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Después de estar media hora mirando fijamente la pantalla de mi móvil decido que sí, que me voy a Canadá o al fin del mundo, pero que me voy con Zayn. Me levanto y entro en la habitación de Megan como un elefante en una cacharrería, le cuento la propuesta de Zayn, le pido que se venga conmigo, me ignora y dos segundos más tarde estamos de vuelta en mi habitación haciendo la maleta mientras ella llama a Alice y Kim para decirles que las vemos a las 8 en el aeropuerto. De repente el padre de Megan entra en la habitación:

- ¿Se puede saber que está pasando aquí?- pregunta el pobre hombre y la verdad es que razón no le falta, son las cinco de la mañana y estamos gritando y corriendo de un lado otro.

Megan le cuenta lo que está pasando y yo decido meterme en medio.

- La verdad es que Megan también está invitada a este viaje pero es demasiado cabezota como para aceptarlo- digo yo ganándome una mirada asesina por parte de la aludida.

- ¿Tú también estas invitada hija?

- Si, la invito Harry- digo yo.

- ¿Qué Harry? ¿Styles? ¿Y se puede saber porque no estás haciendo tú también la maleta? ¡Venga Megan date prisa que no llegáis!

Adoraba a ese hombre, gracias a él Megan y yo nos habíamos visto por primera vez meses atrás, era súper comprensivo con nosotras, con nuestras locuras y en muchas ocasiones el mismo nos animaba a cometer más, como en este momento. Después de decir eso fue al armario, saco la maleta de su hija del altillo y mientras le decía “olvida el pasado y diviértete, te lo mereces cariño” nos ayudó a guardar nuestras cosas.

Eran las ocho menos cuarto, nosotras estábamos atrapadas en un atasco impresionante camino del aeropuerto, al parecer se había producido un accidente muy aparatoso pero sin víctimas ni heridos,  y aun nos quedaba un buen trozo para llegar. No iba a llegar ni de broma y para colmo Zayn no contestaba al mensaje.

Cuando por fin llegamos, Kim y Alice nos estaban esperando en la puerta y sin pararnos a saludarnos o similares empezamos a correr a la puerta de embarque que me había dicho. Por el camino tropezamos con 2 o 3 personas y nos ganamos un par de palabras nada agradables pero la verdad era que nos las merecíamos, éramos cuatro locas corriendo sin mirar y con el único objetivo de llegar. Cuando finalmente lo conseguimos, me paro delante de la puerta en cuestión, me inclino hacia delante y apoyo mis manos en las rodillas intentando que mi respiración vuelva a ser normal, luego me acerco a la chica de información y le pregunto por el vuelo con destino Londres en el que Zayn Malik va a bordo. La tía me mira de arriba abajo con cara de asco deteniéndose en mi pelo sin peinar, en mi sudadera tres tallas más grande, en mis vaqueros cortados y en mis converse, luego mira a las chicas que llevan las mismas pintas que yo. Seguramente está pensando que somos unas pordioseras o que a donde vamos con esas pintas, pero también sabe que nadie más podía saber lo de ese avión ni mucho menos quien iba a bordo o que destino llevaba y que si estamos ahí es porque teníamos invitación, así que justo antes de que le suelte alguna burrada, responde:

- El jet privado en el que viajaba Zayn Malik con destino Londres ha despegado a su hora establecida, es decir-mira el reloj- hace exactamente 11 minutos, lo siento.

Acto seguido siento como las chicas me alejan de la subnormal esa a la que por dos segundos no le he pegado un puñetazo en plena cara, que lo siente dice la muy gilipollas, y una mierda lo sentía! Me deshago de la sujeción de las chicas y le pego una patada a lo primero que veo, mi maleta. ¡Se ha ido joder! ¡Se ha ido! ¡No ha podido esperar ni diez minutos el muy imbécil! ¿De verdad pensaba que no iba a ir, que ni siquiera fue capaz de esperar un poco? Además le había llamado mil veces para decirle que llegaba tarde pero tenía el móvil apagado, no me podía estar pasando esto, yo quería ir, quería estar con el…

«A CHANCY GAME» (un juego arriesgado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora