Nueve

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No me sentía cómoda, me seguían atrayendo los chicos, lo de Rosalya tal vez había sido un desliz, pero entonces... Por qué me jodía tanto verla besar a un hombre, tal vez por que no me dijo nada sobre lo de su novio, tal vez por que buscaba que no me hicierán daño, a lo mejor pensé que si mis sentimientos cambiarán hacía una mujer todo cambiaría, que no me harían daño, me enganchaba rápido a una persona, pero eso esta vez no me iba a pasar, yo también se jugar. Sin sentimientos. Me despedí de Jade, miré a Rosalya y aquel chico, y me fuí.

Mi móvil sonó, era un mensaje de whatsApp. Lo miré y era Jade:

Ya nada es mío,
ahora junto a ti
todo es nuestro.

Pienso en este amor de silencio, que nos encontró caminando en ciudades distintas, en cielos distantes... nunca supimos por donde buscarnos y sin embargo llegamos a encontrarnos.

Hace tiempo que te vi llgar a mi, vida, desde entonces fueron muchos los momentos largos y difíciles que hemos pasado, demasiados, tanto que sólo tú y yo lo sabemos.

Siempre supe que necesitaba tu dulzura en mi vida, supe que no la encontraría en otra parte, sólo en ti.

Aguardo la llegada de este día,
el de nuestro beso recíproco.

Y yo ahora que le decía, me sentía mal. Lo que me había escrito era precioso, pero tendría que pensar que ponerle antes de contestarle.

Llegué a casa, había bastante jaleo en la cocina, pero decidí ir directa a mi habitación.

Me quité la camiseta para ponerme algo más cómodo, pero entró alguién. Un chico rubio se pusó a mi lado.

-Bu- Dijó.

Yo grité.

-Pero que haces, quién eres tú?-Dije mientrás me tapaba con los brazos.

-Nah, soy amigo de Castiel, dice que bajes.

-Y que eres idiota? No sabes llamar?

-No, prefería que te presentaras así, me has alegrado el día.

-Normal, no te jode.

Este se rió, seguido se dió la vuelta y se dirigió hacía la puerta.

Te esperamos abajo-Me dijo sin girarse.

Me pusé de nuevo la camiseta, y bajé.

Allí estaban Castiel y el idiota de su amigo, del cuál no sabía ni su nombre.

-Te ha llamado Rosalya.

-Vale, ahora la llamaré.- Miré hacía el otro sofá y, estaba Lysandro.

Joder, cómo tuvierá todos los días estos tres panoramas en casa, no sabría que hacer.

Vale.. Hormonas, tranquilizaros.

Me dirigí al baño, pero alguién se levantó, oí de lejos un "voy al baño, ahora vengo" cerré la puerta, pero después se abrio. Era Lysandro.

-Porqué me evitas?

-Qué?- Me giré y ví a Lysandro apoyado en la puerta.

-Hasta que no me contestes no saldras, Sucrette.

-Yo no te evito..

-Y por qué no lees mis mensajes, ni coges mis llamadas.

-Qué? No tengo mensajes, ni llamadas tuyas.

-Sí, sí las tienes. Sucrette, dime... Si hay alguién en tu vida tan sólo dímelo, yo desapareceré.

-No, no hay nadie.

Lysandro se acercó y me abrazó.

-Sucrette, que es lo que tienes?

Otra vez la misma pregunta...

-Nunca han causado esto en mí, después de 2 años, eres la única chica con la que deseo estar, por mil y una razones, Sucrette, dime que sí..

Espero que os guste la historia.

Gracias a esas lectoras que siempre comentan, y le dan me gusta, gracias, de verdad. ♥

La vida de SucretteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora