Carl Grimes miró hacía su amiga y sus ojos no daban crédito a lo que percibían.
Clementine, ella estaba apoyada con una mano en la mesa y la otra a la altura de su estómago. En la mano había sangre.-<<No. No. Clem no.>>-pensó Carl. Rápidamente fue hasta la chica y la llamó pero ésta parecía estar en shock, solo miraba la sangre que tenía en su mano proviniente de su estómago.
Carl tomó con cuidado de la cintura a Clementine y pasó su brazo por sus hombros ayudándola a recostarse en el frio suelo de esa cocina. El se arrodilló ante ella, Carl estaba muerto de miedo, no podía tan siquiera aceptar lo que estaba pasando.
Miró a su amiga, ella lloraba y lo miraba.
-Clem... -sollozó. No le salían las palabras, pero sinceramente el chico no las tenía.
Clementine nunca se había puesto a pensar en la forma en la que moriría, años atrás se imaginaba su muerte envejecida, pero cuando los muertos empezaron a tener vida sabía que en cualquier momento le podría llegar la muerte. Claro estaba que ya había pasado por mucho, se había convertido en una persona muy fuerte, algo que tal vez nuna hubiera logrado si aún siguiera escondida en su casa del árbol. Clementine sabía que no hubiera durado un día más ahí. La fuerza y responsabilidad que había adquirido le habían dado fuertes esperanzas de seguir con vida, pero había sido muy ingenua. A veces los más fuertes son los que caen. Clementine lo sabía muy bien. Lee, Kenny, luck... Todos ellos calleron. -<<Todos por mí.>>- Les debía la vida a todos ellos, Rick Grimes no era la exención, por más fuerte que había parecido en todo ese tiempo que estuvo con ellos, por dentro se desmoronaba. La culpa la comía viva y ahora, sabiendo que ya no había remedio temía tener que irse y nunca poder haberlo encontrado, pero sabía que eso pasaría y no podía impedirlo.
-<<Perdóname.>>
Había estado tan encerrada en sus pensamientos que no oía los llamados de Carl.
Sonaban preocupados.
Levantó su mirada hacia él con compasión. Los ojos del chico estaban rojos y atemorizados.
Los gruñidos de los caminantes cada vez se escuchaban más y parecia que la puerta ya no aguantaría. Carl tenía que salir de ahí.
-Tienes que salir de aquí Carl.- la vos de Clementine era débil, pero aún le quedaban fuerzas para seguir "estable". Carl negaba con su cabeza.
-No. No te dejaré aquí Clementine.- decía seguro, pero sabía que no había forma de lograr salir los dos.
Clementine miró hacia la puerta, sabía que pronto se vendría a abajo.
-<<Veré a mis padres... Veré a Lee. Todo se lo debo a Lee .>>- La idea la relajaba pero los sollozos de Carl la mortirizaban.- Carl...- lo llamó. El chico miraba el suelo. Se veía mal.- Carl, ven.
El levantó su mirada y se asercó un poco más a ella.
-Esta bien... Estaré bien. Pero, tú tienes que salir de aquí, no lo hagas por mí, ni por Rick... Hazlo por Judith. Ella te necesita.
-Pero...
-No Carl. No lo pienses más y sal de aquí. A veces solo hay que actuar. Vete.
A Carl le costó mucho, pero tuvo que aceptar. Con mucho dolor.
Aquella puerta ya había aguantado mucho como para que aún siguiera en pié, así que no faltaría nada para que por fin callera.-Hey...-dijo comprensiva, ella también lo extrañaría. No sabía si Carl la extrañaría a ella, sabía que el chico era de pocas palabras y que tal vez nunca se lo diga, pero le gustaba creer que era mutuo. Con mucho trabajo y su mano en el estómago se acercó al chico. Se apoyó como pudo con sus manos en el suelo y se puso en frente de él.
-Creo que Lee hubiera querido que fuera así...- susurró con muy pocas fuerzas pero las suficientes para besarlo.
Sus labios estaban juntos. La primera vez para ambos.
Solo fueron cinco segundos. Clementine calló por los hombros de Carl, para nunca volver a existir.
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CLEMENTINE | Carl Grimes
FanfictionEn torno a la caída y pérdida de la prisión mientras Rick lidia con viejas heridas, Carl empieza a culpar a su padre de todo lo que ha ocurrido. Pero todo da un giro inesperado cuando conoce a Clementine y esta lo salva de los caminantes. Los tres s...