31. " Gracias"

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El salón de espera del Hospital de Keley Hills estaba sumido en un silencio profundo. Solamente se escuchaban pasos que iban y venían por toda la sala.

-Oh, Matty- fue el sonido después de un tiempo cuando Emily se levantó para abrazar al pequeño, que salía con una venda en el brazo.

-No es nada, no es nada- dijo pero el devolvió el abrazó, mientras miraba a Chris- ¿Cómo esta Ella?

-No sabemos nada- fue la respuesta de Chris, que lo abrazaba también.

Afortunadamente, Mathew solamente tenía una cortadura en el brazo y un gran shock. Pero el que parecía más en shock era Michael, que desde hacía más de una hora estaba caminando de un lado al otro, con las lagrimas sin dejar de caer por sus mejillas.

-Amigo, siéntate, toma un café, por favor- Calum fue el único valiente que se animó a acercarse y rodear con los brazos a su amigo.

-¿Debería, no?- preguntó con la voz cascada, sin animarse a levantar la vista.

-Deberías, ven- dijo y lo ayudo a caminar. Pero un doctor apareció y Michael corrió hacia El, desesperado.

-¿Cómo esta?

-La paciente Marianne...

-Al diablo esa bruja. Doctor, dígame como esta Killian- dijo y las lagrimas se agolparon en sus ojos al ver la cara del doctor.

-Tiene una herida de cuidado, el balazo le impacto muy cerca del pecho- dijo tratando de mantener la voz calmada porque el doctor sentía que ese muchacho se iba a romper en cualquier momento- La cirugía de extracción salió bien, pero Ella no está respondiendo como debería. Si no responde esta noche...

-¿Qué?

-Es todo cuestión de tiempo, muchacho, por favor relájese.

Michael se sentó y Luke le trajo un café. Estaba derrotado, sentía que la vida se estaba extinguiendo poco a poco. Si Killian no respondía...

-Debí haber saltado frente a Ella

-Y te hubiera matado ella misma si te pasaba algo- dijo Abby mientras le acariciaba el cabello- Killian nunca se rindió, no lo va a hacer ahora.

-¿Y si lo hace? La cantidad de veces que me habló de que estaba cansada del mundo, de luchar, de su vida. Se está rindiendo, la conozco. Y si se va, me voy con Ella.

-No digas esas cosas, por dios- Ashton, el risueño y adorable Ashton, parecía enojado mientras se levantaba de su asiento- Killian no te va a ver así de destruido cuando se despierte, porque se va a despertar. ¿Desde cuando eres tan negativo?

- Desde que Ella le dijo a Matty que no iba a sobrevivir esta guerra.

- Y tú la hiciste pedirme perdón, porque tenías fe.

-Hey, novio de Killian- el periodista joven de New York apareció en la sala y caminó hasta el- Recibí un mensaje de Blake, ¿Qué está pasando?

-Yo me encargo, mi hermano no puede hablar en estos momentos- dijo Chris levantándose y alejando al muchacho de Michael.

Poco a poco, la sala estaba cada vez mas llena de gente. Periodistas, curiosos, ex empleados de Marianne. Pat y Blake, tristes pero eficientes, se encargaban de mantener a Michael alejado del bullicio.

-¿Ella les pidió esto?

-Nos dijo que si algo pasaba con ella que seamos nosotros los que te cuidemos hasta que te recuperes- dijo Blake sonriendo un poco- Así que tienes dos apuestos niñeros.

-No necesito que me cuiden. La necesito- dijo rodando los ojos, tratando de no llorar. Marco, un poco alejado también, se acercó hacia Michael y le abrazó las piernas. Michael lo tomó entre sus brazos y lo estrechó.

-Mi mama va a morirse porque es mala- dijo el niño, mientras lloraba.

-No, Marco, Ella no va a morir- por más destruido que estaba, el niño no tenía la culpa de nada, por lo cual un poco de esperanza no era mala.

-¿Y si mama no muere y Killian sí? No sería justo- a sus cuatro años, Marco entendía todo. La tristeza y el aislamiento de tantos años lo habían hecho fuerte e inteligente.

-No va a morir nadie, corazón, ahora no deprimas mas a Michael- dijo Pat y se lo llevó con su abuela, que no paraba de llorar.

-Pobre mujer, ¿no? Todo por lo que la hija la hizo pasar y sufre por Ella.

- Es la madre. Yo también me preocupo por mi madre, aunque este en otro continente y no sepa que sigo vivo.

-No quiero preguntar.

El mismo doctor volvió a salir.

-¿Y?

-Esta todo un poco más complicado, jovencito. Tal vez no pasa la noche.

Derrotado, Michael decidió ir a ver a sus hermanos, por lo que caminó hasta la otra punta de la sala, con Blake a su espalda. Pero mientras caminaba, escuchaba pedazos de conversaciones.

"Era tan buena chica. Hasta que enloqueció. ¿Quién le dispara a su familia? "

"Es un caso perdido la pobre. Ir a vivir sola."

"No va a sobrevivir. Es una víctima"

Blake notó como la cara de Michael se transformaba de pura tristeza a odio. Por eso dio un paso atrás cuando Él se subió a una silla y toda la sala se quedó en silencio.

-Todos ustedes me van a escuchar, de una buena vez. A mí, al culpable de todo este desastre según ustedes. Killian Castellan no es ninguna pobre víctima, ni un caso perdido, ni está loca. Killian Castellan es una chica que vivió el peor tipo de infiernos. Nunca se pusieron en su lugar, ¿no? Nunca imaginaron lo que debe haber sido todos esos días en los que tenía que fingir que era perfecta. Es difícil sacar de sus mentes estereotipadas a la brillante Killian de hace unos meses. Esa Killian está muerta, es un anuncio oficial. La que está luchando en esa habitación es la real. La asesina a techo, como se llamaba a Ella misma, la malhumorada, fumadora compulsiva, mandona, rota y llena de problemas. La que tuvo que cargarse todo en sus espaldas, la que tuvo que callar. Yo era como todos ustedes. Y si soy sincero, nunca había pensado en Ella. Hasta que la conocí de verdad. Hasta que una tarde, en ese café, uso su tono de voz real, me hizo bromas y rió conmigo, como si me conociera de toda la vida. Esa tarde que me dijo que yo no tenía ninguna posibilidad con ella. Y yo me enamoré, sin remedio. Y me enamoré un poco más cuando conocí su parte oscura, cuando descubrí lo que ella hacía, cuando apareció en mi casa llena de heridas, mojada y llorando. Las veces que lloraba o se rompía, yo estaba ahí, yo la escuchaba y un poco más caía. Y aquí estoy, gritando como un loco, con el corazón a punto de abandonarme y tengo que escucharlos hablar de Ella. No la conocen, en serio no lo hacen. La que está en esa habitación es la persona más fuerte que conozco, es la que lucha por quien es. Es la persona más valiente que conozco, porque no tuvo dudas en proteger a todo el que quería. Y sí, le tocó una vida de mierda y eso la convirtió en lo que es. Pero no los soporto, no soporto escucharlos hablar de Ella como alguien que no es. Si no tienen nada positivo que decir, abandonen la habitación porque ese chico malo y rompecorazones que conocían en el Instituto no va a ser nada comparado a este chico bueno pero enamorado- todo esto, lo gritó a todo pulmón, conteniendo las lagrimas y bajo la atónita mirada de los presentes. Se había revelado y había gritado lo que siempre callaba. Había defendido a la persona que lo había hecho darse cuenta quien de verdad era.

Unos aplausos lentos vinieron desde una esquina de la sala y todos se dieron vuelta para ver quien aplaudía.

-Con un discurso así de cursi, me alegro de no estar muerta- la voz ronca de Killian inundó la sala mientras se acercaba hasta donde estaba Michael, que estaba pálido- Hola, idiota, gracias por defenderme.

Una oleada de aplausos estalló cuando Michael se bajó de la silla y la abrazó. Michael lloraba, Killian lloraba, todos lloraban.

-No te rendiste- le dijo al oído.

-No iba a hacerlo, tengo demasiadas razones para vivir- dijo y le dio un profundo beso en los labios- Y tú eres la mayor. Gracias, por todo.

FIN

Good Girls and Broken Hearts (Michael Clifford) | a.uDonde viven las historias. Descúbrelo ahora