Capítulo 1

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Era un nuevo día en la nueva era un joven niño acababa de despertar de un no muy buen sueño,abrió sus ojos y suspiró poniéndose boca arriba mientras con sus manos situadas en su rostro se acostumbraba de nuevo a la vista. Se levantó un poco y giró su vista hacia el hombre que yacía tumbado en el sillón, cuando ya estuvo parado totalmente agarró sus armas y una bolsa de cereal dirigiéndose hacia la cocina de la extraña casa en la que estaba,vació el cereal en su plato y en el que esperaba fuera ser para su padre. Terminó de comer su cereal en uno de los cuartos de arriba mientras leía un libro que se había encontrado en el.

Presintiendo algo extraño dejó a un lado el libro, tomó el plato vacio que tenia al lado y bajó a la planta de abajo. Al llegar notó que su padre aun seguía sin mover un músculo en aquel sillón.

-¿Papá?-preguntó extrañado mientras se dirigía hacia él.-¿Papá?-volvió a preguntar dando algunos golpes en su pie. Nada.- Papá,despierta.-dijo mientras se arrodillaba a su lado,dejó el plato en el piso y volvió a hablar.- Despierta,vamos.-pronunció mientras lo movía aun así no reaccionó. Lo siguió intentando una y otra vez mientras alzaba su voz cada vez más,de pronto un ruido hizo que parara,provenía de la puerta la cual se encontraba con la perilla atada con un cable para que nadie pudiera entrar.

El chico se paró y fue retrocediendo, minutos después se encontraba afuera de la casa mirando hacia la entrada principal en esta habían dos caminantes. El chico fue hasta ellos a un espacio considerable y con el arma en manos. Se aseguró de que estuviese solo y empezó a captar la atención de aquellos monstruos.

-Oigan.-dijo con voz firme.-Carne fresca por aquí. Vengan a buscarme.-seguido fue retrocediendo vigilando cada uno de los movimientos de los no muertos los cuales no demoraron en ir tras él.-Vamos a pasear, apúrense. Eso es.-dijo al ver que lo seguían.

Seguía retrocediendo y retrocediendo que llegó a para hasta la carretera aun vigilando el paso de los caminantes. Mientras seguía su paso y se adentraba al patio de una de las casas no fue consiente de lo que tenia a sus espaldas y por entre los arboles apareció otro caminante.

-¡Mierda!-exclamó. El caminante lo tomó por los hombros mientras que el solo luchaba por zafarse, su situación se complicó todavía más cuando los otros dos caminantes también se abalanzaron sobre él haciéndolo caer de espaldas. Trataba de retroceder pero los caminantes se acercaban cada vez más empezó a dispararles pero no lograba atinarles del todo,cuando por fin lo hizo estos cayeron sobre él. En eso el último que quedaba se le acercaba ,el chico intentó dispararle pero las balas no daban en el blanco,el caminante ya estaba a centímetros de llegar a él y justo cuando pensó que ya nada podría hacer,
una flecha atravesó el cráneo de este haciéndolo caer junto a los otros que tenia encima.

Ladeo su cabeza hacia atrás dando un suspiro de alivio, su corazón latía con fuerza. Había pasado un gran susto. Empezó a quitarse a los caminantes de encima,cuando por fin lo logró se paró y un instante después se apoyó en sus piernas para tomar un poco más de aire seguido de eso vomitó,mientras volvía a echar un vistazo hacia los caminantes empezó a escuchar pasos que se dirigían hacia él,volteó la mirada hacia donde provenían y volvió a tomar su postura.

-Deberías de prestar más atención a tu camino... Si no ya sabes lo que te pudo haber pasado.-dijo una tranquila voz femenina.

CLEMENTINE | Carl GrimesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora