Megan
Bajamos del avión y Harry sin dignarse a abrir la boca. En España, después de nuestros gritos en backstage le dije que sí, que me iba con él, pero no me contesto nada. Se limitó a darse media vuelta e irse a buscar a los demás. Durante los premios estuvimos separados ya que ellos estaban en la zona de los artistas invitados y nosotras nos habíamos quedado con Lou. Y a la salida nos subimos al avión y aunque nos sentamos uno al lado del otro ninguno de los dos dijo nada.
Según llegamos al parking del hotel Harry abre la puerta de golpe y se baja sin ni siquiera esperar a que el coche frene del todo.
- ¿estás segura de que no quieres que te pida una habitación para ti sola?-me pregunta Lou mirando en la dirección en la que Harry se ha ido.
- Estoy segura, gracias de todos modos-digo a la vez que salgo del coche y camino hacia el hotel.
Unos cinco minutos más tarde estoy delante de nuestra suite, la puerta esta entreabierta y eso me ha un mínimo de esperanza. Si la ha dejado así es porque esperaba que viniera ¿no? Entro con miedo, toda la seguridad y el cabreo del vuelo se me ha pasado de golpe.
Le encuentro sentado a los pies de la cama con los codos apoyados sobre las rodillas y la cabeza sobre las manos, mirando por la ventana con la mirada perdida en el horizonte. Sus bonitos ojos verdes no brillan como de costumbre, el gesto de su cara es serio y su cuerpo no parece tener esa energía y esa alegría que yo recordaba. Sé que me ha oído entrar de sobra pero no quiere hablarme, le entiendo, está enfadado y tiene motivos. Por eso mismo decido avanzar hacia él y sentarme en suelo de tal manera que quedemos a la altura. Espero unos segundos a ver si dice algo pero como no lo hace decido empezar yo:
»Te quiero Harry, te quiero desde hace tanto que no recuerdo desde cuándo. Te quiero Harry y quiero estar contigo pero sin estar contigo. Quiero que sigamos devorándonos salvajemente con la mirada en sitios públicos, quiero que sigamos haciendolo en los lugares más imposibles del mundo. Quiero esas noches de conversaciones filosóficas eternas tirados en el sofá hasta las cinco de la mañana y quiero esas tardes de lluvia en el jardín saltando charcos. Y quiero despertar sintiendo tu aliento en mi nuca mientras tus brazos me asfixian y siento que me ahogo del calor que me das pero sin embargo no me muevo. Y quiero poder tocarte el pelo por el simple placer de jugar con tus rizos. Y quiero que me sigas tapando con una manta cuando me quedo dormida en el sofá después de llorar con una peli ñoña.
Pero también quiero pasar tiempo con mi familia, oír las risas de mis sobrinos hasta que me taladren la cabeza y que cuando caiga la noche tú me llames y me cuentes ilusionado como en el concierto de ese día gritaron como nunca antes aunque me lo repitas todas la noches. Quiero que me cuentes como recorres el mundo y que cuando nos volvamos a ver me abraces tan fuerte que me levantes del suelo. Quiero echarte de menos y quiero renamorarme de ti cada vez que te vuelva a ver. Quiero que tengas tu propia vida, tal como yo tendré la mía y quiero que cada uno pueda decidir hacer cosas impulsivas, incluso si nos alejan por meses o semanas. Contigo quiero hacer cosas que no haría con nadie más, esas cosas que me asustan, que me maravillan y que me causan dudas. A tu lado me siento valiente, a tu lado creo que puedo conquistar el mundo, a mi lado tú también lo ves todo más brillante y es eso lo que no quiero que nadie nos quite, incluso en esta situación. Por eso quiero estar soltera pero estando contigo.
Cuando acabo mi discurso veo que me está mirando y sé que lo que he dicho le ha llegado.
- Pero...
- No quiero que haya otras personas en nuestras vidas Harry, quiero que sigamos siendo solo tú y yo. Pero no quiero dejar de ser quien soy por ti ni tampoco quiero que tú lo hagas. Quiero que puedes seguir asistiendo a todos tus eventos sin tener que preocuparte en si me sentara mal o no, quiero que sigas pudiendo viajar a tres países en un solo día por trabajo sin la preocupación de que yo tal vez me esté agobiando. Y yo quiero seguir pudiendo pasar tiempo con mi familia sin que a ti te parezca que estoy huyendo.
- ¿Y cómo lo vamos hacer? ¿Dónde vas a vivir exactamente?
- Me da igual Harry-digo a la vez que me levanto y me siento a su lado-me da igual una casa en Los Ángeles, un apartamento en Londres o una habitación de hotel cutre en un pueblo. Mi casa será donde estés tú. No quiero renunciar a ti pero tampoco quiero renunciar a mí.
- Te quiero Megan, lo sabes ¿verdad?
- Tenía miedo que lo hubieras olvidado-respondo con una sonrisa inmensa y con unas cuantas lágrimas de felicidad mojándome las mejillas.
Sammi.
Observo a Zayn mientras habla por teléfono, parece un gran hombre de negocios cerrando un trato importante. Solo lleva unos pantalones cortos negros de adidas que le cuelgan de las caderas como si los hubieran diseñado para el, con una mano sujeta el teléfono y la otra se la pasa por el pelo para quitar de la cara esos mechones largos. Cada día tiene el pelo mas largo y a mi me encanta. Su acento inglés está aún más marcado que de costumbre, su voz es más grave, habla más rápido de lo normal pero a la vez lo hace con mucha calma y seguridad. Es jodidamente sexy. Yo mientras estoy sentada en el sofá, con pelos de loca, tirando del borde inferior de mi camiseta con nerviosismo y moviendo los pies en el aire.
- ¿Ya está?-pregunto según veo que cuelga.
- Si.
- Zayn no me puedo creer que hayamos hecho esto-digo medio gritando a la vez que doy saltitos a su alrededor.
- ¿Te arrepientes de haberlo hecho?
La seriedad de su voz me asusta un poco pero me recompongo en segundos.
- No, claro que no me arrepiento. Solo que así de golpe...es ¡guau! no se...solo... ¡no se!-digo mientras miro por la ventana de nuestra habitación de hotel y hago grandes gestos con las manos.
Antes de que me dé tiempo a reaccionar Zayn me coge por la cintura y me levanta del suelo para tirarme en el sofá y comenzar a hacerme cosquillas. En apenas dos segundos la habitación se llena de mis carcajadas que se mezclan con las suyas. Yo apenas respiro, se aprovecha de que tengo cosquillas en todas las zonas de mi cuerpo y no me da tregua.
- Zayn para...para...para por favor que me muero-digo con la respiración entrecortada y los ojos llorosos.
- Bueno paro pero porque no quiero que te mes en el sofá-dice a la vez que se tumba por completo encima de mí y comienza a darme besos por el cuello.
- Me estas ahogando...
- Pues quítate...
- Zayyyyyn.
- Saaaammiiiiiii-dice imitando mi tono llorón de niña de cinco años.
- Moriré ahogada debajo de ti por falta de oxígeno, que lo sepas y haber luego como se lo explicas a las fans.
- Tengo un guardaespaldas maravilloso que se desharía de tu cadáver y nadie se enteraría, que lo sepas. ¿Sabías que tus ojos se vuelven más claros cuando lloras?
- ¿Ahora qué quieres verme llorar todos los días para que tenga los ojos más claros?
- Si son lágrimas de alegría quiero verte llorar todos los días-dice a la vez que se incorpora y me da un tierno beso en los labios, un beso que más que un beso es un roce y que sin embargo hace que se me erice la piel hasta de los dedos de los pies.
- Me da miedo la locura que acabamos de hacer, ya has hablado con la universidad ya no hay vuelta atrás. Me da miedo irme a Londres Z, me da miedo lo que pueda pasar.
- Tu iras a la universidad y tendrás un curriculum brillante y nosotros pasaremos muchísimo más tiempo juntos. Y todo será mucho más fácil que hasta ahora te lo prometo. Pero si te sirve de consuelo yo también tengo miedo.
- ¿Tu? ¿De qué?
- De que vuelvas a desaparecer de mi vida Sammi.
- Yo tengo miedo de que el que desaparezca esta vez seas tú Zayn.
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«A CHANCY GAME» (un juego arriesgado)
Fanfiction¿Y si todos los sueños que una vez tuviste si hicieran realidad? Esta es la historia de Sammi, Megan, Kim y Alice, la historia de como la realidad superó a la ficción.