«A CHANCY GAME» (un juego arriesgado)

6.

Mire mi reflejo en el espejo del ascensor, estaba extremadamente nerviosa y sin embargo mi cara estaba tranquila, siempre me habían dicho que era única camuflando mis emociones y esperaba que esta noche me sirviera con él, no quería verle y empezar a gritar. Justo antes de que se abrieran las puertas revise por última vez mi ropa, no estaba segura si era lo adecuado pero yo estaba cómoda y eso era lo primordial. Tras mucho pensar finalmente me había decidido por unos pitillos negros y una camisa larga del mismo color, una cazadora de cuero rojo oscuro y unas converse negras enteras. El pelo lo llevaba liso y aunque me había maquillado un poco más que lo que lo hacía habitualmente tampoco era algo exagerado; rímel y raya negra, completaba el look con mis labios rojos, mi seña de identidad.

Atravesé recepción con un paso firme y llegue al exterior donde el conductor de esta mañana me estaba esperando.

-          Está muy guapa Samantha- dijo él.

-          Gracias mmm…y llámame Sammi por favor, mi nombre completo me pone nerviosa.

-          Hahahaha vale Sammi, y mi nombre es Derek.

Las calles estaban abarrotadas se notaba que era viernes y que además hacia una noche espectacular, llevábamos 20 minutos de viaje y no tenía ni idea de hacia donde se dirigía Derek pero la verdad es que me daba igual, iba camino de una cena con Zayn, iba camino de mi primer encuentro con la persona de la que llevaba enamorada casi cuatro años y sinceramente, no sabía cómo iba a reaccionar. Tras casi una hora de viaje el coche se detuvo, mire por la ventanilla y vi que estábamos a las afueras de Londres, eran bloques de edificios de tres cuatro pisos como mucho o sino casas independientes, se respiraba tranquilidad allá donde miraras y apenas había movimiento por las calles, finalmente Derek me saco de mi ensoñación:

-          Esta lista Sammi? El señor Malik la espera justo ahí fuera, pero hasta que usted no diga que esta lista él no se acercara.

Mire por la ventanilla contraria a la mía y vi que efectivamente ahí estaba el, podía observarle con tranquilidad ya que el cristal estaba tintado y no podía verse el interior del vehículo. Estaba apoyado contra la pared con una pierna flexionada, la verdad es que este hombre era un adonis, rezumaba sensualidad por los cuatro costados y él no era consciente de ello, todos los días me preguntaba cuántos ataques al corazón habría provocado a lo largo de su vida con esa sonrisa torcida suya. Estaba impresionantemente guapo: llevaba unos pitillos negros y una especie de sudadera-camiseta de manga larga negra con flores en blanco pero que le quedaba de infarto, además llevaba sus míticas botas estilo militar negras y el pelo peinado hacia la derecha, en conjunto estaba guapísimo. Decidí que ya le había observado lo suficiente y abrí la puerta del coche soltando a la vez todo el aire que no había sido consciente que estaba reteniendo. Salí del coche y a los pocos segundos ya le tenía delante de mí.

-          Hola Sammi. Dijo Zayn a la vez que me daba dos besos, ¿no se suponía que los que daban dos besos éramos los españoles y no los ingleses?

-          Hola Zayn. Mi voz sonó clara y relajada para como estaba en realidad y eso me tranquilizo.

A continuación él puso una mano al final de mi espalda y me guió hacia el restaurante mientras me explicaba que había elegido ese sitio porque era uno de los más tranquilos al estar a las afueras, nadie le reconocería y no había riesgo de encontrarnos con fans cámara en mano, además era también uno de sus restaurantes favoritos. Según entramos el camarero, que debía ser el dueño también, vino hacia nosotros y se fundió en un sincero abrazo con Zayn, el cual tuvo que retirar la mano de mi espalda para poder devolvérselo. Sin su mano sobre mí de repente me sentía sola, desprotegida e incluso, tenia frío, solo unos minutos y mi cuerpo reaccionaba como si no fuera a poder seguir viviendo si Zayn no me tocaba. El camarero/dueño nos condujo hacia una mesa en una esquina, el local era precioso, pequeño pero precioso. Estaba entero decorado con motivos marineros, los colores predominantes eran el blanco y el azul y había pequeños detalles como las estrellas marinas dispersas por todas las paredes, que convertían aquel pequeño restaurante en un lugar maravilloso.