Entro a casa aturdida y malhumorada, Juan Luis Londoño me había alterado el día por completo.
Gretel no está y Robert tampoco. Mi padre y mi madre viajaron a Suiza y no volverán hasta el fin de semana.
Eso me deja, otra vez, sola.
Supongo que les gusta dejarme sola y ver que hago, ver si me muero o puedo sobrevivir sola, siempre me dejan sola y creen que eso me afecta. ¿Qué tan estúpidos pueden llegar a ser? Me pregunte.
Mi móvil comenzó a sonar.
- ¿Si?.- Pregunto subiendo rápidamente las escaleras.
- ¡Oye chica! ¿Dónde estás?.- Pregunta Amanda del otro lado de la línea.
- En casa, estaba por dormir.- Mentí.
Sabía que Amanda tendría algún loco plan y ya tenía suficiente por un día.
- ¿Olvidaste la fiesta?.- Pregunto sorprendida.
Y la vida me abofeteo la cara: la gran fiesta de Amanda por recomienzo de clases era hoy.
¿Cómo yo, ______ Vivas, podía olvidar una fiesta así?
¿Qué rayos se me estaba pasando por la cabeza?
- En quince minutos estoy en la puerta de tu casa.- Le asegure.
- ¡Esa es mi chica!.- Dijo entusiasmada y corto la llamada.
Saque el corto vestido negro con tachas y me lo coloque, quedaba perfecto con mi cuerpo y mi color de piel. Me coloque los altos tacones negros brillantes y varias pulseras de oro en mi mano derecha para hacer juego. Una cola alta soluciono mi peinado y mi maquillaje fue igual de provocativo de siempre.
"Juan Luis Londoño; jamás lograras hundirme."
Pensé mientras abría la puerta de entrada.
Subí a mi auto con un gran humor y no tarde más de cinco minutos en llegar a la gran mansión de Amanda.
Londres era grande pero nosotras vivíamos en una zona de clase alta; la casa de Amanda sobresalía por su gran iluminación y más aún cuando era momento de fiesta.
Algo que era siempre.
- ¡______!.- Dijo Amanda mientras me acercaba a la puerta.
Traía un corto vestido de lentejuelas que sobresalía por detrás, muy bello.
- Jamás fallas en las fiestas.- Le dije chocándole el puño y adentrándome en la fiesta.
La casa de Amanda ahora estaba más oscura y las luces de colores iluminaban la gran pista central donde se encontraban ochenta personas bailando.
Los otros ochenta se esparcían por la casa. El alcohol estaba por todas partes, al igual que las drogas. Aunque no le di importancia.
- Cada día más hermosa...- Dijo Steve (mi novio) acercándose a mi y besándome.
- Lo mismo digo...- Dije cuando nos retiramos y lo mire sexymente.
Steve era atractivo y dulce pero no podría decir que estaba "enamorada" era un chico para salir por un tiempo, solo eso. Jamás me había enamorado verdaderamente de alguien, jamás había sentido latir mi corazón con fuerza... jamás había amado tanto alguien como a mí misma.
- ¿Qué te sucede?.- Pregunto Steve tocándome con su dedo mi mejilla.
- Nada... estoy bien.- Dije fingiendo una sonrisa.
Me sonrió con su bella sonrisa. Detrás de nosotros se escucho un vidrio romperse y yo flexione las piernas por reflejo, Steve también se agacho.
- Iré a ver que sucedió... quédate aquí.- Me ordeno con su voz preocupada y se dirigió a donde el sonido había surgido.
Yo me reincorpore y bebí un sorbo del trago que Steve me había entregado. Me quema la garganta pero sigo bebiendo, necesitaba dejar mis pensamientos de lado y fingir que todo estaba bien.
Eso era lo único que hacia bien, fingir.
Noto que he bebido demasiado cuando ya todo me da igual, no me importa si estoy en la casa de Amanda o en mi casa. si estoy bailando o estoy sentada. Steve sigue el ritmo de la música y yo solo me muevo, inconscientemente. Las luces me encandilan y deje de sentir mis pies hace una hora. Me tambaleo por decima vez. Steve me agarra el brazo y me ayuda a volver a mi eje.
- Creo que me iré.- Le grite por encima de la música.
- ¿Quieres que te acompañe?
- No, estoy bien.- Le grito aún más y le levanto el pulgar demostrándole que me encuentro bien. concentrándome en el camino comienzo a caminar en la casa de Amanda pero estoy borracha y el piso me mueve. Levanto la vista pero me quedo petrificada al ver quien estaba en la puerta de entrada.
Juan Luis.
Mi corazón da un vuelco y comienza a latir con fuerza. Me concentro en el hasta que dejan de ser dos Juan Luis y ahora son uno solo que mira la casa con cautela. Se lleva la mano al cabello y acomoda su pelo liso hacia atrás y da un paso más adentro. Trae una remera blanca que dice "Fuck everything" en letras negras y unos jeans ajustados de color negros.
No lo pienso dos veces y comienzo a caminar hacia el rápidamente.
- ¿Se puede saber que haces aquí?.- Le digo cruelmente. Aunque me tambaleo sobre los tacones y comienzo a pensar que fue mala idea acercarme a él.
- Creo que alguien bebió demasiado...- Dice mirándome de pies a cabeza.- Pero debo admitir que sigues siendo guapa.
- ¿Eso es un cumplido?.- Pregunto irónica.
- Creo que si.- Dice pensándolos unos segundos.
- No me importa, mañana cuando despierte no lo recordare.- Bebo de mi vaso y siento como el alcohol corre por mi cuerpo. Quiero olvidar cualquier rastro de ese momento, quería que Juan Luis desapareciera.
- Yo me iré.- Le informe con mi tono borrachoso.
- Te acompaño.
- Bromeas, ¿Cierto?
- ¿Cómo pretendes que te deje conducir borracha?
- No estoy borracha.
- ¿Cuánto es 6 por 6?.- En algún lugar de mi cerebro sabia la respuesta pero no tenía conexión a ese lugar. el alcohol me tenia atada de manos.
- Eso pensé... vamos.- Apoyo su mano en mi espalda y sentí un escalofrió recorrer todo mi cuerpo. Pero no quería que la quite, por alguna razón la mano en mi espalda me da seguridad. Me sentía protegida.
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Cambios (Maluma & Tu) *Terminada*
Teen Fiction(tn) vivas rondón es la típica chica popular de diecisiete años que tiene todo lo que cualquier chica quisiera; ropa, autos, dinero, novio, belleza y un gran cuerpo que mostrar. Junto a su grupo de amigo se encarga de hacer miserable el resto de los...