Capitulo 1

2K 55 0
                                    

Clip-clop, clip-clop, clip-clop.

El caballo levantó la cabeza y relinchó, para alegría de las seis personas en la carroza de tiro.

En la última fila, Mariana Espósito se envolvió bajo la manta, sujetando con firmeza su taza de chocolate caliente. De los altavoces del vehículo salía la festiva melodía, Blanca navidad. Luces de colores brillaban en la ciudad, creando una atmósfera muy acorde con la época.

La carroza se movía lentamente por la calle, permitiendo a Lali y al resto de pasajeros contemplar los alrededores, adornado todo para Navidad.

-¿No te parece la noche más romántica de nuestras vidas? -preguntó Candela Vetrano.

Lali se giró hacia ella con las cejas enarcadas.

-¿Perdón? Candela, estamos solas, ¿no te acuerdas de ese detalle?

Candela elevó la barbilla.

-Trato de poner en práctica el pensamiento positivo.

Lali observó las dos filas delante de ellas, con sendas parejas acurrucadas bajo las mantas, ajenas a las luces, la música... todo lo que no fueran ellos dos. Y ella, que estaba disfrutando de un romántico paseo en carroza con su mejor amiga en lugar de con un novio, se tragó el nudo de envidia que le cerraba la garganta.

-¿Pensamiento positivo, dices? -respondió-. ¿Y te funciona?

De ser así, tendría que intentarlo. Porque no sentía ni el amor ni la alegría supuestamente típicos de aquellas fechas.

-En lo más mínimo -admitió la más delgada.

Su novio había terminado con ella pocos meses atrás, hiriéndola donde más le dolía: en su orgullo.

Lali frunció el ceño, mientras maldecía a quien hubiera decidido que las actividades navideñas debían diseñarse para parejas: los organizadores de eventos esperaban que se asistiera con una cita a su cena o evento; los teatros ofertaban cena con espectáculo para dos personas; incluso en la carroza para ver las famosas luces de la ciudad te sentaban de dos en dos, como si una persona no fuera nadie a menos que formara parte de una pareja.

¿Cómo no iba a aumentar el índice de suicidios durante las vacaciones?

Lali estaba sola desde hacía un par de meses, cuando terminó definitivamente con su novio Benjamín. Había sido una ruptura particularmente desagradable, ya que habían comenzado siendo amigos. Buenos amigos. Pero, después de un tiempo, la atracción había surgido y, antes de que ella se diera cuenta, salían juntos, y luego se acostaban, y de repente eran una pareja hablando sobre matrimonio, hijos y un perro.

Al principio, todo había resultado perfecto. Pero pequeñas cosas habían empezado a salir por el camino, y de un momento al otro, ni ella ni Benjamín podían recordar por qué habían sido amigos. Parecían tan poco compatibles que incluso el recuerdo de cuando lo pasaban bien juntos se había desvanecido.

La ruptura había sido doble: por un lado, con el amante; por otro, con el amigo. Y, como injusticia añadida, ella no había vuelto a tener una cita desde entonces.

-Al menos puedes ir con Peter -señaló Candela-. A las fiestas y esas cosas, me refiero.

Lali asintió. Peter era un claro ejemplo para no cometer el mismo error dos veces. Su vecino de enfrente era increíblemente guapo, divertido y una buena compañía. Pero era su amigo, lo había sido desde el comienzo. Por lo tanto, a pesar de que era tierno, inteligente y muy guapo, ella no arriesgaría esa amistad por sexo.

Ya había aprendido la lección con Benjamín.

Tampoco era que existiera la opción de tener sexo con Peter.

Laliter: "Lo que siempre deseé " Donde viven las historias. Descúbrelo ahora