Luego de una hora exacta, Juan volvió al hospital. Pude oírlo en el pasillo, maldiciendo contra su celular.
Había una pequeña ventana que daba el corredor, por lo que podía ver a Juan sentado en el suelo, intentando calmarse. Minutos después, lentamente, entro a la habitación.Sonrió al ver que no estaba dormida.
-Prince...
-Steve me visito- Le solté- Y él fue quien me drogo.
-¿Qué?
-Que lo recordé, fue Steve quien me drogo - Mi corazón golpeaba contra mi pecho con fuerza del solo hecho de recordarlo.
-¡Sabia que había sido ese idiota!- Grita luego de unos segundos, sobresaltándome. Patea el cesto de basura, haciendo que todos los papeles vuelen por el aire- Lo matare con mis propias manos- Balbucea.
Sus ojos están oscuros, consumidos por la ira. Lo que me asusta, me estremezco de pies a cabeza.
-¡Te lastimaras!- Le grito antes que golpee contra la pared.
El se frena en seco, saliendo de su mundo. Me mira, furioso- No ganas nada lastimándote, cariño.
Juan se queda varios segundos en silencio, procesando mis palabras.
-Quiero que me cuentes todo, con detalle.
Yo no muestro objeción y le cuento todo; empezando por mi pasada relación con Steve, le explico que siempre fuimos novios por compromiso y que su mayor interés siempre fue el dinero. Ni siquiera me callo con los intentos, fallidos, de Steve de acostarse conmigo.
Juan escucho atento, intentando comprender todo.
Llego por fin al día de hoy, le cuento todo sobre lo que ha dicho y remarco la frase "no soy yo el único que está detrás de tus millones"
-Tengo miedo, Juan, no quiero que nadie mal salga lastimado.
El se acerca y me rodea con sus brazos, yo lo abrazo y apoyo mi cabeza en su pecho.
-Nada sucederá si somos más inteligentes que el- Susurra- Solo debemos averiguar qué hay detrás de todo esto.
Pienso en Steve y en lo sinceras que sonaban sus palabras. Ni siquiera había pasado una semana de que Juan y yo estábamos juntos y Steve ya se las había arreglado para separarnos a Juan y a mí. Porque, por más que no lo diga, su fin era separarnos.
-Si se ha divulgado de tu caja fuerte, los tíos del club al que asistía lo sabrán, por lo que puedo ir y....
-No- Lo interrumpo- No puedes dejarme sola otra vez, no sabiendo que más personas están decididas a separarnos por unos miserables millones.
-Está bien...- Ambos guardamos silencio- ¿Ya te dije que he recuperado mi motocicleta?
-¿Bromeas?
-No- Suelta una risita- Un tipo del bar la recompro para venderla a un precio más alto pero supo que era mi vieja motocicleta, no dudo en vendérmela. Aun sigue como nueva- Dice soltando una risita.
-¿Ya nos mas camioneta sucia y fea?
-Ya no mas camioneta sucia y fea- Afirma.
Yo lo abrazo, compartiendo mi felicidad con él. Se cuanto Juan odiaba la fea y llamativa camioneta, él quería discreta y rápida motocicleta. Que dejaba ver perfectamente que él era un chico "rudo".
Una pelirroja enfermera entra a la habitación con la cena.
Contrario a la anterior, ella no nos interrumpe; deja la bandeja, chequea algunos aparatos y se marcha. Se limita a mirarnos.
Juan se baja de la cama y me acerca una mesa móvil, apoya la bandeja que contiene una desabrida comida de hospital (puré de patatas, carne seca y una mini tarta de frutillas)
-Vamos, no debe saber tan mal- Me alienta.
Yo pincho un pedazo de carne y lo paso por el puré, respiro hondo y me lo llevo a la boca
- ¿Y?
-Como comer papel: desagradable y desabrido- Le contesto tomando un sorbo de agua.
Juan se ríe en voz baja y me ayuda a pinchar la comida y llevármela a la boca.
Al cabo de una hora me he bebido tres botellas de agua y he terminado toda la asquerosa comida. Mi estomago intenta vomitarlos pero lo detengo, obligando a mantenerlo dentro.
-¿Cuándo podre irme de este lugar?- Pregunto aburrida.
-Mañana a primera hora- Me contesta Juan sacando la vista de su celular.
-¿Te quedaras a pasar la noche aquí?
-Si tu quieres- Dice acercando y dándome un corto beso en los labios.
-Claro- Lo beso- que- Lo vuelvo a besar- quiero.
La enfermera me despierta a la mañana siguiente, una sonrisa se dibujó en mis labios al recordar que Juan se había quedado junto a mí hasta quedarme dormida.
Recordaba el calor de sus labios sobre mis mejillas y sus manos acariciando mi cabello delicadamente. Termine de cambiarme y con la ayuda de la enferma me subí al taxi que me condujo hasta la mansión, mi auto había sido remolcado y solo mis padres podían pagar la fianza.
Maldije en voz baja al recordarlo.
Abro la puerta delicadamente, sin hacer ruido.
Entro a la casa con zapatos en manos y un fuerte olor a hospital, lo que significa que quiera o no, se darán cuenta.
Sin embargo, subo las escaleras sigilosamente. Entro a mi habitación rápidamente pero cuando veo a la cama, me llevo una gran sorpresa.
Un gran oso de felfa de dos metros de alto y un metro de ancho yace en ella, con una pequeña nota y una rosa de color rojo intenso. Me acerco delicadamente y tomo la nota:
"Cuando te sientas sola, solo abrázalo y el ocupara mi lugar por unos segundos.
Te quiero mucho, Juan"
Tiernamente sorprendida, tomo la flor y la huelo pero hay otro aroma que me llama la atención y ese olor proviene del oso.
Porque el oso tiene el perfume de Juan.
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Cambios (Maluma & Tu) *Terminada*
Fiksi Remaja(tn) vivas rondón es la típica chica popular de diecisiete años que tiene todo lo que cualquier chica quisiera; ropa, autos, dinero, novio, belleza y un gran cuerpo que mostrar. Junto a su grupo de amigo se encarga de hacer miserable el resto de los...