-Bueno Deb, solo tendrías que firmar aquí y eso sería todo.-Indica Alex, señalando unos papeles que tiene en la mano. Deb se acerca para firmarlos.
Por fin podré salir del hospital. Hoy estuvieron todo el día dándome las últimas revisiones e indicándome que medicamentos debía tomar. Aunque más que todo Damien fue el que se aprendió cada paso y cada medicamento. Por otro lado Allan puso atención en cuanto a cómo revisar y curar las heridas. Creo que no podría pedir dos enfermeros tan sexys y atentos. Claro aunque Damien es solo mío... Bueno teóricamente no, porque él no me ha pedido nada. Pero que se le llegue a acercar alguna y le quitó los ovarios. Digo, hablo civilizadamente con ella.
-Eso es todo. Bueno Brooke, creo que ya estás en la libertad de irte. A menos que quieras quedarte.-dice Alex.
-¡NO!-respondo alarmada.-Digo, no es que me sienta incomoda aquí, ya que han hecho todo lo posible para que no sea así. Pero preferiría irme a mi casa.-digo inocentemente. Todos me miran y sonríen.
-Allan por favor, sube a tu hermana a la silla de ruedas.-pide Deb y se aparta un poco para hablar con Alex.
All se acerca hasta donde me encuentro. Ya estoy sentada así que me toma como un bebe y me alza. Damien corre un poco la silla de ruedas, lo cual facilita a All el acceso y me deposita suavemente en la silla.
-Saben que no soy una muñeca de porcelana, ¿verdad?- les digo indignada. Sé que estoy un poco débil, pero tengo piernas y puedo caminar.
-Lo sabemos.-dicen los dos al mismo tiempo.
-Aunque me hagas todas las pataletas del mundo, no te vas a parar de esta silla.-Dice All firme.
Yo miro a Damien en busca de ayuda. Hago uno de mis mejores pucheritos y pongo mi carita de perro regañado.
-Ah no jovencita. No me hagas esa carita, no te vas a parar y punto final.-dice Damien reprendiéndome. Lo fulminó con la mirada y cruzó los brazos.
-Ya es hora de irnos. Damien lleva tu a Brooke, Allan por favor lleva todas las cosas de la princesa.-Dice Deb acercándose de nuevo.
Los dos hacen lo que les piden y Alex sostiene la puerta para que podamos salir. Apenas cruzamos veo a cinco hombres vestidos todos con un esmoquin negro y en su oreja un auricular. Me sorprendo pero no digo nada.
-Chicos ella es Brooke. Ya saben lo que tienen que hacer, ella es la prioridad. ¿Entendido?-dice Damien firme. Todos los hombres asienten sin decir una palabra.
Uno alto y fornido, totalmente Calvo se posiciona a unos pasos detrás de Allan mientras avanzamos. Otro trigueño de ojos negros como la noche, de forma detrás de Deborah que le dedica una sonrisa. Los tres restantes, que por lo que veo yo son los más fornidos, dos de ellos son blancos y tienen una mirada fría y sería. El último es un hombre de color canela un poco bronceado, con unos lindos ojos grises. Creo que ese es el más amigable. En fin, el amigable y uno de los impenetrables. Se posicionan a uno a cada lado mío. El otro impenetrable se hace detrás de Damien.
Todo esto ya me está dando un poco de escalofríos, no creo que se necesite tanta seguridad para una solo tipa loca. Le lanzó una mirada reprobatoria a Damien indicándole que esto no me gusta para nada. Atravesamos todo el hospital con las miradas de toda la gente en nosotros. Yo también voltearía si viera cinco agentes de negro con dos doctores y tres adolescentes, contando que solo una está en silla de ruedas.
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Pateando tu EGO
Teen FictionJamás me liberare de mi pasado, puede que perdones, superes, sigas a delante pero jamás olvidas. Aunque siempre hay una salida, nunca será contra la espada y la pared, sigue existiendo la opción de agacharte o hasta correr a un lado. Solo soy una ch...