CAPÍTULO VEINTITRÉS

7.1K 426 38
                                    

-¡Jum!...Bueno es que yo...-creo que mi respiración se ha acelerado mas de lo normal. Puedo soportar cierto grado de tentación, pero sin duda Damien esta totalmente fuera de el.

-¿Qué sucede?-pregunta Damien burlón. Se que sabe lo que me pasa y se esta riendo de mi.

-Yo...no creo que sea una buena idea.-Digo nerviosa. Damien me junta aún mas su cuerpo.

-¿Por qué lo dices nena? -pregunta con un tono jodidamente seductor. Sera gilipollas. ¡Oh!, ya se me ocurre algo.

-Tu hermana tambien esta en la casa, ¿verdad?-Pregunto esperanzada. El rostro de Damien cambia drasticamente. Creo que atine.

-Si, ella duerme en su habitación.-dice sigiloso.

-No creo que le moleste que yo duerma con ella.-Digo con una pequeña sonrisa de alivio.

-Bueno no, pero...-comienza a decir Damien, Deb lo interrumpe.

-¡Oh! esa es una gran idea, no lo había pensado. Le preguntaremos y ya esta.

-Estoy mas a favor con esa opción.-Dice Allan sonriendo victorioso.

Damien se acerca a mi oido y pasa su lengua seductivamente. Diablos, esta loco.

-No te sorprendas cuando te rapten en la noche.-susurra. Ahora si que estoy sin palabras.-Que estamos esperando. ¡Vámonos de aquí!-Dice ahora para que todos lo escuchen. Yo estoy paralizada, así que simplemente asiento.

All toma todas mis cosas, incluyendo los ocho libros que me leí. Es inevitable, a veces siento que leer tan rápido es una maldición y también una bendición. Maldición porque claramente los libros se me acaban tan rápido que me quedo sin nada que leer. Y una bendición porque en la universidad es un don muy útil. Salimos todos de la habitación y cuando doy un paso por fuera de ella, salto de la emoción provocándome un cierto dolor de cabeza. Damien es el único que lo nota y me mira con reproche. Yo soy la que lo debería ver así, él sabía que la idílica tentación de tenernos tan pegados sería un infierno. Sigo caminando con una emoción persistente en mi pecho. Estábamos por ingresar al ascensor cuando algo me llama la atención y me detengo. Una pequeña de rizos dorados viene corriendo a donde nosotros.

-B-Blookeee.-dice tratando de balbucear creo mi nombre. Cuando se me tira en brazos sé que acerté.

Los demás me miran confundidos. Yo también lo estoy. Detalló bien a la pequeña, sus ojos azules, rizos de oro, piel canela...ya sé quién es. Una de las pequeñas con Cáncer que cuidaba con Mía.

-Pequeña ricitos. ¿Cómo está la nena más linda de este lugar?-le digo tiernamente consintiendo su cabecita.

-Yo toy bien.-dice alegre.-¿pote no has vuelto? Te ex-xtraño.-su carita triste me parte el corazón.

-Lo lamento mucho pequeña. Tuve un pequeño accidente y no pude ir con ustedes. Te prometo que muy pronto volveré, ¿de acuerdo?-eso espero.

-Shi.-su pequeña sonrisita me alegra más de lo que ya estaba.-¿te puedo pleguntal algo?

-Por supuesto mi pequeña ricitos.-digo sonriente. Ella se acerca a mi oído y susurra.

-¿Quién es el chico helmoso que te mira?

Es imposible no soltar una carcajada ante su pregunta. Para ser una niña como con cinco años, su vocabulario es muy amplio.

-¿Te refieres al que parece salido de una revista de Calvin Klein? Que en este momento me mira con cara de "estás bromeando".-le digo mirado a Damien que me mira con una ceja alzada.

-Shi.-dice ella tímida.

-Chico salido de una revista quisieras presentarte con la pequeña Lucie.-digo recordando su nombre.

Pateando tu EGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora