Capítulo 30:

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Años después...

----Narra Cristina----

Me encontraba en mi habitación, guardando algunas cosas cuando tocaron a la puerta abierta, me giré y le sonreí a mi madre.

María: No puedo creerme que mi pequeña ya se haya graduado.

Cristina: Tengo que crecer.

María: Aún siento como si fuera ayer cuando supe que estaba embarazada de ti y les di la alegría del siglo a tu padre y tu hermano.

Cristina: Y a final de este año cumpliré veintidós.

María: Pronto comenzarás a vivir independiente, nos presentarás a tu novio o a lo mejor Dani se presenta con la noticia de un nieto.

Cristina: Para tu nieto creo que aún falta bastante y lo de mi novio está aún muy verde, ni siquiera tengo.

María: ¿Qué ha pasado con aquel chico que te gustaba tanto?

Cristina: ¿A quién te refieres?

María: Ese por el que estabas loquita con tan solo trece años.

Cristina: ¿Es posible que alguien solo pueda enamorarse una vez en su vida?

María: Por supuesto, pero sólo si es de la persona correcta.

Cristina: Tengo mis dudas... Sin embargo, y para mi mala suerte, no he conseguido olvidarlo-suspiré dejándome caer sentada en mi cama-. Es como si tuviera dormidos mis sentidos y no pudiera sentirme atraída por alguien más.

María: Conozco esa sensación, cariño, es como ir caminando por la vida con solo la mitad de tu ser.

Cristina: Me siento desorientada, he terminado una carrera, este verano he asistido a tres entrevistas de trabajo y hasta he hecho amistades nuevas, pero no me siento completa.

María: Porque es un ciclo de tu vida que no has logrado cerrar, es como si cargaras con algo muy pesado mientras intentas continuar caminando.

Cristina: Y solo hay una forma de cerrar ese ciclo de mi vida, ¿verdad?

María: Así es-me acarició el pelo-. Sé que serás capaz de hacerlo, eres una chica fuerte y decidida.

Cristina: No me siento así cuando pienso en él.

María: Porque estás enamorada y te da miedo lo que pueda ocurrir.

Cristina: Eres la mujer más sabia que conozco.

María: Soy tu madre y estoy programada para decir las cosas que te hagan sentir bien-me abrazó-. Te quiero mucho mi pequeña.

Cristina: Y yo a ti, mamá.

Dani: ¡¿Dónde está todo el mundo?!

Reí al escuchar el grito ofuscado de mi hermano.

Cristina: Ya llegó por quien suspirabas-me burlé.

Ella rió y bajó corriendo al encuentro de su pequeño. Inspiré hondo y tomé una decisión, era hora de empezar a cerrar puertas para poder seguir hacia delante.

Mi momento de relax me duró hasta que el huracán rubio que era mi hermano entró en mi habitación y me aplastó contra la cama.

Dani: No me ha gustado la bienvenida, enana.

Cristina: No te idolatro como tu novia o tu madre, así que olvídate de la idea de que salga corriendo a tu encuentro-murmuré lentamente-. Has engordado, pesas más que la última vez y me vas a aplastar.

Destinados al Mismo CaminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora