Capítulo 8:

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----Narra Dani----

La semana se pasó entre los últimos exámenes, estudios para la selectividad, preparativos para la graduación y la fiesta fin de curso. La compartiríamos con los de cuarto de la ESO y a ellos se les había ocurrido prepararla como si fuera un fin de curso americano, con el típico baile y toda la historia.

La verdad es que yo de romántico, me estoy dando cuenta, tenía poco y tampoco me interesaba tener más aunque puede que necesitara un poco más para conquistar a la chica que me gustaba. Quién sabe, en los bailes esos americanos, al menos en los de las películas, suele pasar de todo y mi chica especial podría darse cuenta que también siente algo por mí y aceptara ser mi novia ¿no? Soñaba demasiado, ya era mucho solo desear que ella sintiera algo por mí.

Terminé de ponerme el traje y bajé al salón para que me ayudaran con la corbata, algo que habían puesto las cuatro pavas de mi clase como obligatorio en los chicos y yo no sabía anudármela.

María: Qué guapo estás, cariño.

Dani: Estoy patético.

Cristina: Preferirías un chándal o unos vaqueros ¿verdad?

Dani: Son más cómodos.

Dani P: Pero no te quejes que es tu día.

Dani: Y el de trescientas personas más.

María: Cielo, ¿te pasa algo?

Dani: Estoy nervioso.

María: Tranquilo, eso se pasa pronto y, cuando te quieras dar cuenta, ya estarás en la fiesta.

Dani P: Cuidado en beber que aún no eres mayor de edad.

Dani: Papá, no soy un crío y sé lo que tengo que hacer.

María: Anda vamos que al final llegaremos tarde y no os peleéis más, por favor.

Dani y Dani P: A la orden capitana-hicimos un saludo militar.

María: Pavos.

Cristina: Tal para cual-las dos rieron.

Mientras mi  hermana y mi padre salían a la calle, mi madre se me acercó para atarme la corbata.

María: Sé que puede ser algo de lo que no deba enterarme, pero, Dani, soy tu madre, te conozco y sé que algo te preocupa y no quieres que nos enteremos, pero sea lo que sea, puedes estar tranquilo, que nada te preocupe y sonríe siempre, nada por muy grave que sea debe amargarte el día.

Dani: Gracias, mamá. Siempre sabes qué decirme y cuándo para hacerme sentir bien-la abracé.

María: Es mi trabajo como madre-me miró dulcemente.

Dani: Yo... Es por una chica que me gusta y mucho, pero ella no quiere saber nada de mí porque piensa que soy un chulo.

María: Enséñale tu verdadera cara, tu interior, pero solo si piensas que esa chica vale la pena, que no va a hacerte daño o usarte. La mala fama de jugar con los sentimientos la suelen tener los hombres, pero hay mujeres muy frescas y no quiero que nadie te haga daño, así que solo lánzate y enséñale tu verdadero yo si estás seguro de que tiene sentimientos nobles contigo.

Dani: Gracias mamá, por todo. Eres mi ídolo.

María: Solo soy tu madre y no quiero que nada malo te pase-me sonrió y me acarició la mejilla.

Destinados al Mismo CaminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora