Extra 2: Los padres de Diego

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Judith: ¡Julia, vas tarde!

Julia: Gracias por los ánimos, mamá-resoplé.
Judith: ¿Qué te pasa, cielo?

Julia: Sigo sin saber qué ponerme y estoy histérica-me pasé las manos por la cabeza.

Lucía: ¡Julia!, acabas de despeinarte.

Julia: Creo que eso ahora mismo me da igual-gruñí-. Voy a dar el cante, ya voy tarde.

Judith: Respira, no te agobies.

Julia: No puedo evitarlo, quiero caerles bien a la primera porque Diego se ha tomado muchas molestias para llevarse bien con papá y no quiero fastidiarlo.

Judith: No vas a fastidiar nada, cariño, solo debes ser tú misma.

Julia: Es más fácil decirlo que hacerlo.

Judith: Lo sé, yo también pasé por lo mismo y al final solo importa que os llevéis bien y os hagáis felices.

Julia: ¿Crees que voy a caerles bien?

Judith: Estoy segurísima-me sonrió.

Julia: Gracias mamá-la abracé-. Eres la mejor.

Judith: Te quiero, cariño-me besó la cabeza-. Ahora acaba de vestirte, creo que Diego ya ha llegado por ti.

Julia: Está bien.

Inspiré hondo y me miré al espejo, quería a Diego y eso era lo que importaba. Terminé de colocarme la blusa rosa pastel sobre un pantalón largo blanco y me calcé unas bailarinas. Mi pelo estaba recogido en una coleta alta e iba ligeramente maquillada. Recogí mi bolso, comprobé que mi cartera y mi móvil estuviesen dentro y bajé a salvar a mi chico en apuros...

Álvaro: La quiero devuelta temprano.

Diego: Claro.

Judith: Cariño, van a estar en casa de sus padres.

Álvaro: Me conozco los paseos de después.

Julia: Que tú lo hicieras en tus tiempos no quiere decir que nosotros vayamos a hacerlo.

Álvaro: ¿Me estás llamando viejo o salido?

Lucas: Una mezcla de las dos cosas-se carcajeó.

Judith: ¡Lucas!

Julia: Solo quería decir que ya has aceptado a Diego, ahora no puedes intentar intimidarle, me lo prometiste.

Álvaro: Está bien-suspiró-. Tened cuidado.

Julia: Gracias papá-le di un beso en la mejilla y luego a mi madre-. Os veo luego.

Lucas: Hey, ¿y mi beso?

Julia: Te quedas sin beso por idiota.

Lucas: ¡Mamá...!

Julia: Eso, ve a llorarle a mami-me burlé.

Salimos de casa y comenzamos a andar calle abajo, dados de las manos.

Diego: Antes de que lleguemos quiero advertirte sobre mi padre, está como una cabra y no sé lo que se le pueda pasar por la cabeza para dejarme en ridículo delante de ti, sobre todo teniendo en cuenta que eres la primera chica que les voy a presentar...

Julia: Eres muy tierno-le sonreí-. Pero no creo que me asuste, eso que has presenciado hace un rato es un día normal en mi casa y aún no has conocido a mi tío Carlos... Aunque cuando nos reunimos todos es un auténtico caos.

Diego: Espero que sigas pensando igual al final de la tarde.

Julia: No seas exagerado, ¿qué puede pasar?

Pues la verdad es que nunca se me habría pasado por la cabeza la idea de que pudiera conocer a mi suegro. Resulta que era el médico que me atendió después de haber sido secuestrada y dejada tirada en la montaña con los chicos y resulta también que se llamaba Iván. Si tenéis tan buena memoria como mi adorada hermanita, habréis atado cabos y sabréis que María tenía un primo llamado Iván. Y ahora era mi suegro.

Muy a pesar de Diego, Iván estuvo contándome cosas sobre mis padres y mis tíos que nunca nos habían contado, mi hermana habría pagado por estar ahí delante y yo pasé una tarde estupenda.


Destinados al Mismo CaminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora