Cambios (Maluma & Tu) *Terminada*

Capítulo #17: "¿Hice lo correcto?"

*Maratón 01/04*

 A la mañana siguiente me levanto agotada, con odio y confusión.

Aunque desgraciadamente recuerdo perfectamente la noche. Anoche me sentía orgullosa de haber cortado cualquier relación con Juan Luis pero ahora comenzaba a sentir la necesidad de odiarlo u amarlo, la necesidad de tenerlo en mi corazón otra vez.

Me convencí que no era lo correcto y que debía seguir con mi vida, retomando mi vida. Pero sabia que eso seria estúpido, mi vida jamas volvería a ser la misma.

Mi pijama consistía en un short y una musculosa blanca de seda, por lo que me puse la campera a juego y mis "pantuflas" blancas. La luz del sol a las diez de la mañana entraba por los grandes ventanales de el living.

Era un domingo calmo y solitario. Entre a la cocina algo odiosa por estar sola otro domingo pero feliz de no tener que oír los matutinos chillidos de mi madre. Abrí la heladera de par en par y busque con la vista algo atractivo pero era lo mismo de siempre; frutas, ensaladas, lácteos y alguna que otro pedazo de carne.

Saque un manzana y le di un mordisco mientras encendía mi computadora móvil y revisaba mis e- mails. 

Las marcas de ropa pidiéndome sesiones de modelaje y algunos de mis aprendices del instituto preguntándome algunas cosas sobre mi rutina.

El timbre de entrada sonó sacándome de mis pensamientos.

Suspire hondo y me levante de la silla, di algunos pasos mientras me acomodaba y destrabe la puerta. Abriéndola de par en par.

-Buenos días, señorita ________- Dijo el guardia de la entrada de la mansión- Lamento molestarla.

-¿Que sucede, Jeremy?- Pregunte acomodándome el cabello.

-Hay cuatro chicos que la buscan y me dicen que es de suma exigencia..

-Sabes las reglas, los domingos no recibo visitantes.

-Lo se pero el dice que es muy importante, les explique las reglas pero sin embargo insistieron. ¿Que hago?

Bufe.

-Hazlos pasar, ya me han interrumpido la mañana-

Jeremy asintió y se fue en busca de los muchachos. Sabia que no era Steve y sus amigos, me hubiese avisado antes. Corrí rápidamente hasta mi habitación y me vestí con un simple vestido azul marino y unos tacones bajos. Trence mi cabello.

Al bajar las escaleras me encuentro con Pipe y otros dos chicos más que conocía del instituto pero el cuarto parecía ser mas grande. No entendía que hacia Pipe y los otros tres chicos en mi casa a las once de la mañana.

-¿Pipe?- Le pregunte confundida acercándome al living a donde ellos se encontraban sentados.

-¡Oh, _______!- Grito alegre mientras se ponía de pie y se acercaba a mi- Gracias por recibirnos- Dijo tomándome la mano y conduciéndome hasta donde los otros se encontraban- El es Romeo, va al instituto- Presento.

-Hola, _______- Dijo amablemente mientras nos estrechábamos las manos.

Tenia el pelo corto pero unos bellos ojos cafés, traía una musculosa que dejaba ver su marcado cuerpo y sus tatuajes.

-Hola- Dije asintiendo amablemente. Parecían ser chicos agradables.

-El es Antoni- Continuo.

-Un placer- Dije estrechándome la mano con el moreno de ojos marrones, traía una remera blanca y una camisa de Jean doblada al medio brazo. También podían verse sus tatuajes.

-Y finalmente el es Jose, el no concurre al instituto- Concluyo.

Conocí a Jose, el mas grande de los cuatro chicos. También era muy bonito.

Una vez finalizada la presentación tomamos asiento los cinco en los sillones blancos.

-Bueno, ________ Comenzó a hablar delicadamente Pipe- Queremos hablarte sobre un tema que creemos que te importa.

-¿Y el tema es?

Pipe hizo una mueca, la palabra no salia de su boca.

-Juan Luis- Dijo Jose rodando los ojos- Juan Luis Londoño.

Mi corazón comenzó a latir con fuerza al oír su nombre.

-El es nuestro mejor amigo- Siguió Romeo- Y hace un mes que esta muy extraño.

Entonces supe a donde se dirigirnos la conversación.

-¿Ustedes creen que yo tengo alguna relación con Juan y que por eso el esta tan "extraño?-

Los cuatros intercambiaron miradas- Déjenme decirles, señores- Dije poniéndome de pie- Que no se equivocan- Toque delicadamente el vidrio de la ventana-Pero ya se termino.

Los cuatros se miraron sorprendidos y algo enfadados.

-¿Como que termino?- Dijo Antoni poniéndose de pie.

-No puede ser verdad- Exclamo abriendo los ojos Pipe.

-¡Les dije que era una mala idea!- Se arrepintió Romeo.

-No lloren, niñas- Dijo Jose llamando al silencio en la sala- Dejen que la señorita prosiga.

-Gracias- Dije sonriendo- Su amigo, "Juan", es... diferente. Y eso me atrajo hasta el, me enamoro. Pero luego me di cuenta que era en vano porque el me odiaba, ni siquiera quería hablarme. Pero ayer a la noche todo cambio, el me dedico una canción y yo me enfade y termine todo.

-¡Lo sabia!- Dijo Pipe poniéndose de pie con el dedo indice levantado- Sabia que la chica de la canción era ella.

-Si pero acaban de terminan, chico- Contradijo Romeo poniéndose de pie- Ya no tiene sentido.

-Tal vez nos equivocamos, muchachos, tal vez Juan solo bromeaba.

-¿Bromeaba sobre que?- Pregunte volviéndome hacia ellos.

-Sobre que...-Dijo Jose mirándome a los ojos- Estaba enamorado de una muchacha.

Mi corazón latió con fuerza al escuchar la frase, una nueva esperanza nació en mi. Tal vez Juan no jugaba conmigo al dedicarme esa canción, tal vez el quería enamorarme de verdad.

-¿Y uste-des creen que soy yo?- Tartamudee nerviosa.

-Ya sabes- Prosiguió Antoni- Del amor al odio hay un solo paso.

-Y eres la única que podría cambiar al cruel de Juan- Concluyo Jose.

Respire hondo y me deje caer sobre el sofá.

-No puedes ser real- Dije llevándome las manos a la cara- No puedo ser yo.

-¿Y quien mas si no?- Pregunto Pipe acercándose a mi.

-Yo estoy con Steve, Pipe, esto no está bien- Dije mirándolo fijo, algo enfada- Y tu sabias que Juan y yo jamas podremos ser nada, me cuesta perdonarle que haya jugado conmigo.

-Pero eso...- Interrumpió Romeo.

-Esto es un error- Dije poniéndome de pie- Deben irse, yo no soy la chica que ustedes buscan.

-Pero _________ nosotros...- Intento calmarme Antoni.

-¡Se van!- Dije apuntando con mi dedo la puerta. Jose bufo, enfadado y salio por la puerta con rapidez. Antoni lo siguió y Romeo también.

Pipe se puso de pie y me miro fijo, negando con la cabeza:

-Creí que habías cambiado.

No pude evitar sentir odio y dolor ante su frase. Quise explicarle lo que sucedía pero Pipeya se había marchado. Cerró la puerta con fuerza y el sonido me sobresalto, haciéndome sentir peor. Me arrepentía de haberlos tratado así, yo no era cruel con las personas. O tal vez no siempre. Las lagrimas caían con rapidez y yo mas me arrepentía de haber herido los sentimientos de los cuatros agradables chicos.

Ellos solo querían... felicidad.