29. El regalo de Castiel

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Al día siguiente me levanté muy entusiasmada, era mi cumpleaños!

Me levanté de la cama y me dirigí hacía mí armario, hoy era un día especial, por lo que me puse el mejor vestido que tenía.

Baje a desayunar, esta vez desayunaria por el camino, ya que había quedado con Kentin para ir juntos a el instituto.

Abajo estaba Castiel sentado con su móvil, parecía muy entretenido con el.

Salí de casa, allí estaba Kentin.

-Buenos días, linda.

-Buenos días. - Lo besé.

-felicidades, hoy es tu cumpleaños.

-Gracias - Me avalancé sobre él y lo abracé, estaba muy contenta. El mejor regalo que tenía era este.

Llegamos a el instituto, cada uno nos metimos en nuestras clases. Después de las clases, salí.

-Felicidades! -Grito mucha gente.

Kentin había organizado todo esto, con toda la gente que había conocido. Allí estaba Rosalya, Violetta, Armin, Alexy, todos mis amigos. Hasta Castiel y Lysandro.

Me avisaron de que por la tarde celebrariamos el cumpleaños en un bar de por allí cerca, en el que Castiel y Lysandro tocarían para mí.

Todos nos fuimos a nuestra casa. Cuando llegue, pensé en que ponerme.

Estuve decidiendo entre un vestido negro, y otro verde. Me decidí por el negro. Me maquille, ya estaba lista.

Iríamos a cenar a aquel bar, al parecer era una especie de pub.

Eran las nueve, había quedado con todos en el pub a las diez. Al parecer Kentin, iría directo. No sabia el motivo por el que no podía pasar a por mí.

Por las escaleras bajo Castiel.

-Ven.

-Qué vaya? A dónde?

-Sígueme.

Me levanté, y me dirigí a dónde estaba Castiel. Lo seguí callada.

Castiel se paró enfrente de mí habitación.

-Cierra los ojos.

No sabía muy bien que hacer, pero los cerré.

Note algo frío que me tocaba, al parecer era la mano de Castiel.

Qué pensaba hacer?

Castiel hizo que diera unos pasos.

-Abre los ojos.

Me quedé sin palabras.

-Feliz cumpleaños, Sucrette.

Mi habitación estaba llena de globos, aquellos globos tenían cada uno algo escrito.

"Prometeme que no olvidarás..."-Decía en el primero.

El siguiente era la continuación del primero, y así sucesivamente.

"nuestras risas"

"nuestras bromas"

"nuestras conversaciones"

"nuestras lágrimas"

"nuestros recuerdos"

"Prometeme que no me olvidarás"

-Te gusta?

No tenía palabras, por que hacía esto..?

No podía dejar de mirar todas las frases, empezaron a brotar las lágrimas de mis ojos.

Me gire y me dirigí hacía Castiel, tan solo lo abracé.

La vida de SucretteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora