----Narra Dani P----
Todos los chicos salieron y nuestras mujeres nos miraron fijamente.
Mayte: Estaréis contentos con lo que habéis hecho ¿no?
David: Nosotros no tenemos la culpa, ellos querían saberlo y nosotros no queríamos contárselo, han insistido, ahora lo saben. ¿Qué más quieren?
Ana: Podríais haber tenido un poco más de delicadeza.
Blas: Lo siento, eso ha sido culpa mía, no iba de ese modo para ellos...
Dani P: ¿Quieres decir que para nosotros sí?
Blas: Sí-se encogió de hombros.
Álvaro: Increíble, me parece increíble-negó con la cabeza.
Blas: Es la verdad, la queráis reconocer o no.
Carlos: No estamos diciendo lo contrario, pero no sé qué tienes en contra de nosotros ahora.
Blas: No tengo nada en contra vuestra, es solo que quiero que recordéis el por qué nos separamos.
David: Sí, fue una estupidez, creo que todos lo sabemos perfectamente y que nos salió el tiro por la culata también lo sabemos, no hace falta que hundas más el dedo en la llaga-se pasó las manos por la cabeza.
Blas: Igual que no olvido por qué nos separamos, tampoco olvido la promesa que nos hicimos cuando éramos unos enanos, ahí sí que teníamos las ideas claras, nada ni nadie podía con nosotros y hemos roto un pacto de años por una idiotez, perdonad que siga insistiendo, pero es que me duele muchísimo ver cómo mis hermanos se comportan como unos desconocidos. Sí, sé que yo también he entrado en el trapo, pero no podía hacer nada, solo esos diez chicos, nuestros hijos, han sido los únicos que han tenido las agallas suficientes para hacer que nos volvamos a reunir para dejarnos claro que ellos no van a ser tan estúpidos como nosotros y para echarnos en cara nuestro error, que les ha afectado en vez de salvarlos.
Álvaro: Blas...
Blas: Déjame terminar, por favor, han pasado por mucho, han estado sometidos a intrigas, a amenazas y a un secuestro que casi acaba con la vida de uno de nosotros. Por Dios, más de dos semanas en una cabaña y una semana perdidos por la montaña, son niños, eso deberíamos haberlo pasado nosotros, no ellos.
David: Ya lo sabemos, ¿te crees que no me arrepiento de eso una y mil veces? Sueño con eso cada noche, cada minuto del día, cuando veo a mis hijos, a los vuestros y pienso en lo idiota que fui al pensar que por hacer lo que ellos nos decían, nos dejarían en paz, por los malos momentos que pasaron cuando los secuestraron, por esa semana expuestos en la montaña. Maldita sea, ojalá me hubiera pasado a mí y no a ellos.
Carlos: Echándonos la culpa no vamos a solucionar nada...-suspiró-Debemos encontrar una solución, poner una solución y terminar con todo esto de una vez.
Dani P: ¿A qué te refieres?
Carlos: Estoy cansado de fingir que nada pasa y de que no os conozco. Ya no hay nadie acechándonos y ningún peligro esperándonos a la vuelta de la esquina, lo arreglamos ahora mismo y aquí u os acordaréis de mí por el resto de vuestra vida-nos advirtió.
Álvaro: ¿Cómo, cabezón?-le alzó la ceja y solté una carcajada.
Carlos: Les diré a las chicas que os torturen-sonrió malicioso.
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Destinados al Mismo Camino
Teen FictionSecuela de Al Caer el Sol, contada por los hijos. ¿Qué pasa cuándo quieres volver a unir a personas que antes eran hermanos pero ahora son desconocidos y no quieren hacer nada por volver a hablarse? ¿Y si por el camino te cruzaras con el rencor de p...