Cambios (Maluma & Tu) *Terminada*

Capítulo #16: "Vida nueva..."

  Cuando era niña jugaba con muñecas llamadas "Barbies" Todas las muñecas eran perfectas. Y aún mejor era que pase lo que pase, siempre sonreían. Podías quitarle el pelo, quebrar su brazo o tan solo quitarle la cabeza pero esa sonrisa jamas se borraba de su rostro. Y ellas siempre fueron mi ejemplo, ese era mi gran motivación: ser perfecta, pase lo que pase siempre sonreír.

Y esa noche me di cuenta que las cosas que verdaderamente quieres, no siempre te harán sonreír.

Tania me seguía abrazando aunque ya no susurraba cosas bonitas en mi oreja y agradezco que lo haya dejado de hacerlo porque verdaderamente no funcionaba, no me hacia sentir mejor.

-_______...- Llamo Tania dulcemente.

Yo me levante lentamente, secándome las lagrimas

- Te llevare a casa, vamos.

Asentí y me puse de pie, me puse los tacones otra vez y comenzamos a caminar hacia su auto. Ella rebuscaba cosas en su bolso y yo miraba mis manos cuando alguien nos llamo por detrás.

-¿________?- Pregunto una voz varonil que conocía perfectamente.

"¿De todas las personas del mundo justo con el me tengo que encontrar, Dios?" Pensé rabiosa. Me di vuelta lentamente y me encontré con esos ojos cafes y ese bonito cuerpo vestido con un traje negro.
Tania retrocedió unos pasos hasta alejarse por completo.

-_______ yo quiero decirte que...- Dijo Juan acercándose a mi, lo que yo retrocedí unos pasos.

-¿Creíste que la canción me haría olvidar de que jugaste conmigo, Juan?- Pregunte odiosa- Pues déjame que contestarte que no.

-Yo, yo..

-No puedes de un día para el otro dedicarme una canción que hablaba de... amar- Respire hondo- Nosotros jamás podremos amarnos y tu tren ya paso, me di cuenta que no eras lo que quería.

Sus ojos volvieron a tornarse cafes oscuro, borrando cualquier rastro de esperanza.

-Lo lamento pero llegaste tarde- Dije dándome la vuelta y marchándome. Había cumplido con mi promesa, había vencido a Juan.

Dolía, claro que lo hacía. Pero a veces, no necesitamos todo lo queremos y yo necesito amor pero necesito un buen amor, como Steve.

Llegue a casa con mis zapatos colgando de mi mano derecha y algunas lágrimas que caían por mis ojos. Prendí las luces de la gran mansión y cerré la puerta con llave. La fiesta oficialmente había terminado.

Subí a mi habitación lentamente pero al pisar el primer escalón un flashback me invadió la cabeza:

-¡Te odio!- Grito mi madre a mi padre en la cocina. Yo era pequeña y me encontraba dibujando en el living pero perfectamente podía ver a mi madre y a mi padre discutiendo.

-¿Puedes dejar de gritar, Susan?- Dijo mi padre intentando tranquilizarse.

-¿Que sucedió con el hombre del que me enamore?- Las lagrimas caían por el rostro de mi madre.

-Intento trabajar, deja de gritar- Dijo el volviendo a tomar su carpeta de trabajo.

Mi madre incrédula de que no se apiade de ella al verla llorar, se acerca a la mesa y con odio tira todo al suelo. Haciendo que mi padre se sorprenda.

Mi padre enfadado se pone de pie inmediatamente y le planta una abofeteada en la mejilla izquierda a mi madre. Haciendo que ella caiga al suelo. Yo me sorprendí de tal manera que las lagrimas comenzaron a correr por mis ojos.

-No te vuelvas a meter con mis cosas...- Dijo rabioso.

Mi madre asintió, débil. Y el se marcho de la casa con un gran portazo. Yo corrí junto a mi madre preocupada, tirándome al suelo para ayudarla. Jamas había visto a mi padre golpearla.

-No te preocupes, ________- Dijo poniéndose de pie- El amor a veces es violento y cruel pero por esa razón no deja de ser la cosa mas maravillosa del mundo.

Salí del flashback y tuve que sostenerme de la escalera para no caerme. Había olvidado por completo ese día. Mi padre golpeo a mi madre pero ella sin embargo seguía pensando que el amor era lo mas maravilloso del mundo. Y así es como hoy siguen juntos siendo una pareja. 

Y esa noche dormí inquietamente ya que la estúpida frase no me dejaba en paz, "el amor a veces es violento y cruel pero por esa razón no deja de ser la cosa más maravillosa del mundo"

Pero yo ya había terminado cualquier relación con Juan Luis, lo nuestro era historia.