¿Está enamorada de mi? ¿Kate Grace está enamorada de mi? Cómo te has enamorado de un monstruo, Luna. Pensar eso hace que roce el cielo con la punta de los dedos durante un segundo y, al siguiente, que me hunda en el infierno. Luna, no te merezco. ¿Cómo le cuento que cuando hay luna llena me es inevitable ponerme a cuatro patas? Me estrujo la cabeza buscando un modo pero ninguno resulta coherente. Pensaría que bromeo. O echaría a correr, que es peor. Maldición. Decido llamarla. Ya se me ocurrirá algo...
-Hola.- susurra.
-Te invito a desayunar.
-Vale. ¿Nos vemos dentro de quince minutos? ¿Por fuera de tu casa?
-Como usted lo desee, señorita.
-Hasta luego, Troy.
En cuanto cuelga, me levanto de la cama. Por la ventana veo que llueve. Bueno, la lluvia nunca me molesta. Busco algo de ropa y me visto: camisa blanca, pantalón de pitillo vaquero y mis botas negras. Echo un último vistazo al armario para tomar una chaqueta. Antes de salir dejo una nota para la abuela, no quiero que se asuste. Salgo a la calle y ella está allí, cubierta por un paraguas color café. Me acerco a ella y la abrazo, feliz.
Busca mi mano y entrelaza sus dedos con los míos. Caminamos bajo la cortina de lágrimas de oro, quizá yo nunca he sabido donde ir, pero, ahora, que camino de su mano, sí sé donde quedarme. Indica una cafetería donde sirven buenas bebidas calientes para días como estos. Claro que sí, luna, iré a donde tu me pidas. Tomamos asiento en la terraza cubierta y pedimos. Para ella, un chocolate aromatizado con canela y para mi, un té de limón caliente. La chica que nos sirve las bebidas me mira como si me conociera, en cambio, si las miradas matasen, Kate se la hubiera cargado . ¿Se conocen? En cuanto esta se va, parece relajarse.
-Loca y enamorada.- le suelto, divertido.
Sonríe y toma un sorbo de su taza hirviendo.
-Totalmente.- responde.
Clavo mis ojos en los suyos y sonrío mostrando los dientes. Evita mi mirada.
-¿Qué?- habla nerviosa.
-Nada, simplemente eres preciosa.
Se sonroja. ¿Tanto poder ejerzo en ti, luna? Me siento como un dios viéndola sucumbir a mis encantos. Hago un pequeño gesto con la mano para que se siente en mi regazo. Duda un poco mirando alrededor, sin embargo, su respuesta mental es afirmativa y obedece. La estrecho contra mi cuerpo y, de un momento a otro, ya reclama mis labios. Dejo que tome las riendas de este asunto, sé que le gusta, que le gusto. En sus labios saboreo chocolate y canela, delicioso.
-Esta noche buscaré a mi lobo.- susurra a centímetro de mi cara. -Podrías venir.
La idea pasa fugaz por mi cabeza. Esta noche, es la noche. Va a saber que las dos caras son de la misma moneda.
-Esta noche le prometí a la abuela no salir.- le doy un pequeño beso en los labios.
Luna, luna, luna, mis sombras se desvanecerán hoy.
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El delirio de la luna
RomanceTroy Jupiter es un chico de 17 años con una cualidad especial: es un lobo. Acaba de mudarse a un pequeño pueblo del norte de Estados Unidos y ahí, por fin descubrirá lo que lleva esperando toda su vida. -TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS-