Ingresamos a la mansión y Deborah nos acompaño hasta nuestras respectivas habitaciones para que descansáramos un poco del viaje, habíamos quedado en reunirnos dentro de dos horas para que ella pudiera responder a todas las preguntas que teníamos, aunque se que con ese "teníamos" se refería mi. Allan estaba más educado y callado de lo normal, tenía miedo lo notaba. Tampoco le gustaba para nada esto, solo fingía para mi. No era necesario hacerlo, se lo había repetido miles de veces.
Mi habitación era gigante, muy espaciosa y de techos altos. La cama era una King Size, de cuero negro con sabanas rojo sangre, seguro All le había dicho a Anastasia cual era mi color favorito. Tenía un gran televisor y unas puertas ventanas gigantes que conectaban con el enorme jardín de en sueños. Sentí curiosidad por las tres puertas que se encontraban dentro de la habitación. Con la primera se trataba de un gran baño de mármol muy lujoso al parecer, con un espejo que ocupaba casi toda la pared, una bañera y una ducha, aparte del enorme tocador igual de grande al espejo. Salí del baño conmocionada, abrumada y se podría decir que espantada. Me encamine a la segunda puerta, se trataba de un gigantesco por no decir innecesario armario, que estaba completamente vacío excepto por una mesita con dos sillas de cuero blanco en el centro. Definitivamente Deborah se estaba tomando demasiadas molestias para comprarnos. Esto es una locura, no sé que concepción tendrá ella sobre mi, pero el lujo no me da ninguna importancia. Admito que nunca había visto algo de este nivel y para mi era completamente nuevo, pero eso no cambiaba mis ideales. No me voy a convertir en una niñita encaprichada y mimada. Puede que haya tenido pequeños lujos que algunos no se pueden permitir, jamás he sido apegada a las cosas materiales. Por mi y una casa sencilla es perfecta, lo importante es tener un techo en donde vivir.
Salí rápidamente y me encamine a abrir la tercera puerta. Lo que veo ya es el colmo, esto rellena el vaso. Era una gran habitación casi igual de grande a mi cuarto. A mi derecha se encontraba un gran piano de cola negro, con una banca de cuero rojo , y a mi izquierda se encontraba un escritorio blanco con una MacBook Pro, un iPhone y un iPad. Toda la pared del fondo era solamente de libros, muy bien organizados en una repisa de vidrio, y eso no era todo, en la pared que se encontraba entre el piano y los libros se encontraba una pantalla de 80 pulgadas, con una mesa debajo que tenía una Xbox y una PlayStation , y por supuesto una infinidad de juegos. ¡MADRE MIA!, que rayos le pasa a esta mujer. Salí literalmente corriendo de esa habitación, no estaba acostumbrada a tener tantas cosas lujosas y esto era demasiado para mi. Solo faltaba que hubiera una habitación completa de boxeo y esto seria un sueño. De donde salió esta mujer ¿Un cartel de drogas? ¿FBI? La verdad no tengo idea, ¿Empresaria multimillonaria?
Decidí darme una ducha para relajarme, aunque ni eso podía. ¿Cómo me podría duchar en un baño que valía más que todo mi antiguo apartamento? Me seque el pelo y salí envuelta en una toalla, abrí la pequeña maleta que pude traer y saque un Short negro, con una camisa de seda suelta, mis botines negros, aún hacía calor ya casi llegaba el verano.
Mire el reloj y eran las doce de la mañana, justo a tiempo para bajar a la reunión con Deborah. Iba saliendo de habitación y escuche la puerta de mi hermano cerrarse también, voltee y All venia a paso despreocupado con unos jeans desgastados una camisa azul que resaltaba su trabajado cuerpo debido al boxeo y sus simples converse clásicas.
-Hola pequeña, ¿has explorado ya tu habitación?. La mía es terriblemente grande, además tiene un cuarto adicional con guitarras y muchos videojuegos. Es una locura, no hace falta preguntar pero...¿De donde salió todo esto?- dijo mi hermano sonriendo como niño pequeño cuando le daban dulces, empero a la vez veía en sus ojos mi misma conmoción.
-Hola a ti también grandulón. Si, ya lo he visto y personalmente me parece agobiante, no creo que pueda aceptar todo esto- dije con una mueca
- Pues tendrás que aceptarlo B, ahora vivimos aquí y admito que es abrumador, pero no podemos hacer nada al respecto, hasta que busque un trabajo y logremos comprar un apartamento. Mejor bajemos que me imagino que estarás ansiosa para que Deborah responda tus preguntas. -Me respondió con una gran sonrisa.
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Pateando tu EGO
Novela JuvenilJamás me liberare de mi pasado, puede que perdones, superes, sigas a delante pero jamás olvidas. Aunque siempre hay una salida, nunca será contra la espada y la pared, sigue existiendo la opción de agacharte o hasta correr a un lado. Solo soy una ch...