CAPÍTULO DIECINUEVE

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Camino con Deborah por un largo pasillo blanco, atravesando todas las puertas con una enfermera en cada una. Esto parece más bien una prisión, y me gusta. Es mucho más seguro para Brooke que así sea. Nos detenemos en una puerta grande que tiene tallada a mano los números 902, junto con una tarjeta rectangular dorada que pone el nombre de Brooke Kluge.

-Puedes pasar. Recuerda, solo son veinte minutos.-dice dedicándome una cálida sonrisa.

-No me importa si son cinco minutos o durante la noche entera. Solo quiero verla.-le respondo. Ella asiente y se va.

Miro de nuevo la puerta y me preparo psicológicamente para lo que viene. En el colegio te enseñan muchas cosas, pero no te enseñan como afrontar las situaciones duras de la vida. Tomo el pomo de la puerta y lo giro suavemente, mi corazón late a más de 300bmp por segundo, la puerta se abre y doy un paso adentro de la habitación, cerrando detrás de mí.

Todo es absolutamente blanco, eso es algo que odio de los hospitales, hay un baño a mi izquierda por lo que intuyo, la habitación es realmente grande, un sillón se encuentra acomodado en la esquina inferior derecha, al igual que una mesita de noche con muchos medicamentos e inyecciones. Pero eso no es lo importante, es ella. En esa camilla llena de tubos y de máquinas, con una pierna enyesada, y todo el cuerpo vendado, excepto su rostro, Dios mío... Su bello rostro está con golpes de color morado por todo lado, con raspones y heridas, su cabeza parece tener un grueso vendaje y por su garganta entra un tubo que me imagino la ayuda a respirar. Esto es lo más doloroso que he visto en mi vida, No hay cosa que duela más que extrañar a alguien y no poder hacer nada al respecto.

Siento como mi cuerpo tiembla ante la sensación de dolor, tomó una respiración y a paso lento camino hasta ella, muevo una silla que está al lado y la pego a la camilla, me siento rápidamente porque parece que mis piernas van a flaquear en cualquier momento, tomó su delicada mano entre las mías. No sabía que estaba llorando hasta que una gota cae en su mano.

-Hola Ninfa.-comienzo a hablar temblorosamente.-Sabes me has pegado un susto horrible, no lo vuelvas a hacer o tendremos problemas. Brooke jamás creí que fuera a amar tanto a una persona como lo hago contigo, eres el sol que gira alrededor de mi mundo de sombras. Esto no tenía que pasarte a ti, todo es culpa mía, pero haré pagar a la culpable de esto, te lo prometo.-le digo seguro. Acerco más la silla y pasó mi mano por su fría mejilla. Extraño esos ojos verdes. Aunque lo bonito no son los ojos, sino la mirada. Pero yo amaba las dos.

-Quiero tener muchas fotos contigo, en muchos lugares, haciendo caras divertidas, quiero tener tantas fotos que al final nos falten álbumes. Y siempre nos sobren recuerdos. Eso es lo que quiero contigo, porque quiero guardar cada segundo, cada recuerdo. Aunque jamás me olvidaría de ninguno, pero quiero todo contigo.

-Sufro cada ves que recuerdo que estás aquí conmigo, pero que no estás al mismo tiempo. Te toco, te siento, pero no me hablas, no me miras. No sabes cuánto daría por verte sonreír una vez más. El problema es que sufrimos más por lo que suponemos que ocurre, que por lo que realmente pasa. Sé que vas a despertar muy pronto, porque tú prometiste que jamás me dejarías solo. Y vamos a ser muy felices, porque tú me haces feliz. Pensaras ¿Cómo es que me quiere si apenas nos conocimos hace dos semanas? Bueno pues para mí fueron las mejores semanas de mi vida y sé que crearemos mejores juntos. Sé que te quiero. Lo sé por qué cada vez que discutíamos, cuando nos alejábamos, cuando ya no hablábamos y ocurría algo digno que contar, algo gracioso... Lo primero que pensaba era en decírtelo. Sigue siendo así, siempre ha sido así. Ojalá pase algo que te traiga de repente, pero un día me prometí que siempre estaría ahí contigo. Cuando caigas y yo no pueda levantarte, me recostaré a tu lado y te enseñaré a mirar las estrellas desde ahí abajo. Ahora caíste, y yo sigo aquí contigo, miraremos las estrellas juntos, pero nunca separados. Porque yo pasaría todas las noches de mi vida durmiendo a tu lado, abrazándote. Hay algo curioso en todo esto, sabes como supe que me había enamorado. Cada vez que miraba tu sonrisa algo en mí se despertaba y me encontré haciendo planes juntos. Había remplazado el "yo" con un "nosotros". Me rehúso totalmente a la idea de que otra persona te mire, como te miro yo. Y me di cuenta: Me había enamorado. Y quiero que sepas que aunque no lo demuestre, valoró cada cosa que haces por mí.

Pateando tu EGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora