Su voz resuena en mis sueños. Te quiero. Ella ve mis dos caras y me lo dice. Te quiero. Ella viste un vestido blanco, es hermoso. Todo lo que ella dice, todo lo que ella hace, todo lo que ella ríe, es bonito. Ella es la clara definición de belleza. Te quiero. Kate pega sus labios con los míos. Kate me está besando. Yo también te quiero. La realidad me llama, no quiero despertar.
Intento, en vano, recuperar aquel estupendo sueño. Golpeo la almohada, con rabia por no poder volver a mi fantasía. Mi móvil empieza a sonar. Me lo acerco a la oreja y descuelgo.
-¿Diga?
-¿Cuanto tardas en venir a mi casa?
Es ella.
-Diez minutos. ¿Qué pasa?
-Pues ven. Corre.
-Esta bien.
Cuelga.
Me levanto y meto la cara en agua fría, lo que consigue despejarme. Del armario cojo una camisa de rayas rojas y blancas, un pantalón vaquero bajo y mis converse blancas. ¿Qué querrá Kate? Voy a la cocina donde me tomo un vaso de zumo. Bien, hora de correr.
Llego a su casa y toco la puerta. Ella me abre.
-Pasa.
Sus padres están en el salón. Joder. Esto no pinta bien. ¿Hice algo mal?
-Hola, Troy.
-Señor Grace.- inclino un poco la cabeza a modo de reverencia.
-Kate nos ha contado que sois muy amigos.- asiento.- Pues mañana por la mañana pensábamos ir a pasar unos días en la costa y como pareces ser buen chico, hemos pensado que podrías ir con nosotros.
El nudo que tenía en la garganta desaparece de inmediato.
-Si a tu abuela no le importa que pierdas unos días de clase, por supuesto.- añade la señora Grace.
-No, para nada.- contesto.
-Bueno, pues mañana por la mañana aquí a las siete. El viaje es largo.
Kate me acompaña a la puerta. Le hago un gesto con la cabeza para que demos un paseo. Cierra la puerta y la tomo de la mano.
-Me habías dado un susto de muerte.- le confieso.
-Jamás te haría eso.
Nos adentramos en el bosque y volvemos al cañón. Ella me cuenta lo que sucedió anoche, aunque yo ya lo sé. Entonces lo recuerdo.
-Yo también.- le digo. Se queda confusa.- Anoche, cuando te dejé en el sillón, antes de que me marchara me dijiste...
-Te dije Te quiero.
-Yo también.
Me abraza y la correspondo una vez más.
***
Con una maleta al hombro espero fuera de la casa de los Grace. Este viaje va a ser emocionante, me trae buenas vibraciones. Me subo al coche en cuanto arranca. El viaje es largo, de dos horas y pico, las cuales me las paso durmiendo con la cabeza en el regazo de Kate.
Me despierto porque ella me acaricia suavemente, con ternura, el pelo. Le sonrío, agradecido. El lugar es precioso, una playa de arena blanca y un mar azul celeste. El edificio en el que nos alojaremos está a un par de metros de la costa.
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El delirio de la luna
RomantikTroy Jupiter es un chico de 17 años con una cualidad especial: es un lobo. Acaba de mudarse a un pequeño pueblo del norte de Estados Unidos y ahí, por fin descubrirá lo que lleva esperando toda su vida. -TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS-