Quince

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Sucrette's POV

-Vas a permitir esto? Tan solo por que piensas que eres el único apoyo que tiene? No tienes culpa de lo que le pasó, Armin. Que te quedé claro ya, joder. Te esta absorviendo la vida esa vívora.- Dijó Alexy.

No entendía nada, pero prefería no hacerlo.

Armin no dijó nada. Abrió la puerta de un portal, subimos las escaleras, y entramos a una casa, la casa de Armin.

Armin se sentó en es sofá, se pusó las manos en la cara.

-Estoy muy agobiado. A pasado mucho tiempo, y seguimos igual... Pero, tengo miedo. Si la dejo, se quedaría sola, no tiene a nadie. Y después de lo que me dijó... No puedo, Alexy, no puedo.

Alexy miró a Armin. Se veía tristeza en sus ojos. Yo seguía sin entender nada.

-Bueno, os apetece salir? Es viernes, no vamos a perder el tiempo aquí metidos, vamos.- Alexy se metió en un cuarto.

Armin se levantó y vinó hacía mí, yo estaba al lado de la puerta de pié desde que habíamos llegado.

-No te voy a comer-Rió.

Era la primera vez que lo veía reir.

Alexy salió interrumpiendo lo que iba a decir. Se había cambiado de ropa.

-Vamos?

No teniamos nada mejor que hacer, por lo que decidimos salir.

Bajamos, abajo había un chico con una moto.

-Ey, vamos?- Dijó el chico de la moto cuándo nos vió.

Armin le sonrió.

-Sí, has sido rápido, eh.

El chico rió.

-Ella viene con nosotros?

-Sí.

-Sucrette sube-Me dijó el chico de la moto.

Cómo sabía mí nombre. No me dió tiempo a preguntarle, había arrancado, y había mucho ruido.

Me daba miedo subir en una moto, me agarré muy fuerte al torso de aquel muchacho. Estaba bien marcado.

Llegamos a una discoteca, que no conocía.

Armin y Alexy bajaron de la moto, seguido nosotros.

El chico se quitó el casco, mientrás yo lo miraba.

Aquel chico tenía el pelo un poco largo, como Castiel y Lys, pelo castaño, ojos verdes, y estaba muy bueno.

Entramos en el local, había bastante gente. Nos dirigimos hacía la barra. Cada uno nos pedimos una bebida. Bailamos, y al rato volvimos a pedir. Estuvimos bebiendo el la barra, había bebido mucho. Demasiado. Al igual que Alexy, los dos estabamos de bromas, y bebiendo, no parabamos. Hasta que Armin, que estaba enfrente nuestra, llamó nuestra atención, ya que la copa que tenía en la mano, cayó al suelo. Miramos hacía dónde él miraba. Allí estaba Alexa, con un chico.

La vida de SucretteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora