Capítulo 24:

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----Narra Javier----

Primer día de instituto.

Estaba bastante fastidiado, no tenía demasiadas ganas de comenzar ya con los deberes y los exámenes y menos después del verano tan corto e intenso que habíamos tenido, aparte, mi mejor amigo me estaba comenzando a dar de lado por su novia.

Parecía que Lucas sólo iba a separarse de Nuria para dar clases y porque estaban en cursos distintos, sino segurísimo que se sentaban hasta juntos. Y con Dani fuera de allí, tampoco tenía mucho...

Vamos, que estaba completamente amargado y, no, no me daban envidia, ¿quién quería echarse novia a esa edad y depender de alguien? Yo no, gracias.

Iba por el pasillo, solo y entre mis pensamientos cuando me choqué contra alguien.

Javier: Podrías mirar por dónde vas.

X: Estoy bien, gracias, ya veo que los caballeros se quedaron en la Edad Media.

Bajé la vista y vi a una chica más bajita que yo, castaña oscura que estaba recogiendo sus cosas del suelo. Cuando levantó la mirada, me encontré con unos ojos completamente azules que me dejaron mudo durante un buen rato.

X: ¿También te ha comido la lengua el ratón?

Javier: No hace falta ser borde, no solo era yo el que iba despistado.

X: Idiota.

Pasó por mi lado y chocó su hombro contra mi brazo.

Me la quedé mirando durante un momento y después bufé negando con la cabeza, vaya chica y qué carácter con el que cargaba.

Lucas: Hey, ¿vamos?

Asentí hacia él y fuimos hasta nuestra clase. Nos sentamos juntos en mitad del aula, mi sorpresa fue encontrarme con la chica con la que me había chocado en mi misma clase, ¿en serio iba a tener que aguantarla todo un curso?

X: Tampoco me agrada verte, pero no soy tan obvia-pasó por mi lado hasta el final de la clase.

Me la quedé mirando con el ceño fruncido hasta que escuché una risa a mi lado, miré mal a Lucas, a mí no me hacía ni pizca de gracia.

Lucas: ¿Qué ha sido eso?

Javier: Esa chica está loca y tiene un carácter terrible, me odia solo por haberme chocado con ella sin querer.

Lucas: Pues vaya comienzo para el año-se burló.

Suspiré y apoyé la cabeza sobre mis brazos que los tenía sobre la mesa. Me esperaba un año de lo más entretenido.

Al acabar las clases por aquel día, me quedé en la puerta esperando a que saliera mi hermana para irnos a casa, cuando salió ella y tropezó dejando caer sus cosas. Reí por lo bajo al escucharla refunfuñar y maldecir mientras se agachaba a recoger los libros. Me agaché a ayudarla y me miró completamente sorprendida.

X: Vaya, ¿qué te ha hecho cambiar, troglodita?

Javier: Mira, siento lo de esta mañana, iba despistado y no te vi, ¿te vale?

Nos levantamos y le tendí sus cosas, las cogió con una sonrisa y dio un paso hacia mí, haciéndome fruncir el ceño.

X: Perfecto-sonrió y se puso de puntillas para darme un beso en la mejilla.

Javier: ¿Qué?-La miré con los ojos muy abiertos.

Y: ¡Noa!

Ella miró hacia su izquierda y después volvió a mirarme a mí.

Destinados al Mismo CaminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora