Antes de su acuerdo de tener una aventura, siempre le había contado sus problemas porque sabía que podía contar con ella. Si el sexo era la razón por la que estaba tan hermético, le parecía totalmente inaceptable. Tenían un acuerdo, y se suponía que su romance no iba a influir en su amistad.
-Hey, ¿qué pasa? -insistió ella, acercándose y apoyando las manos en el respaldo de la silla.
Los hombros de él se elevaron al tomar aire y descendieron al exhalar. Por un instante, pareció que iba a decir algo, pero cerró la boca.
-¿Peter?
-No es nada.
-Como si fuera a creerte.
Él se giró hacia ella.
-El libro -dijo-. Es por el libro.
Lali se humedeció los labios, sin creerlo, pero sin tener la menor idea de cuál podía ser el verdadero problema.
-Ok -dijo, sentándose en el borde de la cama-. ¿Las páginas surgen lentamente?
-La verdad es que estuve escribiendo a un ritmo vertiginoso.
-Entonces, ¿qué es lo que no funciona? -indagó ella.
Él se la quedó mirando durante tanto tiempo que casi resultó incómodo.
-Los personajes -dijo él por fin-. No están comportándose de la manera que yo esperaba. De la forma que quería.
-Yo no soy escritora, pero ya que tú eres el autor, ¿no puedes arreglarlo?
-Ojalá pudiera.
Ella se levantó, incómoda.
-Tal vez si me contaras lo que sucede...
-Thiago. Está perdidamente enamorado de Victoria.
-Eso me parece muy dulce.
-Se supone que no es un hombre que se ate a una mujer.
-¿Tal vez está cambiando?
-Sí -respondió él, pasándose la mano por el pelo-. Creo que sí. ¿Y sabes qué? Eso estaría bien. Si no fuera porque va a fracasar a lo grande.
-¿Por culpa de Victoria?
-Me los imagino a ambos peleando contra los malos, haciendo explotar cosas, como un equipo.
-Eso suena genial -dijo ella, recordando el primer manuscrito sobre Bedoya-Agüero. Le había encantado, pero, ¿no sería mucho más divertido si Bedoya-Agüero tuviera una contraparte femenina con la que trabajar?
-Lo sería, si no fuera porque Victoria no está interesada en atarse a Thiago. Ella tiene su propia operación, y así es como quiere seguir.
-Como te dije, tú eres el autor. ¿No puedes arreglarlo?
Él se la quedó mirando.
-No siempre es tan fácil.
Lali se removió en la cama, sin poder sacudirse la sensación de que él no estaba diciéndole todo.
-Ojalá pudiera ayudar.
Él la fulminó con la mirada.
-Sí, ojalá.
Ella exhaló, aquello era demasiado.
-¡Maldición, Peter! ¿Qué es lo que realmente te preocupa?
-El libro, ya te lo dije.
-No -respondió ella, y suspiró-. Juraste que las cosas no cambiarían si íbamos más allá en nuestra relación, y ahora míranos. Solías contarme las cosas. Dios, Peter, eres mi mejor amigo.
-Amigo -puntualizó él, tan triste que a ella se le partió el corazón.
Aquello no era bueno, y no sabía cómo arreglarlo porque no sabía dónde estaba el problema.
-Peter, por favor...
Él se pasó la mano por el pelo.
-Estuve todo el día trabajando -anunció-. Voy a ducharme.
Ella acalló su impulso de insistir, e intentó cambiar de táctica.
-¿Quieres compañía?
-Gracias, pero ésta me la daré solo.
Lali lo vio entrar al baño y hundió la cabeza entre sus manos. Su alivio se había disipado tan rápidamente como había aparecido. Algo había explotado dentro de Peter, y ella no sabía qué era. ¿Cómo iba a poder solucionarlo si él ni siquiera le hablaba?
Reflexionó sobre el problema mientras metía la bolsa con la caja en el closet, y la escondió bajo su maleta. Hecho eso, miró la puerta del baño, se acercó y se dispuso a abrirla. Peter había dicho que quería estar solo, pero ella lo necesitaba. Necesitaba sentirlo cerca de nuevo. Porque entre los dos se había levantado un muro que le aterraba. Con Benjamín, antes de perderlo, al menos había tenido una relación. No iba a perder a Peter tras sólo unos pocos días. Tenía que entrar.
Pero no pudo. Él había cerrado la puerta con llave.
Frustrada, se paseó por la habitación y se detuvo delante de la computadora. Peter había dicho que el libro estaba resultándole difícil, así que tal vez...
Ojeó la escena en la que estaba trabajando: Victoria, prisionera en la guarida del malo, estaba desnuda y atada a la pared. Thiago entraba, sin estar seguro de si ella había sido realmente capturada, y temiendo que fuera una trampa y que ella estuviera trabajando para el enemigo.
Thiago sabía que debía preguntárselo. Sabía que debía salir corriendo de allí.
Pero la deseaba tanto, que valía la pena arriesgarse.
Conforme Lali leía las páginas, y Thiago Bedoya-Agüero poseía a Victoria encadenada, reclamando posesión sobre su cuerpo aunque temía que se hubiera pasado al enemigo, Lali sintió cómo subía la temperatura de su cuerpo.
Las páginas eran muy calientes. Eróticas. Y le dieron una idea maravillosa y decadente. Y con esta en mente, Lali cruzó la habitación y sonrió.
Continuará...
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Laliter: "Lo que siempre deseé "
FanfictionReceta para una acalorada navidad: Mezclar: Una mujer decidida a animar las vacaciones con un atractivo amante nuevo. Un millonario guapo y sofisticado. Un viejo amigo aún más guapo, para volverlo todo un poco más picante. Agregar un seductor beso b...