu hermana ¿Cierto? — mis nervios estaba en punta, yo sabía lo sobre protector que era Maxi con Oriana, y no se como le caería esto.
—Si Julian, me he dado cuenta —me sonrío amable, como siempre.
—Entonces sabes que jamás la dejaré sola y menos ahora — volví hablar algo inseguro.
—Creo que si — dijo mirándome extrañado —¿De que va todo Julian?
—Juras que te lo vas a tomar con calma — le sonreí casi rogándole.
—Okei, ¡pero dilo ya! Que le pasa a mi hermana –
— Maxi, Oriana esta embarazada – solté y miré directamente a Maxi que se había quedado de piedra, tal como me lo había imaginado.
—¿Qué? ¿Que? – volvió a preguntar como si no hubiera entendido.
—Haber como te lo explico – dije algo exasperado - Oriana está embarazada, Ella y yo vamos a ser papá, tu vas a ser tío... como cualquier pareja normal tuvimos rela...
—¡Ya, ya para! – me gritó interrumpiéndome – no me interesa saber lo que hacen en su intimidad.... Es que simplemente no lo puedo creer, tan pequeña ¿Y embarazada?.
— Maxi yo tampoco me lo esperaba pero ocurrió, pero estoy completamente feliz –
—Y créeme que estoy más feliz que tú – sonrío anchamente desconcertándome – Se lo mucho que se aman se les nota a ambos, y a pesar de que Oriana es chica y tu también serán grandiosos padres y no estarán solos, nos tienes a nosotros.
—Gracias hermano – lo abracé, para mi era fundamental contar con su apoyo
—¿Qué hacen el par de tontos? – llegó en ese momento Oriana a la sala mientras se echaba un bostezo-
— ¡Ven para acá! – le dijo Maxi mientras iba hacia ella y la tomaba en brazos y le daba unas pocas vueltas a lo que yo solo pude reír mientras los miraba.
—¿Y a ti que te sucede? – preguntó ella asombrada.
—¿Cuándo pensábamos decírmelo? ¡Voy a ser tío! – chilló el Maxi.
— ¡Julian, dijimos que lo haríamos juntos! – me dijo ella algo enojada pero riéndose de todas formas.
— Amor creo que eso ya lo hicimos, o sino no estarías embarazada – solté.
—¡Julian! – me gritaron los hermanos Sabatini para luego explotar en risa.

[FIN DEL RECUERDO.]

Una ancha sonrisa se apodero de mis labios al acordarme de ese momento y también al acordar de cómo habían reaccionado todos los demás, estaban igual o peor de felices que nosotros, que éramos los padres. Con cuidado me acerque hacia la cama y me senté a un lado de Oriana y empecé a depositar pequeños besitos por su cara, a lo que ella fue despertando poco a poco.

—¿Julian? – preguntó algo adormilada.
—¿Quién más te despertaría así? – le respondí con una pregunta, mientras ella sonreía.
—Ven aquí tontito, te extrañe – susurró para luego tomar mis labios delicadamente con los suyos, como había extrañado sus besos hace un mes ya que nos los veía a ninguno de los dos por que no habían podido viajar por que Edward había enfermado y era complicado sacarlo, podría empeorar y ninguno de los dos había querido arriesgarse a eso, nuestro hijo estaba antes de todo.
— Yo también te extrañe – le dije cuando nos separamos y le volví a robar un corto beso - ¿Cómo ha estado Edward?.
—Mucho mejor, salió fuerte como su padre – soltó una pequeña risita.
—E igual de hermoso –
—Aquí vamos otra vez – rodo ella los ojos.
—¡Hey, tienes que aceptarlo, es Serrano cien por ciento! – le reclame, mientras la abrazaba por la cintura con cuidado de no despertar a Edward que estaba profundamente. dormido.
—Mentira, tiene los ojos Sabatini– me sacó ella la lengua.
—Y el genio –
—¡Oye! – exclamo mientras me daba una pequeña palmadita en el brazo.
— Son bromas amor – reí, para depositar un nuevo beso en la frente.

Nos quedamos así abrazados sobre la cama hablando en susurros para no despertar a Edward, miren que si despertaba de malas era peor que yo, si creó que en esa parte de su personalidad se parecía a mí, ambos odiábamos despertarnos.

—Mmm – musitó Edward empezando a moverse de a poco, y abrir sus ojitos. Oriana y yo lo observábamos con una gran sonrisa.  

Unbroken.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora