Cambios (Maluma & Tu) *Terminada*

Capítulo #21: "Te necesito..."

 Forever Young - Alphaville sonaba en mi reproductor de música, yo cantaba la canción en voz alta mientras ordenaba mi gran armario.

El sol ya se había escondido luego de una gran puesta de sol que disfrute mirando por mi ventana con una taza de chocolate caliente en las manos. Luego de eso me pase una hora entera tirada en la cama con el teléfono en las manos aguardando que Juan llamara pero como eso no paso, decidí comenzar a ordenar mi gran armario. Solo para mantenerme activa hasta que Juan se dignara a llamar.

Pero me di cuenta que él no era como ninguno de los novios que antes he tenido, el vive otra realidad. Vive solo en un "departamento y trabaja de mesero en un restaurante de comida mexicana. Sin contar que en su tiempo libre adoraba jugar al póker y apostar en un bar alejado de la cuidad.
"¿Y en donde encajo yo en esta vida tan activa?" Me pregunte por décima vez.

Estaba claro que una relación con Juan podía significar un gran sacrificio de mi parte, debía olvidarme de la atención a toda hora y conformarme con dos o tres horas juntos al día.

Pero aun así Juan Luis lo valía, cinco minutos con él me alegraban el día entero y no podía dejar que una persona así se me escape de las manos.

Tocaron la puerta, sacándome de mis pensamientos.

-Adelante- Dije colgando la ultima prenda en el closet.

-Señorita Vivas, soy Aria...

- Aria era una de las mucamas que trabaja en la mansión, era un chica joven, tal vez veinte años o unos pocos mas.

-Oh, pasa, no tengas miedo- Le dije despreocupada.

-La comida ya esta lista- Me informo.

-Oh, claro, gracias

- Ella hizo una corta reverencia y se marcho.

"Nota mental: aclararle al personal que soy una muchacha, no una reina" pensé.

Baje las escaleras dando saltos y me senté en la mesa donde había un solo plato. Sentí angustia por encontrarme tan sola, mi hermano mayor se había marchado a la universidad y no lo volvería ver hasta navidad. Mis padres también estaban de viaje. En otras palabras: estaba completamente sola.

Suspire hondo y mire el plato de puré de patatas acompañando a un jugoso trozo de carne. Me coloque la servilleta en el regazo y corte una pequeña parte del trozo de carne, lo pase por el puré y me lo llevo a la boca. 

Apenas saboreo el trozo de carne mis papilas gustativas empiezan a desear mas y mas, la carne está en su momento justo al igual que el puré. Me llevo un bocado tras otro, disfrutando la excelente comida. Me como todo dejando el plato sin nada.

Luego me dejo caer en el asiento, satisfecha.

"No recordaba que la comida fuera tan deliciosa" balbuceo.

Luego de eso me levanto del asiento y me dirijo a mi habitación donde reviso mi teléfono para ver si no tenia ninguna llamada de Juan, nada. Me vuelvo a repetir que su vida es mas activa y que debo relajarme, así que lo hago.

Me coloco el pijama y me lavo los dientes, me sujeto el cabello y me preparo para dormir. Apago las luces dejando la tenue luz del velador y continuo leyendo mi libro. Cuando los ojos ya se me cierran solos decido que debo dormir, me convenzo de que tal vez Juan se haya quedado sin batería y cierro los ojos.

Diez minutos después mi teléfono comienza a sonar, contesto con rapidez al ver el nombre "Juan" en la pantalla.

-Creí que no me llamarías- Le digo mientras vuelo a prender el velador y me siento en la cama.

-Lo lamento, recién termino de trabajar y no tengo permitido usar el móvil en el.

-Oh, entiendo.

-¿Te desperté, cariño?- Noto algo de preocupación en su tono de voz.

-No, te estaba aguardando- Suelto una risita para liberar el ambiente- ¿Y tu?

-Acabo de meterme en la cama, estoy exhausto, fue un día muy largo, ¿no lo crees?

-Valla día...- Respondo recordando la pelea y la hora de besos y cariños junto a Juan.

Un silencio incomodo nos invade aunque noto que Juan está pensando algo, ya que ni siquiera siento su respiración.

-¿Juan Luis? ¿Sigues ahí?

-Oh, si, lo lamento. Estaba pensando en algo, ya no importa.

Noto que ya no tenemos tema de conversación.

-Me iré a dormir, Juan, te veré en la mañana.

-Descansa, princesa, te quiero.

-Y yo a ti.

Aguardo unos instantes y luego corto la llamada. Dejo escapar un suspiro de amor y apoyo el móvil en la mesa de luz, apago el velador y vuelvo a introducirme en la cama. Cierro los ojos y de a poco me voy introduciendo en un bonito sueño sobre Juan y yo en un bonito día de campo.