11. Un número de teléfono y una cita con Shawn.

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*Narra Nash*

"¿Quieres jugar? Pues juguemos".  Escribí y se lo envié a Mary para después dormir, mañana me esperaba un día duro pero divertido, seré su canguro; cosa que ella no sabe, voy a ser sincero la chica no está mal, pero no me hace gracia que me ignoren. Soy Nash Grier, todas babean por mí. Sí, quizás tengo mucho ego, pero es porque soy genial.

Desperté tras ser aplastado por una pequeña, pero malvada rubia de 5 años; sí, mi hermanita Sky, la cogí en brazos y fuimos a desayunar. Una vez en la cocina, miré por la ventana del patio, que justo daba a la cocina de los Martínez; y vi como bajaba Mary con su hermano pequeño en brazos mientras se reían de Cristian, el cual iba sujetando sus partes con cara de dolor, conociendo a esa chica seguro que lo castró mientras dormía, en fin. Terminé de desayunar y fui a cambiarme mientras le enviaba un mensaje a Cristian "Tío, te espero en mi coche, hoy os llevo yo". Sé que a mi querida vecina no le haría ni pizca de gracia, pero a mí sí.

Cuando bajé me despedí de Sky y fui con Hayes al coche, el se montó detrás y yo me quedé apoyado en el capó esperando a mis amados vecinos, unos minutos más tarde la vi salir por la puerta y automáticamente sonreí con superioridad, ella simplemente me miró con asco, pobrecita si supieras lo que te espera hoy.

*Narra Mary*

Desperté media hora antes de lo normal, ya que mi querido hermano Cristian, que se note el sarcasmo, entró a mi habitación gritando "FUEGO, QUE SE QUEMA LA CASA"  y yo literalmente besé el suelo, porque caí de morros contra él, mientras que ese estúpido pelirrojo reía sin parar. Eso sí, yo besé el suelo, pero él se quedó sin descendencia, y es culpa de mi padre, por comprar un bate de beisbol. Fui a despertar al pequeño y bajamos los dos riendo mientras Cristian se sujetaba sus parte quejándose del dolor; pero no hice nada malo, al fin y al cabo solo jugaba al beisbol, "le di a la bola" vale, perdón chiste de rubios, a veces pienso que pasaba demasiado tiempo con Jorge. En fin; terminé de desayunar y fui a vestirme, una vez que ya estaba lista cogí las llaves de mi moto, pero cuando estaba a punto de salir, mamá y Cristian me pararon.

-Hija, hoy tu padre y yo nos vamos de viaje, estaremos toda la semana fuera, es por trabajo, pero José se queda con vosotros.-Dijo sonriendo.

-Qué sorpresa.-Dije Sarcasticamente.-Aunque esta vez haréis un record, solo vais a tardad una semana, ya estamos acostumbrados a estar solos de uno a tres meses.

-Mary.-Me interrumpió Cristian.-Hoy iremos a clase con Nash en su coche.-Iba a decir que no, pero me cortó.-No voy a dejar que cojas la moto enfadada.

No dije nada más solo salí por la puerta, y me encontré con un Nash disfrutando de la escena, yo lo miré con asco y me monté en el asiento de atrás con su hermano.

-Buenos días princesa.-Tan arrogante como siempre.-¿Qué tal...?

-Hoy no estoy de humor Grier.-Le corté sin más y el pareció entender, pero hayes me miró con miedo.

El camino a la escuela fue silencioso, y cuando llegué a clase me encontré sola, porque no estaban, ni Alba, ni Toni, ni Shawn, y ni una de las gemelas, lo raro es que hoy todas las clases me tocaban con ellos, pero en fin, ya estaba lo suficientemente cabreada con mis padres como para preocuparme de alguien más.

*Narra alba*

Desperté gracias a la cerda de mi gata, la cual se meó en mi cara. Me di una ducha y me vestí para el instituto, hoy nos tocaban las clases a todos juntos, y Shawn iba a pasar a recogernos, ya que es el único que tiene coche; además Toni ya debe de estar en mi cocina vaciándome la despensa. Somos vecinos y todos los días desayunamos juntos, un día en su casa y otro en la mía, pero cada vez que viene tengo que esconder todos los dulces o "se evaporan" como él dice. Bajé a la cocina y efectivamente me estaba limpiando la despensa.

Una marginada más...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora