41. Se mía

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-Sucrette, se mía.- Después de esto me besó.

Mientras desabrochaba uno a uno los botones de mí camisa.

Cogí los bordes de la parte de abajo de la camiseta de Nathaniel, y estiré hacía arriba.

Una vez que ya no tenía la camiseta contemplé aquellos perfectos abdominales.

Sin darme casi cuenta estaba tumbada en la cama, mientras sentía el placer que Nathaniel me daba besando mi cuello.

Dejó de besarlo, y me miró.

-No me falles, Sucrette.

Sin poder contestar Nathaniel volvió a besar mis labios.

Nath se quitó sus pantalones, seguido quitó los míos.

-Me estás poniendo mucho, joder.

Al oír aquello fui yo quién lo besó.

Bajé a su miembro y lo lamí.

Oí a Nath gemir, le gustaba.

Nath me cogió del cuello, e hizo que me levantará.

Después de levantarse él, me alzó en sus brazos y me estampó contra la pared más cercana que había.

Quitó su ropa interior y la mía, labio nis pezones, los pellizco, los torturó. Mientras me tenía entre sus brazos sin poder hacer nada. Al fin, note como su miembro entraba dentro de mí, que bien se sentía.

Nathaniel hacía que me moviera hacía arriba y hacia abajo sobre él.

-Y-ya viene- Dejé mientras Nathaniel me daba más fuerte.

Nathaniel paró, me tiró sobre la cama y empezó a lamer mi clitoris.

Yo sólo disfrutaba.

Cuándo terminó volvió a meterme su miembro.

Subió mis piernas hacía sus hombros y empezó a darme fuerte. Sentía que venía.

Sentí todo el líquido de Nataniel dentro mío.

-Qué has hecho?

-Bah, no pasa nada, no te preocupes- Me dijo Nath dejándose caer sobre la cama.

-Joder!- Alcé la voz.

-Ostia, ya esta!- Me gritó.

Me senté sobre la cama, hoy era sábado, era fiesta. No había ninguna farmacia abierta.

Nathaniel me cogió por detrás, rodeo mi cuello.

-No te preocupes, no pasará nada.- Me besa el cuello.

La vida de SucretteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora