Capítulo 33

682 104 1
                                    


Carl había terminado de colocar un par de armas. Todas diferentes en frente de Gabriel que de había puesto desde hace horas a tratar de quitar la mancha de sangre que estaba en el piso de su iglesia.

-Escoge una.- le dijo a Gabriel. El sacerdote parecía no hacerle caso.- Tienes que aprender a defenderte. Podemos enseñarte.

Gabriel alzó la mirada y tornó una sonrisa cínica.

-¿Defenderme? Dijeron que se irían.- dijo refiriéndose a Gareth y a sus hombres.

-Eran unos mentirosos y asesinos.- le dijo el chico. Tanto Michonne como Clementine comenzaban a oír en silencio las palabras de Carl. Michonne cuidando a Judith y Clementine sentada en uno de los bancos.

-Como nosotros.- contestó Gabriel.

-Sólo nos protegimos. Querían matarnos.- Carl se tomó un segundo para hacer entrar en razón al hombre.- Tienes suerte de que tu iglesia haya durado tanto. Ya no puedes quedarte en un sólo lugar... No por mucho tiempo.

Tanto Clementine como Michonne miraron al chico pensando en lo que acaba de decir.

-Y cuando estés afuera,- continuó.- te encontrarás con problemas de los que no podrás esconderte. Tienes que aprender a pelear.

Gabriel miró la fila de armas que le había colocado antes sí el niño. A duras penas y de manera incorrecta tomó un machete.

-Buena elección. Pero no estás sosteniéndolo bien. Tienes que poder empujarlo porque a veces sus cráneos no son tan suaves y vas s tener que...

-Lo siento... No. Necesito acostarme.-le dijo a Carl. Seguido salió de la sala.

Clementine bajó su mirada con una pequeña sonrisa en sus labios por el acto de Carl. Que realmente la había sorprendido. -<<Se empieza a parecer a Rick.>>-pensó. Vio como Michonne miraba al sacerdote con preocupación y duda, pero a decir verdad... A ella también le preocupaba.

Ahora la chica, después de varios minutos estaba al lado de su amigo y la hermana de éste. Ambos cuidaban de ella mientras Michonne hablaba con Gabriel.

-Judith es hermosa.- comentó Clementine acariciándole su cabello. Carl miraba como la chica acariciaba a su pequeña hermana.

-¿Cómo pasó?- dijo de repente siendo sereno hacia la chica mientras señalaba su brazo en el que era notable una gran cicatriz.

-Me mordieron.- respondió tranquila. Carl se quedó callado un momento.

-¿Quién?- preguntó. Clementine soltó una risita.

-Un caminante Carl...-dijo sarcástica. El chico río por su bobo comentario.- fue un perro.

-¿Te confundió con comida Clem?- dijo bromeando.

-Comida le hiba a dar, pero en ves de morder la lata me mordió a mí.-dijo riendo.

-Debió doler.- Clementine asintió.

-Si, pero peor fue el remedio. Las personas que me encontraron pensaban que un caminante me había mordido y no un perro hací que me dejaron encerrada en un cobertizo para esperar mi "transformación".- contó.

-¿Qué hiciste?- preguntó curioso Carl.

-Tenía miedo de que se me infectara la herida hací que tuve que escabullirme por la casa y buscar unas vendas para saturar la herida yo misma... Dolió mucho.-dijo cerrando sus ojos mientras recordaba lo doloroso que fue.

-A mí me confundieron con bambi- le dijo riendo para tratar de alejar esos recuerdos de la chica.

-¿Qué?- dijo con una carcajada. Carl también soltó una.

-Tenía once años, papá me dijo que me acercara a ver el ciervo y de repente una bala atravesó su pecho y el mío también.

-Que mala suerte-dijo riendo.

-Ahí fue cuando me dio su sombrero-dijo con una sonrisa. Clementine le sonrió.

-A mí también me han disparado.- comentó la chica. Era raro. Antes, quizá estuvieran compartiendo ideas sobre gustos en común, sin embargo compartían las veces en que les han disparado.

El mundo ha cambiado

-<<Aunque, si esto nunca hubiera sucedido. Nunca hubiera conocido a estas fantásticas personas que me han y están protegiendo.>>- pensó.









CLEMENTINE | Carl GrimesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora