Alex
Al fin conseguí mi camisa, que no se cómo había ido a parar debajo de la cama. Me la puse y mire a Sam que estaba sentada al borde de la cama en silencio. Me acerqué por detrás, gateando, y le aparté suavemente el pelo del cuello para besar su piel. Ella soltó una leve risa.
-¿Qué haces preciosa?
-Pensar-. Yo me reí.
-Eso era evidente, me refería a en qué piensas-. Se giró, aún sentada, para mirarme.
-Pues en qué vamos a hacer ahora. No puedo irme sin saberlo-. Volvió a mirar al frente.
-Bueno también podrías quedarte, así no te preocuparía eso-. Le dije mientras me sentaba detrás de ella, colocando mis piernas a cada lado de su cuerpo y abrazándola por la cintura. Ella volvió a reír.
-Alex, hablo enserio-. Intentó que sonara como un regaño sin éxito, ya que no paraba de reír.
Me encantaba estar de esa forma con ella. Hasta hace nada parecía un sueño imposible de cumplir y ahora estaba aquí, conmigo, riendo de la manera encantadora en que ella se reía. La estreché más contra mi, necesitaba sentirla todo lo cerca que fuera posible para cerciorarme de que todo esto era real. Ella acarició mis brazos y comenzó a jugar con mis manos.
-Pero lo digo enserio, quiero disfrutar de este momento contigo, lo he estado esperando mucho tiempo y ahora solo deseo que no acabe tan deprisa y mucho menos por ponernos a pensar en qué vendrá ahora o en lo problemas que tenemos.
-Lo se cielo, yo también he estado deseando estar contigo pero, por más que no queramos, hay que pensar en ello-. Ambas nos quedamos en silencio.
Apoyé mi barbilla en su hombro y empecé a acariciar distraída su pierna, ya que aún no se había puesto el pantalón. Ella tan solo miraba al frente, supongo que intentando pensar qué hacer, lo que se suponía que también tendría que estar haciendo yo. Sin embargo, no tenía mente para eso en estos momentos, en realidad no tenía mente para nada que no fueran los recuerdos de lo que acababa de suceder entre nosotras, las imágenes venían a mi cabeza una detrás de otra sin control.
-Alex. ¡Alex!-. Sam tuvo que llamarme varias veces para que le prestara atención. Estaba demasiado embobada en mis pensamientos. -cielo, ¿de verdad esperas que me concentre así?-. Me preguntó riendo cuando la mire.
Seguí su mirada hasta mi mano en su pierna. Sin darme cuenta había movido mi mano, entre caricias, acabando en la parte interior de su muslo. Paré al darme cuenta.
-Lo siento-. Dije entre risas. -Estaba recordando algo y creo que me emocioné demasiado.
-¿A si, recordando el qué?-. Preguntó con una voz y una sonrisa seductora mientras se giraba de nuevo para mirarme.
-Si planeas seguir pensando en qué haremos, mejor que no sepas en qué pensaba yo-. Respondí con una sonrisa. Ella se acercó más a mi, juntando nuestros labios.
Me beso lentamente hasta que, con mi respuesta más apasionada, comenzó a besarme con más fuerza. Disfruté de su sabor, registrando poco a poco cada rincón de su boca. Sam terminó de darse la vuelta pegando su cuerpo al mío, haciendo que cayera en la cama. Pase mis manos por debajo de su camisa para acariciar su piel cuando de pronto escuché unas voces y luego el sonido de una puerta cerrarse. Provenían del piso de abajo. Nos separamos al instante de oírlo y rápidamente buscamos nuestra ropa para terminar de vestirnos.
Cuando ya estábamos decentes Sam prefirió irse puesto que ya era bastante tarde, quedamos en que hablaríamos por teléfono o que nos comunicaríamos de cualquier manera para ver qué haríamos. Bajamos las escaleras y vimos a mi padre de pie en medio de la cocina tomando un vaso de agua. Al escucharnos se dio la vuelta para mirarnos y dedicarnos una de sus grandes sonrisas, a la que no pude evitar responder.
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Irresistible... tú y yo
RomanceTodo parecía perfecto para Samantha. Tenía a Erick, el novio ideal y era muy feliz. Sin embargo, un día reaparece el amor platónico de la infancia de Erick y su mundo se tambalea. La llegada de Alexandra lo cambia todo, comienza odiándola por miedo...