Me desperté, era lunes por la mañana. El recuerdo del fin de semana aún me hacía estar lo suficientemente alegre como para levantarme hoy de buen humor. Lo que podría llamarse un milagro, conociéndome.
En mi casa todos notaron este cambio cuando baje a desayunar. Yo normalmente a esta hora nunca solía ser persona de mucho trato, es más, dejémoslo en que a esta hora no solía ser persona.
Me arregle rápidamente y salí de casa para dejar a Jeremy en su colegio. Llegué al instituto y me encontré con Sarah en la entrada. Lo cierto es que era bastante temprano, hasta ella se extraño de verme allí a esa hora, solía llegar justo para entrar. Estuvimos un rato hablando de nuestras cosas y haciendo bromas, era agradable despertarse de aquel humor la verdad.
Sonó la campana y nos dispusimos a entrar. Tuvimos la primera clase, era lengua y como siempre casi me duermo del aburrimiento. Al cambio de hora salimos al pasillo, como era habitual, para esperar la llegada del otro profesor.
-Ey Sam-. Me dijo Sarah tocándome el brazo. -¿Has visto que raros están?-. Se refería a los estudiantes de la clase de al lado, un año mayores que nosotras, los de primero de bachiller.
Era verdad, estaban muy extraños. Los chicos no paraban de murmurar y lanzar miradas furtivas al interior de la clase, algunos reían de vez en cuando. Las chicas, por otro lado, parecían enfadadas o indignadas o algo parecido pero también cuchicheaban. Entretenidas mirando el espectáculo de cotilleo, no vimos llegar a Stephanie, que acababa de entrar al instituto porque había tenido que hacerse unos análisis.
-¿Os habéis enterado?-. Ambas nos sobresaltamos al oír su voz a nuestras espaldas y reímos.
-¿Tú sabes algo?-. Preguntó Sarah curiosa.
-Sí, estaba entrando al insti cuando la vi.
-¿Cuando viste a quién?-. Le inste a seguir.
-A la nueva, a quién va a ser-. Nos regañó como so fuera algo obvio. Sarah y yo resoplamos.
-Venga hombre, ¿todo este alboroto solo por un nuevo estudiante?-. Respondí exasperada.
-Nueva-. Me corrigió. -Y no es una estudiante cualquiera, hay gente que ya la conocía. Además yo la vi y si que hay para tanto. Yo no soy un chico pero hasta para mi fue evidente por qué les gusta. Y por qué ellas la odian-. Concretó riendo.
-¿Ya la odian?, pff pobre chica, menudas arpías...-. Respondió Sarah.
-Eso es porque sus novios andan babeando por ella, sin que siquiera haya hecho nada-. Stephanie parecía bien informada.
-¿Y qué culpa tendrá ella de ser guapa?, deberían enfadarse con ellos por babosos no con ella-. Repliqué irritada. Sarah asintió repetidamente como los perritos que decoran los coches, lo cual me hizo bastante gracia.
En ese momento, apareció el profesor y nos mando a entrar a todos en clase. Transcurrieron las dos horas siguientes hasta que, por fin, llego el recreo. Acabábamos de salir del aula, cuando nos llamo la atención el movimiento que había en la de al lado. Me invadió la curiosidad, por así decirlo, porque no había más explicación al hecho de que algo me impidió irme, no pude evitar quedarme mirando hacia aquella puerta, esperando a que saliera el motivo de tanta excitación supongo.
Salió una gran marea de alumnos. No se vio nada hasta que se rompió el corrillo que se había formado. Lo que vi casi no pude creerlo. Era... era ella. Alex. Me sorprendí tanto. Muchos le hablaban y ella les miraba con medias sonrisas, intentando ser amable. Entonces, mientras hablaba con uno de sus compañeros, me miró. Yo estaba relativamente lejos, pero justo detrás de él. Posó sus hermosos ojos azules en mi. Sentí como mis músculos se tensaban. Me había quedado paralizada con aquella mirada.
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Irresistible... tú y yo
RomanceTodo parecía perfecto para Samantha. Tenía a Erick, el novio ideal y era muy feliz. Sin embargo, un día reaparece el amor platónico de la infancia de Erick y su mundo se tambalea. La llegada de Alexandra lo cambia todo, comienza odiándola por miedo...