CAPÍTULO DIECIOCHO

10.6K 535 36
                                    

Ya en mi habitación, me acuesto plácidamente en mi cama. Siento como a mi lado la colcha se hunde, Deb también se ha acostado. Tengo que silenciar todos esos otros pensamientos que me atormentan por salir para poder prestarle atención a los sucesos de la cita de Deb.

-Bueno dispara, ya quiero saber todo lo que pasó.-le digo emocionada. Deb suelta una risita.

-Pues todo sucedió algo... Extraño.-responde pensativa.

-Cuéntame y yo decidiré que es extraño y que no lo es.-le digo impaciente.

-Esta bien.-dice soltando un suspiro.- Al salir de acá, nos montamos a su auto y su chofer comenzó a conducir, al principio el ambiente estaba tenso, aunque no podía distinguir demasiados matices teniendo en cuenta lo nerviosa que estaba.-no puedo evitarlo y suelto una risita.- ¡Oye! no te rías..

-Es que no me imagino a Mark tratando de entablar conversación y tú toda nerviosa moviendo el pie rápidamente, y hablando entrecortado.-le dijo riendo, claro algo contenida porque si no, los ecos de mi risa resonarían en todas las paredes de la casa.

-Claro que no, además, yo no muevo el pie cuando estoy nerviosa, y tampoco hablo entrecortado.-dice con ese tono que utilizamos nosotros los humanos al saber que nos equivocamos en algo pero no lo queremos admitir. Ay, porqué la humanidad no entiende que de los errores se construyen los rascacielos que pisaran el fruto de su amor.

-Si claro Deb, como tú digas. Bueno sigue que no me gusta que me dejes con la intriga, eso se llama crueldad, como las escritoras al dejar una saga inconclusa y tener que esperar el siguiente.-digo resignada.

-No seas dramática B.-dice soltando una risita muy dulce.- Bueno en donde iba... Ah si. Poco después, Mark conectó su iPod y la canción "the first time ever I saw your face" resonó por todo la cabina, resultó que esa era una de mis canciones favoritas al igual que la de él, así que comenzamos a hablar de gustos y cosas triviales y así el ambiente se fue aligerando.

-Ahhhh por los dioses llega ya de una ves a la parte en la que se besan.-digo frustrada, pero siento el manotazo de Deb en el brazo y hago un pucherito de dolor.- está bien entonces a la parte en la que llegas al lujoso restaurante.

-¡Pf! Tú careces de paciencia querida Brooke, pero está bien. Cuando Mark me abrió la puerta para bajar del auto, me di cuenta que estábamos nada más y nada menos que en
Mélisse, puedes creerlo, me llevó al restaurante más lujoso de los Ángeles. Cuando ingresamos nos llevaron a nuestro reservado, todo era completamente hermoso. Durante la cena no transcurrió nada fuera de lo normal, hablamos de cosas del hospital, de ti y de All, descubrí que no es casado ni tiene hijos, su padre está casado y tiene un bebé de un año.-Ana ya susurra la última parte mirando a la nada.

-¿Qué sucede?-le preguntó con el ceño fruncido.

-No entiendo porqué él vio algo en mi. Yo no soy lo que necesita.-su tono es algo apagado.

-No voy a discutir esto contigo Deb. Me han pasado tantas cosas en tan poco tiempo que ya ni sé qué pensar. Mi mente no es capaz de soportar tanto. Primero Izzy, luego Damien, Yo, y ahora tú. Hay demasiado amor en mi vida, yo no soy así Deb. No soy una niña cursi que solo piensa en el amor, nunca lo he sido y no quiero serlo ahora, me gusta mi forma de ser.-tomo un poco de aire para calmarme.- Está es la última vez en esta semana que daré un consejo de amor. Deb tú eres una persona tan hermosa, tanto dentro como por fuera, tu corazón es tan grande...cuando estuviste en coma, no te rendiste, luchaste para salir, y cuando lo hiciste, no te derrumbaste por tu hermana, saliste adelante. Recuperaste tu carrera, porque era tu pasión.-me doy la vuelta y miro a Deb a los ojos.- Tu eres demasiado o lo suficiente para cualquiera, dale una oportunidad, y si sigues creyendo lo mismo, pregúntale Deb, nunca lo sabrás si no te arriesgas.

Pateando tu EGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora