CAPÍTULO DOS

19.2K 778 14
                                    

Debo admitir que la primera clase no esta para nada mal; Champaña, almohada, cobija, películas, comida, auriculares. All ya tenía todo planeado, el auto ya estaba vendido al igual que el apartamento, una pequeña pareja les agradó lo suficiente como para cerrar el trato al instante. ¿Cómo lo logró All? ni idea. Nuestras cosas llegarían unos días después de que nos instaláramos en California.

Mi trasero dolía. Doce horas, llevamos doce horas y para mi ya iba a envejecer en el avión, si no fuera por la champaña me estaría volviendo loca. A parte no he podido dormir ni cinco minutos ya que mi querido hermanito no ha parado de moverse, hablar dormido, o pegarme. 
Al menos tengo tiempo para pensar, pensar en como será mi vida en California, esta claro que va a ser un nuevo comienzo, ya nada va a ser lo mismo. No más All tirándome baldes de agua en la mañana para despertarme, ni poder hacer boxeo las 24h del día, ni ir a visitar a los niños del hospital, o incluso bailar hasta que mis piernas perdieran su escencia. Que me este mudando no significa que vaya a dejar de hacer las cosas que me gustan, pero igualmente no sentiré esa sensación de estar en casa, eso es algo en lo que espero poder trabajar.

Aunque tengo mucho miedo, no lo aparento. La última custodia fue... No quiero ni recordarla, espero que no vaya a suceder lo mismo en California. Lógicamente seguiré con All, ya que cumplimos nuestra parte del trato, incluyendo que ahora nos defendemos muy bien y dudo que alguien pueda hacernos daño. Como decía mi padre "lo único que te puede hacer daño en esta vida es el amor, ese no tiene cura". Mi padre siempre tuvo la razón, así que ni loca me voy a enamorar de ningún idiota que se cruce en mi camino. Por los dioses, con solo pensarlo me dan ganas de vomitar (O tal vez sea la champaña).Es una responsabilidad muy grande que no deseo, ni voy a tomar. Claro que como soy de tonta, eso es lo primero que haré. Además no puedo decir que los hombres sean iguales, pero si similares, con su orgullo que no los deja salir de su zona de confort. Cuanto extraño a mis padres, ellos entendían todo a la perfección, se complementaban, fueron los que me hicieron lo que soy. Unas cuantas lagrimas más se derramaron, tengo que aprender a controlarlo, le prometí a All que no volvería a llorar, y creo que esta ocasión es la perfecta para comenzar.

 Todo estaba pacífico, hasta que la azafata aviso que estábamos aterrizando. Observo por la ventana y me maravilla lo hermoso que es todo, mucho sol, playas, mar, espero que toda esa alegría se me contagie. A quien engaño, eso no va a pasar. Al menos no nos vamos a parar por los idiomas, gracias a mis padres en ello. 

- Hola pequeña, ¿has dormido bien? Porque yo si, podría acostumbrarme a esto de primera clase.- dijo mi hermano bostezando.

-Hola grandulón, no he dormido en todo el camino debido a que una persona que estaba a mi lado no paro de moverse en todo el viaje- le respondí fulminándolo con la mirada. A lo que él soltó una carcajada.

Nos bajamos en el aeropuerto internacional de los Ángeles (LAX), donde se supone que el chofer de Deborah nos recogería. Duramos unas dos horas pasando todos los tramites internacionales, luego con otra espera de quince minutos para recoger las maletas salimos a buscar el supuesto chofer. 

- Mira B, ahí esta- dijo All señalando un señor  de unos 37 años aproximadamente, de piel blanca y unos ojos almendra, pelo negro, una estructura ósea bien marcada al igual que su cuerpo, media unos 1,85, y sostenía un cartel que decía Hermanos Kluge. Nos acercamos hasta donde se encontraba.

- Mucho gusto mi nombre es All Kluge, y esta de aquí es mi hermana Brooke Kluge.- dijo mi hermano muy cordialmente.

- El gusto es mío, mi nombre es Gavin Brown, y soy el chofer de su tía Deborah, por favor acompañenme.

Con mucha desconfianza sigo a Allan que esta bastante relajado diria yo. Seguimos a Gavin hasta una hermosa camioneta Audi, vaya que porque presiento que Deborah esta forrada en dinero. Nos subimos y emprendimos el viaje, pero para mi fue inevitable hablar.

-Vaya al parecer nuestra querida tía Deborah esta muy bien acomodada, y pensar que hasta ahora quiere conocernos.- All soltó un largo suspiro.

-Brooke recuerda que acordamos que nos comportaríamos, y ya te había dicho que Deborah nos explicará todo cuando lleguemos.

Sabia que no me diría nada mas, así que me puse a mirar por la ventana. La ciudad era  realmente hermosa, ya quería ir a todas las tiendas de ropa deportiva para mis entrenamientos, y al parecer las playas eran perfectas para ir a surfear.

Posteriormente a unos 30 minutos de viaje, entramos a un sector muy lujoso. La camioneta se estaciono en una mansión espectacular hecha en su mayoría de cristal. Gavin se bajo para abrirnos la puerta, yo baje primero y luego All. La mansión era impresionante. Según parece no era la única que pensaba lo mismo, a All se le iba a caer la baba. Nos encaminamos a la puerta y Gavin toco el timbre.

Una hermosa mujer de unos 36 años abrió la puerta. Era muy esbelta,con unas pequeñas arrugas al rededor de sus ojos que eran de un verde muy claro, su pelo era castaño y liso con unas leves ondas que le llegaban hasta los hombros.Portaba un vestido cinco dedos arriba de la rodilla ajustado de color blanco, con un cinturón café claro y unos tacones del mismo color.

-Mucho gusto, mi nombre es Allan Kluge y esta es mi hermana Brooke Kluge. Es un placer conocerla y usted es...-no espero ni que terminara, se le hecho encima a mi hermano dándole un fuerte abrazo, All se tensionó de inmediato no le gustaba que lo tocaran, al igual que a mi. Luego ella hizo el intento de hacer lo mismo conmigo, pero di un paso atrás indicándole que no se le ocurriera. Se retiro con un toque de decepción  y se quedo observándome con las lagrimas que caían como cataratas por sus ojos.

-Cariño...te pareces tanto a tu madre y tu All eres igual a tu padre-dijo mirando a mi hermano, creo que ya presentía quien era ella. Recobró la compostura y se presentó- Lo lamento, por todo esto que tuvieron que pasar. Permitan me presento, mi nombre es Deborah Aráoz y era la hermana mayor de su madre, Emma.

Bueno al parecer esto no iba a ser tan malo, se veía muy gentil, pero no voy a caer en sus redes hasta que me explique por que rayos espero siete años para reclamar la custodia.
Presiento que estos días van a ser muy largos, o pierdo la cordura o este lugar termina siendo un desastre como todo lo que se involucra conmigo. 




Pateando tu EGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora