ESTA HISTORIA ESTA ESCRITA BASANDOME EN LA APARIENCIA DE DOS ACTRICES REALES. En Danielle Campbell como Samantha Evans y Kaya Scodelario como Alexandra Duncan. Solo es un dato para que se hagan a la idea de como son los personajes. Tan solo se basa en la apariencia en nada más.
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Hoy me desperté, como cada día, a las siete en punto de la mañana dando un golpe seco al despertador. Definitivamente no estaba hecha para madrugar, el hecho de que fuera viernes era mi único consuelo. Me vestí con un vaquero y un jersey de un naranja pálido. Fui al baño de mi cuarto y me mire en el espejo.
Me puse un poco de rímel y brillo en los labios, no me gustaba pintarme demasiado, era bastante sencilla. Fui hasta el comedor para desayunar. Ahí estaban mi hermano menor, Jeremy, de ocho años, sentado a la mesa y mi madre terminando de servir el desayuno.
-Buenos días cielo-. Me dijo mi madre con una sonrisa cariñosa.
-Hola ma-. Le devolví la sonrisa.
-¡Sam, Sam!-. Me llamo Jeremy tirando de mi jersey. Se había levantado poniéndose a mi lado con una taza de café con leche que me entrego en las manos.
Mi hermano no era de los típicos niños pesados y repelentes, todo lo contrario era un amor, y yo lo adoraba.
-Gracias pequeñín-. Le dije acompañado de una caricia en la mejilla.
Terminamos de desayunar y Jeremy y yo salimos de casa. Mi madre hacia ya un rato que se había ido, ella entraba antes a trabajar. Deje a mi hermano en el colegio y llegue al instituto, estaban muy cerca los dos centros. En la entrada me esperaba mi grupito de amigos. Sarah, Steve y Erick, mi novio.
Les salude con la mano mientras me acercaba. Estaba a punto de sonar la campana del instituto, que da comienzo a las clases, por lo que en el momento en que llegue a su lado ya todos nos pusimos de camino a nuestra aula sin apenas tiempo de hablar. Erick me saludo con una gran sonrisa y un rápido beso en los labios.
Él era maravilloso, el típico chico que todas querríamos, bueno no tan típico porque no eran muy fáciles de encontrar chicos así, la verdad. Era muy atento, cariñoso y siempre intentaba comprenderme, aunque a veces le resultara difícil. Tenía el pelo castaño, como yo, pero mucho más oscuro y sus ojos eran de color miel. Era bastante más alto que yo, me sacaba un poco más de una cabeza y tenía un buen tono muscular, ya que estaba en el equipo de natación del instituto. Él era un año mayor que yo, tenía diecisiete, pero estábamos en el mismo curso porque había repetido un año.
Entramos en clase y nos sentamos como siempre, Yo al lado de Sarah y dos mesas atrás Erick con Steve. La jornada transcurrió como cualquier otro día, Sarah se entretenía con el móvil mientras la profe de historia hablaba sin parar.
"-¡Dios esta mujer habla como si fuera el último día de su vida!"-. Me escribió por el whatsapp.
No pude evitar reírme, la profesora me miro con cara de pocos amigos.
-"Harás que me castiguen idiota :/... con que fuera el último día que da clase me conformaría xDD"-. Ambas nos reímos.
Se podría decir que las caras de bulldog estreñido de la de historia había sido lo más interesante del día, de resto igual de aburrido que siempre. Sin embargo, aquel día no iba a ser como otro cualquiera.
Terminaron las clases y Jeremy y yo nos dirigíamos a casa cuando en la calle de enfrente, en un parque cercano a casa, vi algo que llamo mi atención. Lo vi de reojo pero, algo hizo que volviera a mirar. Allí estaba Erick, mi novio, de pie frente a la fuente mirando el reloj de su muñeca inquieto. Tuve la intensión de acercarme a saludar, cuando ocurrió algo que me dejo helada. Una chica corrió hacia él por detrás y se subió a su espalda de un salto. Él se giró, al tiempo que ella se dejaba caer para reposar de nuevo sobre el suelo. Rió abiertamente y se abrazaron. Era una chica de pelo oscuro, casi negro brillante que le llegaba hasta la mitad de la espalda, a esa distancia me pareció algo más alta que yo, pero no sabría decirlo con certeza. No siquiera pude verle la cara.
"Pero que demonios..." pensé. Se suponía que él tendría que estar en su entrenamiento de natación, ¿qué hacía allí?. Los dos comenzaron a caminar y ella se engancho a su brazo cariñosamente, con tanta confianza que se me revolvió el estómago. ¿Quién era esa chica, por qué le agarraba de esa forma, y lo más importante, desde cuando pasaba esto? Tal vez él me había estado mintiendo y todas las veces que decía estar entrenando estaba con ella...
Jeremy tiró de mi mano. Ni siquiera me acordaba ya de que estaba a mi lado. Le mire, no se con que expresión en mi cara. Tenía un remolino de sentimientos y pensamientos, sorpresa, dolor, rabia, indignación, incredulidad. No lo sé, pero algo vio en mi rostro que le debió asustar porque me miro con carita de preocupación y los ojos se le habían empezado a humedecer. De pronto reaccioné, no era justo que mi hermano estuviera triste. Esboce la mejor sonrisa fingida que pude y lo cogí en brazos.
-No pasa nada pequeñín-. Le dije intentando tranquilizarle, y camine a paso ligero hacia casa.
Cuando llegamos, al cabo de un rato, llegó también mi madre. Intente comportarme como siempre, y a la primera buena excusa que encontré me fui a mi cuarto. Me tire en la cama boca abajo destrozada. Las lágrimas brotaron de mis ojos incontrolables. Sentía ganas de morirme. ¡Maldita sea! Cómo podía estar haciéndome esto.
En ese momento tocaron la puerta de mi cuarto.
-Cariño, Sarah esta aquí-. Me dijo mi madre desde fuera.
Me levanté rápidamente y seque mis lágrimas lo mejor que pude. Sarah entró y, a pesar de que intente disimular, se dio cuenta de que me pasaba algo con tan solo mirarme.
-¿Qué pasa Sam?-. Me dijo con cara de preocupación acercándose a mi.
Intente decirle que no ocurría nada pero, en el momento en que puso su mano en mi hombro rompí a llorar. Le conté todo lo que había visto, como pude, entre sollozos.
-No puede ser-. Me dijo con incredulidad. -De verdad que me cuesta creer que Erick te haya hecho esto, con lo que se moría por salir contigo...
-Pues parece que ya se aburrió y encontró a otra-. Le dije intentando respirar y calmarme.
-Bueno, aún no sabes si es cierto eso, pero de todas formas me niego a dejarte aquí encerrada llorando-. Camino hasta el armario y lo abrió buscando trapos dentro.
-¿Qué haces?-. Le pregunte sentándome en lo borde de la cama.
-Cómo puedes preguntar eso, por si no lo recuerda señorita hoy tenemos fiesta.
Con todo lo de Erick se me había olvidado totalmente lo de la fiesta de esta noche. Celebraban el regreso de la hermana mayor de una compañera de clase. Nosotras ni siquiera conocíamos a su hermana, pero nos había invitado.
Intente con todas mis fuerzas convencer a Sarah de que fuera sin mi, que me dejara en casa, pero no hubo manera. Puede que para otras personas Sarah pareciera insensible pero no lo era en absoluto, distraerme era su táctica cuando no sabía como consolarme, y yo se lo agradecía.
-Después de todo tampoco esta mal que me despeje un poco-. Le dije resignada sabiendo que no la iba a convencer.
Sarah me sonrió ampliamente y se propuso a rebuscar en todo mi armario.
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Irresistible... tú y yo
RomanceTodo parecía perfecto para Samantha. Tenía a Erick, el novio ideal y era muy feliz. Sin embargo, un día reaparece el amor platónico de la infancia de Erick y su mundo se tambalea. La llegada de Alexandra lo cambia todo, comienza odiándola por miedo...