Otras actitudes

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Instituto Nacional de Seul

No podía apartar la vista, incluso parpadear era casi un esfuerzo físico. Siguió sus pasos con detalle, no quería perderse un segundo de su cuerpo semi desnudo. El traje de baño se entallaba perfectamente a sus caderas y abrazaba celosamente la redonda y respingona forma de su trasero.

Relamió sus labios con los brazos cruzados sobre el pecho. Se sentía dolido por la repentina indiferencia de Lay, pero lo que más le dolía era tenerlo tan cerca y no poder tocarlo. El recuerdo de la noche que compartieron, surcó sus recuerdos y la egoísta idea de tenerlo sólo y exclusivamente para él le obligo a apartar la vista del chico.

El silbato del profesor resonó en sus oídos y giró su rostro encarándolo.

—Los quiero a todos en una fila. Ya, ya, ya. — Aplaudió tres veces incitándolos a correr.

Suho arrastró sus blancas piernas unos cuantos metros y luego se plantó en el suelo con la vista al frente. De cualquier forma él era el delegado.

Su corazón se estrujo cuando noto que Lay se colocaba a la otra punta de la fila, lo más alejado de él, posible. Pero no le extrañó, Lay había estado comportándose de forma muy singular. Le evitaba o simplemente lo ignoraba.

Escuchó la voz ensordecedora del profesor a sus espaldas dictando la nueva clase, pero en su mente parecía sólo un murmullo lejano. Miró de reojo a su costado izquierdo y ubicó a Lay, al igual que todos con la vista al frente. Un vacío se extendió en su pecho al ver la expresión demacrada del chino. No hacía más que preocuparlo.

¿Está comiendo bien? ¿Duerme horas seguidas? ¿Se siente estresado? Preguntas como esas surcaban su mente desde el inicio de la semana.

El profesor siguió con su griterío y la clase terminó más rápido de lo que se imaginó. Había estado tan sumido en sus pensamientos que cuando escuchó el ultimo silbatazo del profesor se alertó, mirando a sus lados como inspeccionando si se había perdido de algo.

Y no se había perdido de nada, salvo a su mejor amigo alejándose con un ademán de su novio, o ¿ex novio?

No se había puesto a pensar eso antes, pero su rabia y frustración estaban carbonizando su cerebro. "Chanyeol no tiene idea de tu relación." Se convenció a sí mismo cuando vio a su amigo caminar hacia él con una brillante sonrisa.

Suspiró agotado del camino que estaban tomando sus pensamientos y nadó sin prisa hacia el extremo de la piscina. Chanyeol ya se encontraba de cuclillas esperándolo.

Suho observó al mano tendida hacia él, la estrechó y con un impulso logro salir del agua.

—Ya, pueden ir a las duchas. Vuelvan a sus clases mocosos, no quiero a ninguno vagando por los alrededores. — Advirtió el profesor con una sonrisa bailando en sus labios.

Todos contestaron al unísono, Suho bufo colocándose a lado de Chanyeol.

— ¿Estás bien? — La pregunta quedó suspendida en el aire por unos segundos. Chanyeol no apartó su mirada de Suho esperando una respuesta.

El de piel pálida secó su cabello con una toalla mientras se tomaba su tiempo.

"¿Estoy bien? ¿Importa?" Suho, dejo caer la toalla de su cabellera y con una corta mirada a Yeol asintió.

—No sé por qué, pero no te creo nada. — Contestó y antes de que su amigo se le escapara le tomo del brazo. —Eh, ¿a dónde vas?

Quiso morderse la lengua, no quería desquitarse con Chanyeol, no había caso sacarle encara nada. Pero su boca se movió sola y las palabras brotaron de ella con naturalidad.

~My Sexy Maid; Undercover Operation~ |EXO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora