En El Hospital

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Llegamos al hospital a eso de las 4 de la madrugada. Yo fui con Sarah, ya que mi madre se tenía que quedar con Jeremy, pero allí ya estaban los padres de Erick y Steve.

Su madre me saludó con un gran abrazo, conteniendo las lágrimas como podía, y nos contó lo que había pasado. Al parecer Erick había bebido algunas copas de más y cogió el coche. Era un chico deportista, por lo que además no estaba acostumbrado a beber y se le subía enseguida. En un cruce se saltó el ceda el paso y recibió el impacto de otro coche por el costado del conductor. El médico le estaba haciendo un reconocimiento para saber el tipo de lesiones que tenía.

Pasaron unos quince minutos sin que el médico saliera a decirnos nada y yo empezaba a desesperarme. En ese instante apareció por el pasillo Alex. Yo no la vi llegar, hasta que la madre de Erick la nombró.

-Alexandra cariño-. La saludó como me había saludado a mi, con un gran abrazo.

-Vine en cuanto me enteré, ¿ya saben algo?-. Parecía bastante preocupada, como todos los demás supongo.

Ni siquiera me había visto, yo estaba apoyada en una esquina cercana con Sarah. No pude evitarlo, al verla mi corazón dio un vuelco. Cosa que me daba bastante rabia, al fin y al cabo estaba enfadada con ella. Encima Sarah no dejaba de observarme, a pesar de hacerlo de reojo para que no me diera cuenta, ya me había percatado de ello. Nosotras tampoco habíamos hablado demasiado, solo intercambiamos un par de palabras por lo de Erick, pero nada personal, aún estábamos algo molestas o incómodas no lo se.

No podía dejar de mirar a Alex, aunque lo intentase. Pero entonces ella me miró también. Algo en su expresión cambió, seguía preocupada pero en sus ojos apareció un destello de algo distinto. Un destello de dolor... Y de duda. Nos quedamos mirándonos tan solo un instante, hasta que Steve se acercó a mi.

-Espero que sepas que todo esto es culpa tuya-. Le miré atónita, al igual que Sarah. -Por tu culpa se puso a beber, desesperado porque ya no sabía como decirte que no pasa nada con ella-. Dijo señalando a Alex. Ella por su parte, que se había dado la vuelta para hablar con los padres de Erick, se giró hacia nosotros al oír lo que Steve decía. -Es cierto, ella le gustaba pero Alex nunca le hizo caso. Si algo malo le pasa espero que lo tengas en la conciencia durante toda tu vida...

Yo me quedé paralizada. Sarah hizo el intento de comenzar a hablar, pero quien realmente le interrumpió fue Alex, que se acercó rápidamente a él.

-¿A caso estas loco o qué, cómo se te ocurre decirle eso?-. Parecía realmente enfadada, más bien colérica.

Sin embargo, en mi interior, sentía que algo de razón si que tenía Steve... Por mi culpa se había puesto a beber, de no haberlo hecho ahora no estaría aquí. Como pude me fui, alejándome de ellos por el pasillo.

Caminé sin un rumbo fijo, deambulando de un lado a otro, hasta que sin darme cuenta llegue a una habitación en la que no había más caminos que por el que había entrado. Me detuve un instante a observarla, se trataba de una sala de espera pequeña. Estaba vacía, supongo que los familiares prefieren estar lo más cerca posible de los suyos y, a decir verdad esta sala estaba bastante alejada de las consultas y las habitaciones. La estancia era de paredes blancas, como el resto del hospital, tenía dos máquinas, una de aperitivos y otra de café, y asientos pegados a las paredes, dejando libre el centro de la habitación. Me senté en una de las butacas vacías, con la cabeza gacha apoyada en mis manos. Tenía tantos pensamientos recorriendo mi mente que no hallaba la forma de centrarme en uno solo.

Pasé de esa manera, no se cuanto tiempo, hasta que me cansé de estar sentada y me levanté para mirar por la ventana que estaba al lado de una de las máquinas. Perdida en el paisaje, aún nocturno, escuché una voz detrás de mi.

Irresistible... tú y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora