Prólogo

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Caminando pesadamente por una carretera vacía se podía sentir el nuevo cambio de clima en aquel lugar, el débil y apenas notable viento helado chocaba en la cara de una niña cuyos esfuerzos por encontrar un lugar para pasar la noche se iban desvaneciendo poco a poco cada vez que daba un paso.

El sol no tardaría en esconderse, en unos minutos ya sería de noche, para su suerte a lo lejos pudo divisar un pequeño barrio por entre los arboles la niña pensó en que si la suerte estaba de su lado encontraría provisiones y algo de ropa ya que la suya estaba llena de escombros y varias salpicaduras de sangre y mejor aun esperaba no tener que cruzarse con muchos caminantes.

A medida que el sol se escondía, aquella niña aceleraba más y más los pasos.

CLEMENTINE | Carl GrimesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora