Decisiones

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Alex

Esa mañana me desperté entre sus brazos, embriagada por su dulce aroma y adicta a su calor. Amaba amanecer a su lado, sin duda creo que podría hacerlo de por vida y, aún así, nunca me acostumbraría a las sensaciones maravillosas que despertaba en mi, siempre se sentiría como la primera vez. Acaricié su mejilla suavemente para no despertarla, mi mano se negaba a separarse de su piel adoraba demasiado su tacto.

Era temprano, pues quería irme pronto para poder pasar por casa antes de las clases. Le deje una nota a Sam en su mesita de noche, avisándole de que nos veríamos luego en el instituto. Aproveche una barra de pinta labios que tenía sobre su escritorio y, pintando los míos, le deje la marca de un beso en el papel.

Salí en silencio, después de ver por última vez esa carita de ángel que tenía Sam al dormir, no se por qué pero ni me había ido cuando ya me había arrepentido de hacerlo. Me encaminé hacia la sala pendiente aún de no hacer ningún ruido, mirando hacia atrás asegurándome de que nadie me había visto cuando una voz a mi espalda me sobresaltó.

-Buenos días-. Me decía la madre de Sam con una taza en la mano.

-Buenos días señora Evans-. Respondí intentando aún recuperarme del susto.

-Cielo, tan solo llámame Claire-. Respondió ella con una sonrisa y yo me limité a asentir con cierto nerviosismo. -¿Quieres café, Alex?.

-Lo siento, seño... Claire, pero en realidad tengo que irme, debo pasar por casa antes del instituto-. La vergüenza me carcomía desde dentro, después de todo era la primera vez que hablaba con ella a solas.

-Oh, bueno esta bien, será mejor que te vayas ya si quieres que te de tiempo-. Volvió a sonreírme amablemente.

Le devolví la sonrisa y me acerqué a la puerta de la entrada. Con un gesto de la mano me despedí, dispuesta a abrir la puerta para salir, cuando la escuché llamándome de nuevo. Me giré, curiosa por lo que tendría que decirme.

-Alex, quería... Quería darte las gracias-. La miré confusa sin entender a que se refería. -Siempre es un placer para una madre ver a su hija feliz...-. Terminó con una sonrisa que yo devolví.

-Es ella la que me hace feliz a mi, Claire.

Terminé de abrir la puerta y salí.

Llegue a casa enseguida, al parecer aún seguían durmiendo todos pues las luces seguían apagadas. Entré en casa sin hacer ruido y fui camino a mi habitación cuando al pasar por la sala vi una luz encendida. Retrocedí para ver quien estaba allí y no era otro que mi padre. Estaba sentado en el sofá al lado de la ventana, tan absorto en sus pensamientos que ni se dio cuenta de que estaba allí frente a él mirándole.

-Ey...- Le dije en voz baja. El me miro, con un leve destello de sorpresa en sus ojos.

-Ey...- Respondió del mismo modo con una sonrisa triste.

-¿Qué pasa pa'?-Pregunté mientras me sentaba en su regazo.

Él sonrió ante aquel gesto y me abrazó acercándome más a él. Soltó un gran suspiro.

-Hace tiempo que no te sentabas así... Eres buena-. Terminó con una sonrisa cómplice que yo devolví. Sólo me sentaba así cuando sabía que algo ocurría y obviamente cuando quería pedirle algo. -¿Qué tal con Sam?

-Pues muy bien, pero no me cambies de tema...-. Él volvió a reír y suspirar, sabía perfectamente que no pararía hasta que me contara.

-Es por Kate... Bueno, no exactamente por ella.. Es complicado.

-¿Habéis vuelto a discutir por Bianca?-. Detestaba nombrarla pero tenía que hacerme a la idea de que iba a volver.

-No, eso ya esta hablado. Después de que tu estuvieras de acuerdo ya no había trabas.

Irresistible... tú y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora