CAPÍTULO CUATRO

18.8K 745 24
                                    

Después de horas y horas de compras, por fin regresamos a la mansión. A Gavin le había tocado ir y volver al centro comercial unas seis veces para poder terminar de traer todo lo que habíamos comprado, no me gustaba esta situación,  pero Deb podía ser muy firme en sus decisiones. No me gustaban tantos lujos, se lo dije una y otra vez pero pareciera que no me prestaba atención.

En este momento me encontraba organizando mi nueva ropa en el gigantesco armario junto con Deb. All se encontraba organizando la suya con Gavin.

-Brooke, querida no crees que compraste demasiado negro-dijo Deb mirando las tres chaquetas de cuero negras.

-Deb ese es mi estilo, así me visto yo, me siento mucho más cómoda, esa es mi coraza. Ya sabes para evitar accidentes.-dije con una sonrisa triste, la cual ella me devolvió.

Aunque debía admitir que tenía razón, mi nuevo armario constaba en su mayoría de Jeans, camisas de tonos neutros, aunque una que otra con mensajes y colores llamativos, unos cuantos vestidos cortos y apretados para las fiestas y unos cuantos largos y elegantes, para las galas a las cuales mi hermano y yo tendríamos que asistir con Deb, también shorts "muy cortos" según All, por supuesto tacones.

-Bueno cariño creo que hemos terminado.-dijo Deb con una sonrisa de oreja a oreja contemplando nuestro arduo trabajo. Por no contar que ya habíamos organizado el nuevo cuarto de boxeo, que por cierto era impresionante, no había ni una sola cosa que no necesitara. Y el estudio de baile, era simplemente maravilloso, todo lo que pudiera pedir.

-Eso creo-Le sonreí cordialmente y agradecí toda su generosidad con un pequeño y breve apretón en el hombro, seguía sin agradarme que me tocaran. 

-¿ Y eso por qué princesa?-Mencionó con una expresión sorprendida.

-Por ser la versión de gentileza que nos ha faltado a mi hermano y a mi todos estos años, por tomarte tantas molestias con nosotros gastándote un dineral en todo lo que necesitáramos, por recibirnos en tu hogar, y sobre todo por aceptarnos tal y como somos.- Podía ser muy profunda algunas veces, claro que la linea este la profundidad y la estupidez era delgada pero trataba de no sobrepasarla. Debía hacer mi mayor esfuerzo para que ella creyera que me había ganado.

-No me agradezcas nada pequeña, tu eres mi familia, al igual que tu hermano. Ahora todo lo mío es suyo.-dijo con una sonrisa tierna- Pero bueno dejémonos de drama. Dúchate si quieres y vístete, en quince minutos esta la cena. No llegues tarde que les tengo a ti y a tu hermano dos sorpresitas.-dijo guiñando el ojo- iré a avisarle a tu hermano, nos vemos luego.-Dijo saliendo del armario.

Sentía curiosidad sobre las dos sorpresas, así que no perdí ni un minuto mas, tome un cómodo vestido blanco, junto con unas sandalias con piedras de cuero. Me di una rápida ducha y me arregle, salí del baño tome mi celular y me encamine hacia el primer piso.

El comedor era bastante grande, al igual que todo en la casa. Muy espacioso y de techos altos con un candelabro de cristal, la mesa era de un vidrio templado y las sillas tenían un estilo muy elegante de cuero blanco. All ya se encontraba sentado hablando animadamente con Gavin.

-Señorita Brooke.-dijo Gavin a modo de saludo.

-Hola Gavin, te agradecería si me dijeras simplemente Brooke o si quieres B- le dije con una gran sonrisa tomando asiento junto a All, quien me miraba con los ojos como platos. Al único que le había permitido llamarme B era a él, pero Gavin y Deb se habían ganado mi confianza, por el momento. 

-Hola a ti también pequeña, me alegro de que ya estés más calmada.-dijo All saliendo de su shock momentáneo, y dándome un dulce beso en la frente. Le sonreí, pero no me dio tiempo de contestar ya que Deb ingresó al comedor.

Pateando tu EGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora