Entre a la casa algo confundida, no era nada común que Juan se halla marchado con tanta prisa.
Me obligué a dejar de pensar en él, había sido demasiado por una noche.Quise solo cepillarme los dientes e irme a dormir pero no podía urgir al agua caliente de la ducha.
El familiar aroma de mi jabón me hizo sentirme como la misma persona que era hora antes de ser bañada en coca cola.Cerré el grifo casi en contra de mi voluntad, el agua caliente resultaba el mejor de los lugares a esa hora. Me seque rápidamente con la toalla, me puse mi pijama de Victoria's Secret y volví a mi habitación.
Apague las luces y me metí en la cama pero me encontraba demasiado alterada para dormir, por lo que decidí prepararme un té.
Baje la escalera con pasos agiles, prendí la luz de la cocina y puse el agua en el fuego.
La casa estaba invadida por un silencio solitario, lo que me hacía sentir aun peor. Odiaba estar sola en casa, extrañaba a mis padres y a mi hermano.
Extrañaba a Juan y sus besos, dormir junto a él.
El chillido de la pava me saco de mis pensamientos, volví a la realidad.
Serví el agua caliente en la taza y le agregue azúcar, bebí un sorbo. Ya podía sentir el sueño volviendo a mí. Volví a subir las escaleras con pasos rápidos y me metí en la cama, termine de beber mi te en silencio.
Apague las luces, ya lista para dormir. Estaba casi consumida por el sueño cuando un pitido me vuelve a la realidad.
En la oscuridad que invadía mi habitación, busque mi teléfono a ciegas.
La luz proveniente del móvil me encandilo.
De Juan:
"Buenas noches, hermosa. Te quiero"Era un simple que mensaje que significa mucho para mí, podía dormir en paz sabiendo que Juan y yo estábamos bien.
Suspire hondo y volví a meterme en la cama. En cuestión de minutos, estaba profundamente dormida.
Entre a Starbucks con la mirada escondida bajo mis gafas de sol, estaba casi vacía salvo por una rubia de que jugaba con su pajilla. Camine hasta la mesa donde Tania se encontraba, sonrió al verme tomar asiento.
-Necesitare dos tazas mega grandes para despertarme, no he dormido nada- Hablo a Tania con la mirada fija en mi café.
-¿La conciencia no te deja dormir?
Me saco las gafas de sol, Tania mira con admiración mis ojeras.
-No solo es la conciencia...- Contesto con cierto odio en mi voz.
Tania asiente, comprendiendo. Vuelve la vista hacia su batido y mueve la pajilla en gesto disimulado. Yo bebo mi café en silencio, mirando por la ventana. "Otro lunes lluvioso en Londres..." Pienso.
-¿Cómo se tomo Juan tu escapada del sábado?- Pregunta Tania volviéndome a la realidad.
-Oh... Mal, como era de esperarse- Tania hace una mueca- Pero luego nos arreglamos, hasta me mando un mensaje de buenas noches.
-Me alegro que sea así, no puedo imaginarlos peleados.
-Ni yo tampoco...
Nuestra primer pelea había sido todo un escándalo, el instituto completo hablaba de ella. Y seria todo un problema para Juan, él prefería un perfil bajo, sin que nadie lo note. Pero ahora, era tema de conversación de muchos adolescentes. Me odiaría al saberlo.
-¿Ya le has dicho a Juan?- Pregunta Tania, dándole un sorbo a su bebida.
-No y no pienso hacerlo- Contesto firme.
-¡El avión sale el domingo!
-Entonces pasare mi última noche con Juan y luego me marchare- Tania intenta oponerse pero la interrumpo: Y, es lo único que puedo hacer, Tania.
El timbre de finalización de clases sonó, indicando que mi última semana de clases en la secundaria había finalizado.
Todos los alumnos del salón se quedaron quietos, mirándose entre sí. Ninguno quería abandonar el salón, eso significa dejar atrás todo lo que había sucedido en nuestros largos años de secundaria. Era la última vez. Mi débil compañera ya estaba llorando, su nariz goteaba. Pero yo no tenía tiempo para despedidas, debía encontrar a Juan y pasar mis últimas cuarenta y ocho horas con él. Nada más importaba ahora.
-Gracias por todo...- Digo rompiendo el silencio. Todos me miran con algo de sorpresa- Pero nada es para siempre.
Y me marcho del salón.
Para mi fortuna, Juan me aguardaba fuera de mi salón.
Estaba apoyado contra una pared, mirando su celular. Las punzadas de dolor invadieron mi pecho, ¿cómo podía abandonarlo? El me había dado una verdadera razón para vivir, amor. Las lágrimas amenazan con caer pero me contengo, no puedo preocupar a Juan. Suspiro hondo y camino hasta el con una gran sonrisa, debía hacer que cada minutos valga la pena.
-Hola, lindo- Digo besándole una mejilla, el se sorprende, luego me sonríe.
-Hola, princesa- Dice besándome tiernamente.
Disfruto el beso, guardándolo en mi memoria.
-Tengo la tarde libre, ¿qué quieres hacer?- Pregunta tomándome la mano.
"Escaparnos" pienso con melancolía.
-Podríamos ir por un batido...
El asiente y ambos caminamos hasta su motocicleta. Me coloco el casco y abrazo a Juan por la espalda, memorizando cada parte de su marcada musculatura. Su aroma a menta y canela, dulcemente peligroso. Sus cabello bien peinado.
Todos eran recuerdos que me llevaría conmigo, para no dejarlo ir jamás.
ESTÁS LEYENDO
Cambios (Maluma & Tu) *Terminada*
Ficção Adolescente(tn) vivas rondón es la típica chica popular de diecisiete años que tiene todo lo que cualquier chica quisiera; ropa, autos, dinero, novio, belleza y un gran cuerpo que mostrar. Junto a su grupo de amigo se encarga de hacer miserable el resto de los...